No hay silencio absoluto. Siempre hay algo que suena, aun cuando sea imperceptible a nuestro sistema auditivo. Al cerebro que oye. El silencio absoluto pudo haber sido posible antes de la realidad, antes del "gran estallido", que curiosamente, resulta tan mitológico como el génesis. Desde que la realidad es, resulta inconcebible el silencio absoluto. Sólo hay rangos de sonido, intensidades, que se acercan a ese hipotético silencio total. ¿Después de la muerte alcanzaremos el silencio absoluto? ¡Cómo será! La respuesta depende de nuestras creencias.
En el umbral del silencio habita cierta música. Composiciones que por pausas o intensidades se ubican en un rango superior al silencio total. Estar en ese límite le otorga un sentido simbólico poderoso a aquel sonido que se encuentra en el umbral de su negación. ¿Qué obras están en el límite y que símbolos se pueden encontrar en ellas? Ello depende de condiciones psicológicas específicas y del deseo de abrirse a la experiencia del silencio y su hermano más cercano. El sonido que naufraga cerca de él.
Adagietto. Quinta Sinfonía de Gustav Mahler. Dirige: Valery Gergiev
La Muerte de Ase. Suite Peer Gynt. Eduard Grieg. Dirige: Neeme Järvi
Abîme des oiseaux. Cuarteto para el fin de los tiempos. Olivier Messiaen
Louange à l'Éternité de Jésus. Cuarteto para el fin de los tiempos. Olivier Messiaen.
1 comentario:
Interesante mini artículo.
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