Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

viernes, 21 de octubre de 2011

Proletariado académico

I got no time for livin
Yes, I'm workin all the time
Working Man. Rush


A working class hero is something to be
If you want to be a hero well just follow me

Working class hero. John Lennon


No hay más remedio. No queda otra cosa qué hacer. Levantarse cada mañana y repasar por la mente dónde tendré que ir hoy. Tres universidades. En una, mi hogar a tiempo completo y con cargo de autoridad intermedia; en las otras, dictados a tiempo parcial. Así, de lunes a sábado, por 10 horas al día. y 9 grupos de clase, mi vida transcurre y se evapora ¿Lo hago por gusto?. No. Tengo que hacerlo por necesidad. Los gastos son crecientes. La historia de amor del capitalismo lo exige. 

Pero al dictado de cursos, hay que sumarle el tiempo de corrección de evaluaciones y el preparado mínimo de clase. Las horas del esfuerzo crecen. La mesa de trabajo se va llenando periódicamente de exámenes, ensayos, prácticas calificadas, controles de lecturas. Miro la montaña de papeles acumularse ante mi desidia y un sentimiento de impotencia se apodera de mi. Ya no soy un catedrático universitario, ahora soy un "dicta clase". Un hombre de vida académica que va renunciando paulatinamente a sus sueños de investigador y que piensa con nostalgia los días en que escribir era casi acto sacramental. Ahora soy parte del  "proletariado académico". Un asalariado de la docencia universitaria, alguien que vende su garganta, dedos, ojos y la parte más funcional de su cerebro por horas a la semana. 

¿Cuánto tiempo más? - pienso. ¿Hasta qué edad?- vuelvo a pensar. Sin embargo, mientras escribo estas líneas, un deseo de rebeldía me invade. No sé exactamente qué pasara con mi vocación intelectual a largo plazo. Puede atrofiarse debido a la praxis asalariada de la docencia universitaria en el Perú. Puede liberarse de la montaña de exámenes, de los "currículos por competencia" y las coordinaciones fascista. Pero más allá de ambos vaticinios, esta situación no me hace nada feliz. Y me alegra, por lo menos, darme cuenta de esta insatisfacción. 

Working class hero. John Lennon



Working man. Rush

jueves, 6 de octubre de 2011

La gratitud desde el hacer

Henri Matisse. Armonía en rojo

Hace poco las palabras que el General Lorenz Loewenhielm le dijo a la comunidad y a Martine,  en el entrañable film de Gabriel  Axel, basado en el bello cuento de Karem Blixen, El Festín de Babette (1987), volvieron a mi a manera de testimonio integral de una vida que quiere ser vivida al máximo: 

 "La piedad y la verdad se han encontrado. La justicia y la dicha deben abrazarse entre sí. El hombre, con su debilidad y falta de visión cree que debe elegir su vida. Tiembla ante los riesgos que afronta. Sabemos qué es el miedo.  ¡Pero no! Nuestra elección no tiene importancia. Llega el momento en que nuestros ojos son abiertos y nos damos cuenta que la piedad es infinita. Sólo debemos aguardarla con confianza y recibirla con gratitud. La piedad no impone condiciones. Todo lo que hemos elegido nos es concedido. Y todo lo que hemos rechazado también nos ha sido concedido. Recibimos hasta lo que hemos rechazado. Cada noche me sentaré, si no corporalmente, lo que no significa nada, sí de manera espiritual, que lo es todo, a cenar contigo, exactamente igual que esta noche. Esta noche comprendí que en este mundo hermoso, todo es posible."

Es cierto general. En este hermoso mundo, en esta hermosa vida, aunque dura, aunque compleja, todo es posible. Y lo se porque el amor es capaz de mover al universo entero. Y aquello que parecía imposible, es ahora real. No hay noche que no me deje de sorprender el hecho de estar aquí, ahora, viendo la ciudad desde otro horizonte. Comprendiéndome desde la otra orilla. "La piedad no impone condiciones. Todo lo que hemos elegido nos es concedido. Y todo lo que hemos rechazado también nos ha sido concedido", dice el personaje Loewenhielm. Y termina diciéndole a Martine esa encumbrada frase: "Esta noche comprendí que en este mundo hermoso, todo es posible." Todo es posible. Todo ha sido posible. Es la rueda de la realidad en sus infinitos caminos. Por eso gracias. Gracias por haber movido la realidad para que esta noche y su día sean siempre posibles.