Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

viernes, 30 de enero de 2009

Metástasis de Xenakis

"Metastasis para orquesta de sesenta y un instrumentos", tan conocida y admirada. Estética del continuun de los individuales, texturas primarias, transformaciones que se ensanchan, individuales que se aglutinan y disipan. El serialismo integral se desisntegra en la intuición postserial. Es como la existencia. Música de timbres, teoría tímbrica; síntesis del sonido que se expande como las realidades que acaecen. Era 1955. La música no fue igual. Iannis Xenakis (1922-2001) logró unir sabiamente la experiencia anterior: Schoemberg, Messiaen, etc. Y nos convenció que la música podría ser "algo más". Como creyeron Pitágoras, Platón, Kepler. A ese nivel. A la altura del Trivium y el Cuadrivium de los medievales. Llegará el momento que Metástasis sea invocada como un origen del cual no somos concientes.


Metástasis- Iannis Xenakis- 1955


lunes, 26 de enero de 2009

Hanacpachap cussicuinin

Lo que antes hubo ya no esta. Ya no lo andino, tampoco lo occidental criollo. Desaparecieron. También la unión de ambos que hemos sido hasta hace poco, desapareció. Lo que ahora hay flota en el naufragio de los desterritorializados. No saben de dónde vienen, mucho menos a dónde van. Deambulan cercenados entre fierros retorcidos, humo de petróleo, decibelios a 140, mugre, botellas de cerveza quebradas en las hirientes e hirvientes carreteras. Tanto el Danzante de Tijeras como el guitarrista virtuoso del solar rimense se han desvanecido. Son fantasmas ante la turba de zombies.

Pero hubo un tiempo en que algo existió y fue real. Quedan vestigios de una unión que se dio en el dolor y la luz, que se vislumbró como utopía a pesar de la sangre. Aquí resuena lo que aun se guarda por algunos: Hanaq pachap kusikuynin. Coral renacentista en palabra keshwa gracias al compositor peruano Juan Pérez de Bocanegra (1631).

La orquesta y coro "Lima Triumphante" canta Hanacpachap cussicuinin. Dirige José Quezada Machiavello.



Hanacpachap cussicuinin
Waranqakta much'asqayki
Yupay ruru puquq mallki
Runakunap suyakuynin
Kallpannaqpa q'imikuynin
Waqyasqayta.
Uyariway much'asqayta
Diospa rampan Diospa maman
Yuraq tuqtu hamanq'ayman
Yupasqalla, qullpasqayta
Wawaykiman suyusqayta
Rikuchillay.

"Utopía": La boda de Martín de Loyola con la Clara Beatriz Coya. Padre y Madre.



viernes, 23 de enero de 2009

¡Resucitarás, si resucitarás!

Hacia 1887, Mahler retoma la composición de lo que sería su Segunda sinfonía en Do menor. La concibió casi al concluir la sinfonía "Titan" y, probablemente, la elaboró junto a la tercera. El compositor tiene 27 años y ya ha logrado cierta fama con sus primeros lieder. Mahler se encuentra inmerso en medio de una profunda una crisis espiritual que busca exorcizarse de algún modo. Como toda crisis, ésta se evidencia en una búsqueda. Afortunadamente, Mahler optó por plasmar esta agonía y su conducente éxtasis, en una obra de nivel absoluto.

Cada cierto tiempo se me presenta un dilema acerca de la obra de Mahler. A veces considero que la "Canción de la Tierra" es su mayor obra. En otras oportunidades, la Tercera Sinfonía. Hace unos años, la Quinta era mi favorita. Y, desde que vi Bernstein dirigir lo que quedó de la Décima, la asumí como una cima inalcanzable. La Octava me asusta, por sus dimensiones. Pero igual, es maravillosa. El número de composciones de Mahler es reducido. Pero, dada la embergadura de éstas, bien pareciesen ser infinitas. Mahler esta de moda desde hace unas décadas. Quizás esto se deba, en parte, a la película que Visconti hizo de la novela de Mann. También, a una sensibilidad nueva que puede apreciar como debe ser la obra de este enorme compositor. Quién hubiera pensado que Mahler y Brucker se iban a convertir a lo largo del siglo en compositores de primerísimo orden. En fin. Con Mahler siempre tengo ese dilema. ¿Cuál es su obra capital? La admiro toda, sin embargo considero que su composición más emblemática es la Segunda Sinfonía. En ella esta condensada la experiencia sinfónica anterior, incluso la asimilación más sabia y coherente de la Cuarta Sinfonía de Brahms (cuyos contenidos Mahler cuestionaba, pero que estéticamente admiraba). Además se vislumbra el carácter de sus obras posteriores. Música, poesía y fe, se unen como debe unirse lo mejor de la experiencia humana. Palabra bella espiritualizada que se expande por la realidad.


A partir de un poema de Klopstok, Mahler nos presenta su versión de lo que es el encuentro primordial. ¿Superó con esta obra la Septima de Beethoven, la Cuarta de Brahms, la Octava de Bruckner, la Dante de Liszt? No puedo afirmarlo de manera categórica. Pero después de verla y escucharla nuevamente en la clase de ayer, me seduce decir que sí. Bueno, quizás cambie de parecer en unos días. Pero igual, la Segunda estará siempre en el altar musical de lo que más amo y admiro.

Resurrección

Coro, Soprano
¡Resucitarás, si resucitarás,
polvo mío, tras breve descanso!
¡Vida inmortal
te dará quien te llamó!

¡Para volver a florecer has sido sembrado!
El dueño de la cosecha va
y recoge las gavillas
¡a nosotros, que morimos!

Contralto
Oh créelo, corazón mío, créelo:
¡Nada se pierde de ti!
¡Tuyo es, sí, tuyo, lo que anhelabas!
¡Lo que ha perecido resucitará!

Soprano
Oh créelo: ¡no has nacido en vano!
¡No has sufrido en vano!

Coro
¡Lo nacido debe perecer!
¡Lo que ha perecido, resucitará!

Coro, Contralto
¡Cesa de temblar!
¡Dispónte a vivir!

Soprano, Contralto
¡Oh dolor! ¡Tú, que todo lo colmas!
¡He escapado de ti!
¡Oh muerte! ¡Tú, que todo lo doblegas!
¡Ahora has sido doblegada!

Coro
Con alas que he conquistado,
en ardiente afán de amor,
¡levantaré el vuelo
hacia la luz que no ha alcanzado ningún ojo!
¡Moriré para vivir! (añadido de Mahler)

Coro, Soprano, Contralto
¡Resucitarás, sí, resucitarás,
corazón mío, en un instante!
Lo que ha latido,
¡habrá de llevarte a Dios!

Gustav Mahler Sinfonía no.2 "Resurreccion". Esterno 1988 y 1895. Quinto Movimiento, parte 4. Dirige Leonard Bernstein.

miércoles, 21 de enero de 2009

USA

Estados Unidos era mi totalidad. No soñada, ni anhelada, ni detestada. Simplemente eso: totalidad. Totalidad en films, totalidad en música popular, totalidad en series televisivas, totalidad en comics y cartoons, totalidad en tecnología, totalidad en diversión. Totalidad en todo lo que se puede imaginar. Estados Unidos era todo y todo lo demás, periférico. Omnipresencia. Incluso ahora, cuando EEUU se encuentra en evidente crisis, la probabilidad que EEUU deje de ser lo que es, me incomoda y secretamente me inquieta. ¿Habrá otro mundo posible sin la "totalidad" Estados Unidos de Norteamerica? ¿Será mejor ese mundo? ¿Será peor? No lo se.

Hoy, ciertamente, reconozco que el mundo de lo real y de lo maravilloso excede a los Estados Unidos. Mi conciencia se ha demostrado a si misma, que aquello que se manifestaba como periférico es mucho más complejo y extraño. Pero, más allá de estos datos de la conciencia, hay algo en mi, difícil de definir, que me dice: Estados Unidos sigue siendo eso que unos temen, otros admiran y algunos odian. Esa presencia cobijada en lo profundo, casi genética, de estar marcados por su existir omnipresente.


A estas alturas de mi vida, considero que no hay naciones-imperio mejores o peores. Las construcciones totales se edifican en conjunto o al unísono. Fue el mundo el que hizo a los Estados Unidos y será el propio mundo quien deconstruya su propio espejo omnipresente. Pero el fin de este predominio se evidenciará como la necesidad incesante de edificar dominios totales.

martes, 20 de enero de 2009

Cuba

Pablo Milanés ha hablado duro y directo. Quizás debió hacerlo antes. Las razones de su largo silencio hay que considerarlas. Nadie piensa las cosas que ha dicho hace poco en España de un momento a otro. Sin duda el proceso iba por dentro. ¿Autocensura? ¿Lealtad a los valores que en algún momento se defendió? El proceso resulta dramático. Uno de los trovadores que definía la estética de la "revolución cubana" ya no la defiende ni define. Algo esta pasando.


A pesar de conocer tanto la "vieja" como la "nueva" trova, ésta no ya no me seduce. Y no por cuestiones ideológicas. Más bien por razones vitales y de tiempo. En cambio, siempre creeré que uno de los mayores compositores de América Latina es Leo Brouwer (1939). De extensa trayectoria, Brouwer ha sentado cátedra en la ejecución de la guitarra y en la composición para este instrumento. Una de sus obras más célebres es "Elogio de la danza" (1964). Desde que la escuche por primera vez es una de mis piezas favoritas del repertorio para guitarra contemporánea. Hoy trato de coger lo mejor de Cuba; lejos de sus dramas cotidianos, al margen de las incandescentes luchas ideológicas y pensando en las tristísimas crónicas de Yoani Sánchez. Me acerco a Cuba desde el arte de mayor compositor.

Leo Brouwer- Elogio de la Danza- 1964
Guitarra: Pedro Zamora.

viernes, 16 de enero de 2009

Todo esta consumando y todo es tuyo

"Es ist vollbracht", Consumatum est. Viola da gamba y voz humana en niño que resuenan desde el confín de todo lo que puede ser débil, tenue y, por ello, majestuoso. De la majestad que se deprende de la infinita tristeza. Debilidad. La pasión según San Juan, BWV 245, acaso el mayor testamento de esa fe terrible de J. S. Bach. Esa fe que aun no es posible poseer desde esta época o quizás, desde ninguna. ¿Habrá que llegar al final de los tiempos para saber, plenamente, lo que Bach pudo sentir? Sentir desde esa frase del Redentor.


J.S. Bach - La Pasión Según San Juan - Es ist vollbracht - aria para alto. Alto:Panito Iconomou. Conduce: Harnoncourt



¡Todo se ha consumado!
¡Oh consuelo para el alma que sufre!
La noche del dolor
me deja contar las últimas horas.
El héroe de Judá
finalizó la batalla
y consiguió gran victoria.

viernes, 9 de enero de 2009

¿Qué es la música?

En parte, el canto de las sirenas y los símbolos que de ahí se desprenden. También, algo de Orfeo y el alegórico y esotérico origen de su naturaleza: hijo de Calíope y de Apolo. La música puede ser "el lenguaje de las cosas", como decía Eichendorff o como bellamente escribía Eliot: "la música es lo que se mueve sólo en el tiempo". Por algo la música estaba en el Quadrivium, junto a la astronomía. Por algo escribía San Agustín que cantar al Señor " era orar dos veces". Vermeer logró encerrar el movimiento alrededor de la quietud, como se vislumbra en "La lección de música". Ahí la música está y no está. Nada más musical que eso. Música también pueden ser las indefinidas formas de encuentro humano y divino, todas sintetizadas en ese poema infinito relatado en el Evangelio de Lucas 24: 13-35: De camino a Emaus.

Y en esta distancia, en mi anhelada distancia cada vez más absoluta, la música es el segundo movimiento de la Sinfonía No 4 Op 98 de Johannes Brahms: Andante moderato, la gran sinfonía del mayor músico de la segunda mitad del siglo XIX. Versión de Klaiber, en dos partes.




lunes, 5 de enero de 2009

Sonido y silencio

Barenboim escribe: " El sonido no es independiente, no existe por sí mismo, sino que tiene una relación constante e inevitable con el silencio. En ese contexto la primera nota no representa el inicio: surge del silencio que lo precede. Si el sonido esta relacionado con el silencio, ¿de qué tipo de relación se trata? ¿El sonido domina al silencio o el silencio domina al sonido?...El último sonido no es el final de la música...Por eso es tan perturbador cuando un público entusiasta aplaude antes de que se haya apagado el último sonido, porque hay un último momento de expresividad que consiste precisamente en la relación entre el final del sonido y el inicio del silencio que le sigue. En ese aspecto la música es un espejo de la vida, porque los dos (sonido y silencio) empiezan y terminan en nada" ( del libro: El sonido es vida. El poder de la música. 2007)


Al leer este texto de Daniel Barenboim - gran músico de una tradición casi extinguida- me doy cuenta que eso es lo que tanto me asombra de la música y que no se reduce a la música. La música que habita en mi corazón entre latido y latido, a intervalos de algo que se presenta y algo que se extingue. Esta, no esta. Es, no es. Por eso, todo ser que se interesa por la duración- pienso- esta en condiciones de "entender" la música y no sólo "saber" de música. Entender la continuidad, la relación; el espacio vacio, tras la relación, tras la continuidad. ¿Indeterminación? ¿Determinación? ¡Esto es maravillosamente grande, qué alegría darse cuenta de ello!

Nuages Gris de Franz Liszt, 1881. Casi al final de su vida y siglo. Conciencia de todo esto que decimos arriba. Al piano, Krystian Zimerman.