Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Mendelssohn y su romántica era: trío para piano N. 1



1839. Estamos en la última década de la vida del gran Mendelssohn. La era romántica empieza a llegar a su clímax. Los cuatro grandes (Chopin, Liszt, Schumann y Mendelssohn) de este periodo producen lo mejor de aquella gran época. 

2012. Me encantan los tríos. Pienso que poseen la combinación exacta de lo que debe tener la música de cámara. Y pienso que este trío, el N.1 Op 49, de Mendelssohn, se asemeja casi a lo que se espera de la perfección romántica. Que no es la misma que la perfección clásica o barroca. La perfección romántica siente el sentimiento, pero no lo aprisiona. Lo deja fluir sin derramamiento sanguíneo. Hay corazón pero no víscera. La perfección romántica posee altura incluso en su tristeza, incluso en su arrebato. Es la educación sentimental, sin duda. 

Hoy 30 de mayo del 2012. 14 y 38 de la tarde. Escucho el trío de Mendelssohn. Me emociono con el Molto allegro ed agitato, su primer y vertiginoso movimiento. Y hago una pausa, la pausa que me sacará de todo cuanto me ata en este instante. Estoy feliz a pesar de las cosas que veo y vivo. Estoy feliz porque amo a la música y ella, sea vestida de blanco, de negro o de azul, me acompaña cogiéndome la mano y diciéndome al oído: estoy contigo, estoy contigo, loco varón de la era que jamás existió.

Molto allegro ed agitato. Trío para piano N. 1 Op 49 en re menor de Felix Mendelssohn


jueves, 24 de mayo de 2012

Sabrás que canto, sabrás que rio, sabrás que vivo

Los Músicos, Picasso
 La música que hay en mi hoy quiere volar. Volar alto; alzarse sobre la ciudad gris, sobre la ciudad de los millones de ausentes. La música que soy yo, quiere que me vaya de este lugar, quiere que me vaya de todos lo lugares. Pues mi alma se ensombrece cuando mi música  - la que soy yo- no es escuchada, no es percibida; cae en un saco roto de la indiferencia. 

Por eso esta tarde, atrapado por las circunstancias, siento el sonido de la música que hoy soy yo. Me escucho en mi auténtico esplendor, aun cuando a nadie le importe y aunque nadie me escuche. Y aunque nadie reconozca las alturas a las que se eleva mi alma cuando soy música.

¿Qué música soy yo esta tarde? La que estoy acostumbrado a ser desde que soy pequeño. Hoy soy  de Bach, como nunca dejo de serlo. Desde niño.....Sabrás que canto, sabrás que rio, sabrás que vivo.