Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 29 de abril de 2009

El mismo éxtasis

Como hace más de treinta años, el mismo éxtasis. La vida transcurrió, los días y las noches trajeron sus cosas y sonidos. Lo nuevo innundó el transcurrir de la existencia. Pero la primera navegación estaba ahí, permanente durante todo este tiempo. Hoy volví a ver con ellos y con ellas el Concierto de Brandeburgo número 5 en re menor (BWV 1050). Huracán polifónico in extremis, edificio armónico de proporciones temerarias, donde el aire escasea. Mi éxtasis llega al límite en la enorme cadenza para clavecín que Karl Richter ejecuta como si estuviese poseído por el espíritu del "cantor de Leipzig". El corazón late inclemente, el cerebro no es capaz de procesar la incesante formación de estructuras, un teatro sónico de ilimitados matices donde sujeto y objeto quedan abolidos. Y la existencia es sólo lenguaje.


Recuperada la identidad, un puente de tiempo se reconstruye. Hoy, como hace más de treinta años, muchas cosas no me importan. Sólo el deseo de volver a sumergirme en aquel océano de infinitas variables melódicas. Fundirme en el esplendor de una realidad que adquiere pleno sentido en la armonía de los mundos. Orbitas creadas por un hombre llamado Johann Sebastian Bach.


Bach: Brandenburg Concerto No. 5 in D major (BWV 1050): Allegro.

lunes, 27 de abril de 2009

Escarba

El segundo movimiento me escarba. Estoy ante el concierto para violín en Mi mayor BWV 1042. El segundo movimiento es un Adagio que contrasta con el premozartiano Allegro. En este segundo movimiento, en Do sostenido menor, la orquesta sólo interviene al principio y al final. El resto de tiempo sostiene, con brevísimas líneas de ostinato, el desplazamiento cantábile del violín solista.

A pesar de su sencillez, este Adagio dice mucho si se le contempla a la luz de los años. Cuando se ha logrado pasar por el fuego, cuando la catabasis se ha tornado en el inicio de la anabasis. Es como hundirse en el fondo de lo que somos/hacemos. Es llegar al corazón de todas las cosas del corazón y, por lo tanto de la razón. Escarba hacia arriba y hacia abajo. ¡Cuánta sabiduría había en este hombre! En Bach nada es superfluo, nada es fútil, nada es innecesario. Ni la mejor filosofía ni la mayor poesía, llegan a la hondura de la música de Bach (eso es lo que pienso). Sin embargo, sólo con los años es cuando descubrimos la exacta dimensión del Kapellmeister del Reino.


viernes, 24 de abril de 2009

Visión paralela del paraíso

El sonido del mar antes del fin de la madrugada, que llega hasta nosotros, se disipa al entrar el alba. Mientras, miro mi parte de ciudad cotejando en todas las visiones previas qué metáfora sirve para plasmar esta impresión . El silencio casi absoluto induce a creer que cierta eternidad se puede vislumbrar en la aparente quietud de los fenómenos. Ventanas al cielo. Lo divino que se manifiesta en la ausencia. ¿Para qué bajar a la historia si en la ahistoricidad se llega a presentir todo esto? No hay deseo. Anulación del ansia. Alma que se despliega por lo aparente y se intruduce en todo, descubriendo algo que con palabras es inutil decir. ¿Libertad? ¿Será esa la libertad?


Nuages gris (1881)- Franz Liszt. K. Zimerman

miércoles, 22 de abril de 2009

La Mort d'Ophélie y una visión paralela del infierno

No. La bella canción de Berlioz: La Mort d'Ophélie, no tiene nada de infernal. Lo infernal era la esquina de esta ciudad que me toca padecer. Insolación y grado 27 del astro rey quemante. Smog violador, ruido violador (motores, altavoces, bocinas y el gruñido de los australopithecus renacidos). Lo infernal era todo eso y la portada violadora de los diarios, los restos de comida desperdigados por el suelo, el olor a nada por ser olor de todo al mismo tiempo. Era de la profanación. La violación llevada a sus máximas instancias alegóricas. Lo infernal es la violación integral, hecha totalidad. Y el Síndrome de Estocolmo capturando la vida de millones que ya les "gusta" vivir así.

Paralela a esta visión del séptimo círculo (en sus tres recintos), podía escuchar La Mort d'Ophélie de Hector Berlioz, cantada por Cecilia Bartoli. La canción, como ustedes sabrán, tiene su origen en la Ofelia de Hamlet. Pero elevada a heroína trágica por el romanticismo. Nos sirve para comprender ello, la pintura La Muerte de Ofelia de John Everett Millais, el prerrafaelista.



El culto a la imagen de Ofelia se hizo extensivo en las sucesivas generaciones románticas. La idea de la locura suicida representada en una mujer etéreamente bella, era seductora. Y un romántico como Hector Berlioz no podría sustraerse a tal atracción estética. El texto que sirve a la canción es una traducción que el poeta francés Ernest Legouve hizo del drama de Shakespeare, cuando Gertrudis le narra a Laertes la muerte de Ofelia. Bella melancolía que se desarrolla en una melodía traslúcidamente elaborada, en que la reiteración nunca aparece de la misma forma. En este caso, la interpretación de Cecilia Bartoli, como suele ser en su caso, es una interpretación culta y, por lo tanto, noble. Y esa es la gran diferencia de las versiones de la Bartoli. La mezzosoprano romana une el cultivo de la voz con el cultivo del intelecto. No se trata sólo de ser una gran voz, sino una voz que piensa.
Plenamente inmerso en la contemplación de La Mort d'Ophélie, la visión del infierno ha quedado atrás. Nuevamente el gran arte me ha liberado de la carga de la "época" (merde époque). Desde el cerebro de Berlioz y en la voz de Bartoli, lo importante- al menos para mi- retoma su lugar en la vida.

lunes, 20 de abril de 2009

L'anima del filosofo

L'anima del filosofo, ossia Orfeo ed Euridice de Joseph Haydn. Otra versión del famoso mito de Orfeo y Euridice, también musicalizado por Monteverdi y Gluck. El libreto de esta puesta de "Papá" Haydn fue obra de Francesco Badani, quien a su vez se basó en la Metamorfosis de Ovidio. La composición es de 1791, año de la muerte de Mozart. La estética neoclásica se ve en retirada y evidencia uno de sus últimos cantos de cisne. La fe en la belleza encarnada en el tema noble, adquiere otra dimensión de lo trágico. Tragedia en clave de pensamiento. Un motivo para otro texto sobre esta gran obra.

Al tuo seno fortunato- L'anima del filosofo- Joseph Haydn. Canta: Cecilia Bartoli, dama superior e inspirada de la música




Al tuo seno fortunato

Stringerai l’amato bene,

Se tu serbi’l core armato

Di costanza e di valor.

Chi creò la terra e’l cielo,

tutto vede e tutto regge,

Ma l’adombra un sacro velo,

Cui non lice penetrar

Traducción /traición

Abrazarás en tu afortunado seno
A tu amado bien,
Si conservas el corazón armado
De constancia y de valor.
Quien creó la tierra y el cielo,
Todo lo ve y todo lo rige,
Pero lo ensombrece un sagrado velo,
A quien no les está permitido entrar.

viernes, 17 de abril de 2009

la canción

Los límites de una canción es la misma canción. No forma parte de un todo. Siendo larga o breve, es un unidad en si misma. Se presta para la poesía. De hecho, innumerables poemas se han convertido en canción. A menudo la canción ha tenido pretenciones poéticas. Sobre todo, en los géneros populares.

Como todos, disfruto de una buena canción. Schubert la convirtió en su divisa. En menor medida, Schumann y Brahms, pero con similar calidad. Y Mahler la llevó a niveles insospechados. A toda esa práctica se le conoce con el germanismo Lied. En estos casos siempre he encontrado canciones muy bellas. La serie de canciones que hizo Schubert sobre Goethe es memorable. Al igual que las que compuso Mahler sobre poemas de Rückert: Las canciones para los niños muertos. También en la música popular las hay muy hermosas. Por ejemplo, vengo escuchando unas canciones de Brett Anderson, del disco Wilderness de 2008. Una estrategia de la intimidad en claroscuro, como siempre prefiero a la canción.


Lied: Am Fenster- Franz Schubert. Canta: Dietrich Fisher-Dieskau. Piano: Sviatovlav Richter



A different Place-Brett Anderson- Wilderness 2008

miércoles, 15 de abril de 2009

La música en la encrucijada

Quadrivium significa literalmente en latín encrucijada (cuatro caminos que se cruzan). En sus orígenes órficos (por Orfeo), los pitagóricos ubicaron a la música en confluencia con la astronomía, la geometría y la aritmética. En Edad Media de Occidente, el Quadrivium se integró a la pedagogía escolástica, siendo la continuación del Trivium (lógica, retórica, gramática). La música se ubicaba en la esfera del conocimiento astral y matemático, en una dimensión mucho más amplia que en las concepciones modernas.


Sin embargo, la música no se alejó de sus otras hermanas artes liberales (la belleza que hay detrás de esto). La práctica y el oficio del compositor siguió exigiendo un saber cercano al conocimiento estelar y a la abstracción racional. Pensemos en la estrategia de creación que se advierte en las mayores obras de J. S. Bach. Sobre todo en aquel monumento canónico y deslumbrante que es el Arte de la Fuga. Donde la dimensión cerebral de la música es tan elevada que llega a ser sentimental. No hay conflicto, sino el entrecruzamiento de nobles caminos.


Contrapunctus VIII & XIII- J. S. Bach: El Arte de la Fuga BWV 1080. Trio Dresden



Fugue 9- El arte de la Fuga - J. S. Bach: BWV 1080. Cuarteto Emerson

lunes, 13 de abril de 2009

Favola in musica

Así subtituló Monteverdi a su primera y más célebre opera: El Orfeo. Renacimiento tardío, humanismo, valores aristocráticos; tema elevado para un público exigente. Pues la grandeza de una obra de arte esta en relación a su público. Mientras más cultivado sea el espectador, mayor será lo que se le exija al compositor. Esta premisa atraviesa la historia de la música y no es muy popular, sobre todo desde que el populismo estético se erigió en nuevo canon.


La historia de L'Orfeo la sabemos muchos. En la versión de Monteverdi ( verdadera génesis del barroco), la favola in música sufre algunas modificaciones en relación a su público. Hasta la presencia de Dante se manifiesta: "Abandonad toda esperanza los que entráis aquí", se lee al momento en que Orfeo entra al Hades. Pues como Dante, Orfeo bajo a los infiernos. Catabasis.


Hay tanto en el Orfeo que un simple texto como este, no basta. Sólo queda admirar su grandeza, belleza y profundidad.


Prologo de El Orfeo: Dal mio parmesso amato

Desde mi Permesso amado vengo a vosotros, ilustres héroes,
famosos descendientes de reyes,
de los que la fama relata imperfectamente sus méritos
pues son sublimes.

Yo la Música soy, que con acentos dulces
doy paz al corazón turbado
y, ya de amor, o ya de noble ira,
puedo inflamar las más heladas mentes.

Suelo en cítara de oro con mi canto
mortal oído deleitar a veces.
y así, las almas la armonía sonora
de la celeste lira más anhelan.
Por eso hablar de Orfeo mi afán quiere,
de Orfeo que atrajo a su cantar las fieras
y esclavizó al infierno a sus plegarias,
gloria inmortal de Pindo y Helicona.

Mientras alterno el canto triste o alegre,
no se mueva ni un pájaro en las ramas,
ni se oiga en esta orilla onda sonora,
y detenga toda aura su camino.


viernes, 10 de abril de 2009

Música y esperanza

Agota darle espacio a cuestiones que en el fondo no lo merecen tanto. La rebeldía tiene múltiples posibilidades y ámbitos dónde ejercerla. Escribir sobre música o de temas que la música me suscita, es la manera de rebelarme frente a un estado de cosas que considero deleszables. Por ello, este ejercicio de melomanía responde a la necesidad de valorar la experiencia creadora del hombre en tanto hacedor de mundos sonoros y, cómo esta labor, se halla fuertemente motivada por la belleza, la fe y la libertad. Inspiración vinculada a lo espiritual que hace de la música una manifestación que ennoblece y enaltece nuestra humanidad. Pues lo más humano se reconoce en aquello que lo eleva a la dimensión dignísima de ser hijos de Dios. Creadores de mundos (sonoros, visuales, espaciales o escritos), tal como el Padre concibió el Ser desde la ausencia absoluta.

Que en la música y en las demás artes podemos encontrar rastros de la presencia de lo divino, es algo que muchos han postulado. En mi caso, ubico esta presencia en el sólo hecho de reconocer el amor que muchos compositores le imprimieron a sus obras. Más allá de sus yerros prácticos y cotidianos, los grandes maestros vivieron la experiencia de la creación de mundos sonoros con pasión, entrega e inteligencia. Siendo el resultado evidente. Una ofrenda musical que puede hacer de nuestra existencia algo más intensa, importante e interesante.

En varios momentos de mi vida, la música ha sido el dulce consuelo ante la adversidad. Ha sido la compañía que ha elevado mis alegrías alturas inimaginables. Ha estado en la agonía y en el éxtasis. Y ahora, cuando me abruma pensar en el país en el que vivo, viene a demostrarme que esta aquí y que es mi derecho rebelarme ante la dictadura de la pequeñez, desde la esperanza que se vislumbra en la gran música.


Allegro con brio - Beethoven Sinfonía No.7, Op.92. Dirige Carlos Kleiber

miércoles, 8 de abril de 2009

La gota de sangre

"Les aseguro que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo
"
Jesús de Nazareth. Mt 25-44

El 3 de noviembre del año del Señor de 1991, una gota de sangre salía del cuerpo de un niño. La gota se deslizó sobre el piso y, al llegar la noche, discurrió sobre la puerta para llegar a la calle. Cansada, pero conciente de si, empezó andar lentamente por la vereda hasta llegar a la pista. Y, sabiendo lo que tenía que hacer, se echó sigilosamente a andar. Años después, llegó a la puerta del palacio donde moraba el Criminal. Como era pequeña, nadie se percató de su existencia y pudo entrar sin ser vista. La gota pasó por la puerta de un salón y escuchó cómo se reían los adulones del Criminal mientras festejaban una compra de aviones que no servían a aquel país. Entró a otra habitación y vió una ruma de dinero dada por un poderoso para lograr el favor del Criminal. Por los pasadisos del palacio, pudo oír una conversación del Criminal, dando ordenes para pagar los estudios de sus hijos mayores en el extranjero. Con esfuerzo, logró, al fin, entrar a la habitación del Criminal, mientras éste se divertía en la cama con unas periodistas. Levantándose por las paredes, escuchó al hijo menor del Criminal bestializandose con un perro. Y, trepada en el techo, oyó entre palabras inentendibles cómo desfilaban todos los que adulaban y temían al Criminal.


Una noche, casi nueve años después de salir del cuerpo del niño, la gota logró escalar la cama del Criminal cuando éste dormía. Llegó a su cuello, subió por sus mejillas hasta acercarse a su boca. Sin miedo, llena de hambre y sed de justicia, se metió en el cuerpo del Criminal, avanzando y reconociendo cada parte de ese cuerpo que alguna vez fue de un ser humano. Al despertarse, el Criminal sintió dentro de si una presencia que le impacientaba. Desesperado, mandó a quemar un edificio con personas adentro para acusar a sus opositores. Desesperado, mando a comprar todas las conciencias que la faltaba comprar. Desesperado y a toda furia, entrecerraba sus dientes, lleno de odio ilimitado sin comprender por qué hacía todo esto. Ya sin límites, desbordado, el Criminal salió huyendo del palacio, salió huyendo del país, salió huyendo de otro país, salió huyendo de su cuerpo, salió huyendo de su alma.


Mientras tanto, la gota de sangre empezaba a horadar la frente del criminal. Cada día construía una nueva línea de la marca, una señal de lo que él era. Tiempo después, la marca estaba ahí y estaría, en ese lugar hasta el juicio final. Los adulones del Criminal no la querían ver y nunca la pudieron ver. Pero cada mañana, el Criminal la miraría en el espejo hasta su muerte. Más allá de todo juicio humano, la gota de sangre del niño había vencido. Ya libre, voló hasta el cuerpo del pequeño. Y en unidad, se elevó hacia el Padre cuando ya todo estaba consumado.


Las últimas siete palabras. Joseph Haydn: Mein Gott, mein Gott, warum hast du mich verlassen?

lunes, 6 de abril de 2009

Fe

La certezas que evidencia la música religiosa. No toda, ciertamente. En algunas obras del romanticismo y posteriores, la fe parece un decorado formal o un elemento estético más que el religare propio a la música sacra. Fe "deliciosa" o reducida a forma sólo de lo sensible. Pero en general, la música religiosa representa una convicción que dificilmente encontramos en otras manifestaciones musicales. La certeza en un sistema de creencias, centrado en la presencia de Dios, ilumina el qué hacer del músico y le obliga a comunicar "algo" de la mejor manera posible. Amor al Creador. Pues cuando el objeto del amor es el mismo Dios, la ofrenda ha de ser la culminación de lo más apreciado y querido. Soli Deo gloria, así colocaba el cantor de Leipzig, J. S. Bach, en todas sus partituras, incluso en sus composiciones instrumentales.

La convicción religiosa que evidencia la música de Bach ha sido mencionada innumerables veces. No esta demás volver a repetirla y darla a conocer siempre. Pues lo más logrado de la historia de la música tuvo su origen en una experiencia devocional inmensa y, por lo tanto, dificil de comprender plenamente. La hondura de esta experiencia no ha podido ser replicada por ningún músico. Ni siquiera por Mozart. En Mozart, la gran certeza es la presencia y existencia de la Belleza. En Bach, ese espacio, amadísimo, lo ocupa Dios. Donde Dios es al mismo tiempo fuente de la Belleza más alta.


Kyrie eleison- Misa en Si Menor -J. S. Bach. BWV 232. Lo que puede ser el Kyrie eleison en la manos del gran Johann Sebastian. Karl Richter dirige.

viernes, 3 de abril de 2009

Como siempre, antes del amanecer

En la vigilia aparecen sin orden.
I
Echoes de Pink Floyd. Al inicio, Wrigth toca la última tecla del piano, altísimo Si unido a algo que que no es exactamente el sonido de un piano. Desolación, lejanía; es como estar en el espacio suspendido viendo la tierra alejarse.

II
Artikulation de Gyorgy Ligeti. Fluidos líquidos que se desparraman y se disuelven hasta el infinito. Recuerdo un diálogo entre R2D y C3PO, bajo la escena estelar.

III
¿Qué voluntad es la que conmovía a la postvanguardia? ¿Qué realidad se tenía que abolir? Si es cierta la experiencia de la deconstrucción del sonido, ¿qué queda del sonido?, ¿hay salida?. ¿Qué otra entrada a la subdivisiones de la realidad se proponen aquí?

Artikulation- György Ligeti (1958)

miércoles, 1 de abril de 2009

Diálogo entre Maritain, Baremboin, Eckhart...

Escribe Jacques Maritain: " Una suerte de movimiento musical, de canto no formulado, sin palabra alguna, sin sonido alguno, canto absolutamente inaudible al oído y sólo audible al corazón, he aquí el primer signo por el cual se reconoce la presencia de la experiencia poética en el interior del alma" (La poesía y el arte).

Me quedo pensando en aquello de "canto absolutamente inaudible al oído y sólo audible al corazón". ¿ Música del silencio, desde el silencio?. ¿El silencio y la conciencia de la temporalidad que fluye?

Escribe Daniel Baremboin: "En otras palabras, el silencio puede ser más alto que el máximo volumen y más suave que el mínimo. El silencio absoluto, desde luego, existe también dentro de la composición. Se trata de una muerte temporal, seguida de la capacidad de revivir, de empezar la vida de nuevo. De este modo, la música es más que un espejo de la vida; esta enriquecida por la dimensión metafísica del sonido, que le da posibilidad de trascender las limitaciones físicas del ser humano. En el mundo del sonido, ni siquiera la muerte es necesariamente definitiva." (El sonido es vida. El poder de la música).

Fluye el tiempo y el alma recorre esa temporalidad en silencio. Ausencia que nos induce a la experiencia poética de la música. Sin esa condición es difícil acceder a un grado superior de la aprenhesión estética de la música.

Y el Maestro Eckhart concluye: "Pero el hombre conoce en un ahora del tiempo. Lo más bajo de todo es el ahora del tiempo. Si haces desaparecer el ahora del tiempo, entonces estás en todas partes y tienes todo el tiempo" ( Sermón 77. Ecce mitto angelum meum).