Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

viernes, 26 de julio de 2013

Luces y tinieblas en un cuarteto para flauta de Mozart



Entre 1777 y 1778, el joven maestro inició la composición de una seria de cuartetos para flauta y cuerdas dedicadas a un joven flautista aficionada (según se cree  Ferdinand de Jean). Aun cuando no llegan a tener el brío de otras obras de cámara de Mozart, los cuartetos para flauta son obras mozartianas en toda su dimensión; poseen el aire liberado y calmo tan amable en el gran compositor austriaco.

Esta mañana  escuché el cuarteto N. 1 en re mayor, KV 285, mientras el amanecer iniciaba su rito habitual y se iniciaba un día que nunca se sabe cómo va a terminar. El día puede concluir en un fin incierto y no programado. Pero en fin, Mozart está para siempre, así esté o no esté (el que escribe) en este mundo.

Cuarteto N. 1 en re mayor, KV 285. Movimientos:  Allegro, Adagio y Rondó

jueves, 18 de julio de 2013

13 es el número. El último ataque de Black Sabbath

13, el último disco de Black Sabbath

I
1985. En la escuela secundaria, felizmente olvidable, un compañero de estudios- cuyo nombre y rostro ahora me parecen borrosos, me extiende una grabación artesanal de "Paranoid" (1971), el segundo disco de Black Sabbath. Desde el nombre me sorprende; me sorprende la contundencia de un nombre que me es igualmente difuso, extraño. Hay algo de oscuro en el nombre, algo perturbador desde que se lo pronuncia. Imagino que debí llegar a casa y es casi seguro que empecé a escuchar la grabación casera una y otra vez. No lo recuerdo con nitidez, pero en la repetición constante, casi diaria, el nombre de las canciones del "Paranoid" se fueron grabando y la música se quedó en la memoria  en sus múltiples planos. 

Supe que Black Sabbath era un grupo que tenía ya varios años. Y supe que el célebre -por razones muy diversas- Ozzy Osbourne ya no cantaba con el grupo y que hacía una carrera solista llena de éxitos. Y salvo "Paranoid" y algunas canciones sueltas más, no pude seguir Black Sabbath. No porque no me gustara, sino porque otros músicos y otras músicas formaron parte de mi educación sensorial. 

Fue a inicios de los años noventa, en la efervescencia del grunge en que nuevamente volví a dirigir me atención a Black Sabbath pues varios de los grupos de Seattle lo nombraban como una de las bandas esenciales. Soundgarden, Alice in Chains, entre otros, acusaban claras influencias de los fundadores del Heavy Metal. Y de ahí, me puse a explorar en el pasado de esta enorme banda. 

II
Heavy Metal. Suena contundente en inglés. Metal pesado, es la traducción más literal, pero pierde su sustancia esencial como nombre. Heavy Metal, ese es el nombre. Y Black Sabbath lo creó. Sabbath inventó un sonido y una estética. Claro, hay otras bandas fundadoras, ejemplo Judas Priest. Pero con Black Sabbath el sonido se patentó plenamente. Y la oscuridad se hizo luz. 

Black Sabbath ha tenido varias reencarnaciones y formaciones. Black Sabbath con Ronnie James Dio. Black Sabbath con Ian Gillian, Black Sabbath con Glenn Hughes, Black Sabbath con Tony Martin. Con todos estos vocalistas, el núcleo creativo de la banda, Tony Iommi y Geezer Butler, han hecho canciones memorables y con algunos de ellos, discos de primer orden. Heaven and Hell (1980),con Dio, sin duda, es un pico alto. Incluso Born Again (1983), con Gillian, también lo es. 

A fines de los noventa, Black Sabbath se había transmutado por cuestiones contractuales en Heaven and Hell, la banda alterna que formaron Dio, Iommi, Butler y Appice. Mientras, Ozzy, el vocalista original, seguía su senda al megaestrellato por cuestiones ajenas a la música. Parecía que Ozzy estaba condenado a hacer una parodia de si mismo, dentro de un reality show - muy exitoso-que apagaba cualquier respeto artístico que se le podía tener. En cambio, Heaven and Hell, mantenía la huella, la senda y la oscuridad de los Sabbath de antaño. Claro, en la voz estaba un auténtico titan: Ronnie James Dio. 

III
En 2009 Heaven and Hell realiza su célebre y entrañable concierto en Wacken Open Air. Y es la despedida de Dio. Pues Dio muere en mayo del 2010. Y con él, Heaven and Hell. ¿Que podía ocurrir después? ¿Podría volver Sabbath?

IV
13 es el número. A la muerte de Dio, la posibilidad de unir a la banda original se hacía más posible. Negociaciones vienen y van. Acuerdos, reconciliaciones y demás estelas. Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, la formación original de Black Sabbath hacen pública su reunión. Y el deseo de hacer un disco, un nuevo disco de la primera formación desde 1978. 

13 es el nombre de este disco en el que no participó Ward, sino el baterista de Rage Against  the Machine: Brad Wilk Y claro, Ozzy, Iommi y Butler de todas formas. El productor Rick Rubin tenía la cosas claras. Black Sabbath tenía que sonar como siempre. Y lo logró con creces. 

Hay canciones de este disco que son realmente impresionantes: God is Dead?, Age Of Reason, Loner, End of Beginning, son las que más he disfrutado. Aunque en realidad, todo el 13 se presenta como un disco muy sólido, hecho por músicos que saben hacer muy bien oficio. Obviamente no hay sorpresas, pues todo los que se puede escuchar en este último álbum ya se puede reconocer en toda la discografía de Black Sabbath, sobre todo, la de los años setenta. En líneas generales es un buen disco, no extraordinario, pero dado lo que hoy se hace en el mundo del rock, resulta bastante superior a lo demás. 

God is dead? con nietzscheana influencia. 

Lost in the darkness
I fade from the light
Faith of my father, my brother, my Maker and Savior
Help me make it through the night
Blood on my conscious
And murder in mind
Out of the gloom I rise up from my tomb into impending doom
Now my body is my shrine

The blood runs free
The rain turns red
Give me the wine
You keep the bread
The voices echo in my head
Is God alive or is God dead?
Is God dead?

Rivers of evil
Run through dying land
Swimming in sorrow, they kill, steal, and borrow. There is no tomorrow
For the sinners will be damned
Ashes to ashes
You cannot exhume a soul
Who do you trust when corruption and lust, creed of all the unjust,
Leaves you empty and unwhole?

When will this nightmare be over? Tell me!
When can I empty my head?
Will somebody tell me the answer?
Is God really dead?
Is God really dead?

To safeguard my philosophy
Until my dying breath
I transfer from reality
Into a mental death
I empathize with enemy
Until the timing’s right
With God and Satan at my side
From darkness will come light

I watch the rain
And it turns red
Give me more wine
I don’t need bread
These riddles that live in my head
I don’t believe that God is dead
God is dead

Nowhere to run
Nowhere to hide
Wondering if we will me again
On the other side
Do you believe a word
what the Good Book said?
Or is it just a holy fairytale
And God is dead?
God is Dead 

Right!

But still the voices in my head
Are telling me that god is dead
The blood pours down
The rain turns red
I don’t believe that God is dead

lunes, 15 de julio de 2013

Música para una isla



Si por azar del destino me quedase sólo en una isla, qué música llevaría en este periplo que necesariamente sería un viaje interior. Pues el viaje geográfico termina  siendo un viaje del cerebro y de la mente que le da forma. Así, la música que me acompañase en esta travesía, tendría que ser música que guíe, que camine, que consuele, que eleve, que hunda. Música para todos los momentos de la mente, los momentos que surgen cuando uno está sólo en una isla solitaria. 

Incluyo en esta lista imaginaria, tanto música académica como popular. Y pensaré, en algunos casos, en términos de grabaciones discográficas. El orden en lo de menos, no indica jerarquías. 

1. Benjamin Britten. Suites para violonchelo Op 70, 80 y 87. Caminar en una playa desierta en el amanecer, con los innumerables fantasmas rondando en la mente. Camino y abismos. No es música para relajar el sistema nervioso. Por el contrario, enerva todo lo que se tiempla al interior. No apto para oídos cursis. 

Lamento: Lento rubato, Suite para violonchelo N. 1 Op 70



Moto perpetuo e Canto quarto: Presto. Suite para violonchelo N. 1 Op 70



2. Edgar Várese. Ionisation para instrumentos de percusión. Perdido en la noche, sin luz y sin estrellas. El alma oscura con tus temores. Pero no miedo, sino fascinación por saber todas las soledades juntas y unidas al mismo tiempo. 



3. Pink Floyd. Echoes. Sentado en una piedra, fumando un cigarrillo, tomando café. Mirar el panorama yermo; quizás aparezca una estrella, quizás no. Pero sentado en esa piedra, eventualmente, podré alzar vuelo. ¿Qué vuelo? Oh alma, hasta donde puedes llegar desde que naciste al mundo¡



4. Franz Liszt. Seis consolaciones. Recuerdos a la vista, mirando cada detalle de la isla solitaria. La isla solitaria se transforma en un enorme caja de remembranzas. No se puede huir. Estamos anclados a la pena del paso de tiempo.



5. Franz Schubert. Allegro moderato de Sinfonía "Inacabada" N. 8. En algún momento pensaré que vivo la segunda navegación. Por un momento creeré que el universo de Newton tiene su propio soundtrack. Estoy viviendo la experiencia de creer que la realidad es algo externo a mi. Muy extraño. 



6. Wolfang Amadeus Mozart. Andante de la Sinfonía Concertante para viola y violín KV 364. Hacia algún medio día aunque no lo sea. Buscando el medio día, donde sea.



7. Johannes Brahms. Andante del Trio para corno, viola y piano Op 40. Seguro que estoy próximo al regreso. Queda la isla como un lugar más o como un lugar menos. He viajado a territorio inhóspito, pero sin dejarme atacar o morir. Se aprende en una isla solitaria.

jueves, 4 de julio de 2013

Se estudia Humanidades


La Escuela de Atenas. 
Se estudia humanidades porque el tiempo es importante. Porque es necesario saber que las cosas humanas tuvieron -aunque el mito lo oculte- un origen cierto. Y también porque el tiempo, aun en su diversidad y asimetría, contiene una infinidad de formas de lo humano. Porque el tiempo y lo humano son uno. 

Se estudia humanidades porque los sentidos se forman. Porque la sensibilidad se conduce. Y porque esa sensibilidad, una vez conducida,  produce nuevos órdenes y mundos. Así, se estudia humanidades para saber que hay sonidos que van desde el ser al no ser, volúmenes que se confunden con ilusiones, espacios rectos y oblicuos que son lo mismo, fantasías cromáticas de reinos privados y colectivos, palabras que dicen todo y nada y que nos importan demasiado, movimientos que danzan solos hasta lo inmutable. Y se estudia  todo eso porque forma  a un interior que ama y desea amar, que busca ser bueno y bello. Y que no se conforma con los estudios culturales, la siempre triste sociología de las cosas  y la más triste antropología de los lugares comunes ¿Se entiende?

Se estudia humanidades para no sólo contar hasta cinco y desaparecer. Se estudia humanidades para mirar la noche estrellada y sentir en las células la ley moral que habita en cada uno. Se estudia humanidades para sobrecogerse con la teoría unificada, para emocionarse con la segunda ley de la termodinámica, para soñar con  la destrucción molecular de la muerte. 

Se estudia humanidades para el hacer. ¿Quién podría discutirlo?

Se estudia humanidades hasta alcanzar la altura del sueño. Para entender el todo, humanizándose. Para decirle a todos, y a los más jóvenes, que hay un tercer y un cuarto piso. Y que, eventualmente, no hay límites para la condición humana. Yque en esa condición habita la libertad. ¿No así Filosofía?