Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sonidos del norte del mundo: Hugo Alfvén



Primero conocí a Grieg y a Sibelius. Luego, la aventura me llevó a Joseph Martin Kraus. Muchos años después a Sariaaho y a Thor Aulin. Y últimamente a Hugo Alfvén. Se que he nombrado a músicos de épocas muy distintas, casi inconmensurables. Además de tres naciones diferentes. Pero que tienen en común el haberse hecho en el norte del mundo, lejos, muy lejos de aquí. 

Recién empiezo a conocer la música de Alfvén (1972-1960), compositor sueco nativo de Estocolmo. Lo único que había oído- y modo superficial- era la Rapsodia Sueca N. º 1. Sin embargo, por esas cuestiones amables de la melomanía tengo la Sinfonía 4 en do menor Op 39 "”Från havsbandet" (Desde las afueras del archipiélago) compuesta entre 1918 y 1919. Obra de gran aliento, como todo composición postromántica, se construye a la manera del poema sinfónico, es decir, describiendo de una perspectiva programática. La influencia de Richard Strauss se hace evidente tanto en la armonía y en la gestión de la polifonía. La conexión entre el mar y las islas, la contemplación estética de las mismas, hace que un morador marino - como quien escribe - sea capaz de conectarse con el espíritu de la obra aun cuando la distancia geográfica y cultural entre Suecia y el Perú sea evidente. Pero ahí radica el poder de la  misteriosa de la forma del tiempo. Un momento intenso es cuando tenor y soprano cantan sin palabras al modo de una vocalise, generando una atmósfera mágica y melancólica. Los movimientos de esta extraordinaria sinfonía son los siguientes: 

1 Moderato- allegretto- ma nom troppo
2.Allegro-moderato- allegro
3.Lento- maestoso- molto apassionato 
4.Allegro agitato

Allegro-moderato-allegro



Lento-maestoso-molto appassionato en dos partes. Impresionante momento vocal.





Allegro agitato

lunes, 27 de septiembre de 2010

El lugar de la música en la Compañía de Jesús

El triunfo de San Ignacio de Andrea Pozzo SJ


La relación entre los jesuitas y el arte ha sido celebrada, estudiada y admirada en su justa medida. Tanto Bernini, Rubens, Andrea Pozzo,  Bernardo Bitti, entre otros, desarrollaron algún tipo de relación con la orden de Ignacio de Loyola, incluso Pozzo y Bitti, fueron jesuitas. La envergadura de esta relación hay que verla dentro del proyecto de evangelización y humanismo que la Compañía hizo y sigue haciendo suyo a pesar de los contextos funcionales e instrumentales de nuestros días. Tanto así ,que imposible concebir la visión jesuita de la fe sin la  impronta  artística, histórica, literaria y filosófica. Fe y cultura en su máxima expresión, sin miedos y sin complejos. 

Ciertamente es más conocida  la labor de la  Compañía de Jesús con relación a las artes plásticas y la literatura, desconociéndose los vínculos entre los jesuitas y la música. "Melomanía" no es el espacio para elaborar un minucioso estudio acerca de las relaciones entre los jesuitas y la música, pues la naturaleza de este blog es  impresionista más no ensayística ni mucho menos científica. ¿Qué músicos compusieron bajo el auspicio de la Compañía de Jesús? Los casos más emblemáticos y poco conocidos para el melómano común son los siguientes: 
  1. Pier Luigi da Palestrina: Entre 1566 y 1571, Palestrina fue maestro de capilla del Collegium Germanicum, fundado por San Ignacio de Loyola. 
  2. Tomás Luis de Vitoria: En 1565 realiza sus estudios eclasíasticos en el Collegium Germanicum, donde conoce a Palestrina. En 1569 deja sus estudios inconclusos, pero gracias a Palestrina es contratado como profesor de música y cantor de Collegium Germanicum, siendo nombrado Maestro de Capilla en 1575 hasta su salida en 1578. 
  3. Giacomo Carissimi: Fue Maestro de Capilla de la iglesia de San Apolinario que pertenecía al Collegium Germanicum desde 1628 al 1674, año de su muerte. En 1637 se hizo jesuita y tuvo la oportunidad de formar numerosos músicos, destacándose Charpentier, Bononcini y Alessandro Scarlatti.
  4. Marc Antoine Charpentier:  Maestro de Música del Colegio jesuita Louis- le- Grand de París durante los años 1687 a 1698. Simultáneamente Maestro de Capilla de la iglesia del mismo nombre por esos años. 
  5. Domenico Zipoli: El mayor músico jesuita. Estuvo vinculado con la orden desde 1716 hasta su muerte en Sudamérica en 1726. Su labor como músico en la Compañía de Jesús se llevo cabo fundamentalmente en la ciudad de Cordoba, en aquel entonces dentro del Virreinato del Perú, hoy en Argentina. 
  6. Leopold Mozart: Entre 1727 y 1736, el padre del gran Wolfgang, fue formado en el  St Salvator Gymsasium  de la Compañía de Jesús en Ausgburgo. Debido que su padre fue una persona ajena  la música, es casi seguro que el oficio de músico lo aprendió en esta institución jesuita. De modo que el padre y maestro de Amadeus fue un ex alumno de la orden de San Ignacio. ¡Qué honor!
A continuación, muestro ejemplos de música hecha por algunos compositores que estuvieron dentro o muy cerca de la Compañía de Jesús. Sirva de homenaje y recuerdo a una orden religiosa que, como pocas, ponderó la educación de los sentidos como un fin de su labor pedagógica y pastoral. "Homo vivens gloria Dei"

Misa Tu eres Pedro. Motete a cinco voces. Pierluigi da Palestrina



Ave María. Motete a doble coro y ocho voces. Tomás Luis de Vitoria



Surgamus,eamus, properemus. Motete para contralto, tenor y bajo contínuo. Giacomo Carissimi



Magnificat a tres voces con bajo contínuo. Marc Antoine Charpentier



Adagio para oboe, violonchelo, organo y cuerdas. Domenico Zipoli



Largo del concierto para trompeta en re mayor. Leopoldo Mozart.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Visiones de Xenakis sobre la arquitectura y la música



En abril de 1986, la revista Correo de la UNESCO publicó una extensa entrevista a Iannis Xenakis (1922-2001) con el título Dimensión matemática de la música. Transcribo partes de esta conversación a modo de homenaje al gran compositor y arquitecto, de origen griego, rumano de nacimiento y francés por adopción. Toda vez que nos encontramos ad portas de conmemorar los 10 años de su muerte en el 2011. 




SOBRE LA RELACIÓN ENTRE MÚSICA Y ARQUITECTURA
¿Cómo explica que existan en usted esos dos espacios de la creación que son la música y la arquitectura?

Ante todo, la arquitectura es un espacio de tres dimensiones y habitable. Las convexidades y concavidades son muy importantes,   tanto desde el punto de vista sonoro como  visual. El problema de las proporciones es esencial. La mejor arquitectura no es la que ostenta un valor decorativo sino aquella cuyas proporciones y volúmenes están como deben ser: desnudos. La arquitectura es el esqueleto y pertenece al ámbito visual. Y en éste hay elementos relacionados con lo que llamamos lo racional, que también forma parte de la música. Querámoslo o no, hay un puente entre la arquitectura y la música basado en nuestras estructuras mentales que son las mismas tanto en la una como en la otra. Los compositores, por ejemplo, han utilizado simetrías que existen en la arquitectura. Si se trata de saber cuáles son las partes iguales y simétricas de un rectángulo, la mejor manera de proceder es hacerlo girar sobre -sí mismo y sólo hay cuatro posibilidades para ello. En la música existen también tales transformaciones y eso es lo que en la esfera melódica se inventó en el Renacimiento. Se toma una melodía: se la lee al revés, se toma su inversión en relación con los intervalos, es decir que lo que iba hacia los tonos agudos va hacia los graves y viceversa; añádase a ello la reiteración de la inversión que utilizaron los polifonistas del Renacimiento y que ha empleado también la música serial y tendremos efectuadas en este ejemplo las mismas cuatro transformaciones que en la arquitectura. Tomemos otro ejemplo, el del pabellón Philips. Lo concebí basándome en ideas provenientes de la música para orquesta que yo componía en esa época. Quería crear espacios que se modificaran y transformaran continuamente a partir del desplazamiento de una recta, con lo cual se obtienen paraboloides hiperbólicos en el caso de la arquitectura y verdaderas masas de glissandi en música.

LA PROPORCIÓN ÁUREA EN LA MÚSICA
¿Hay en la historia, según usted, ejemplos de ese encuentro, más bien identificación, entre las concepciones arquitectónica y musical?

Bueno, tenemos el caso de Bêla Bartok que utilizó la sección áurea para obtener sus acordes. Ahora bien, la sección áurea proviene del ámbito visual: es una proporción  geométrica que tiene una característica suplementaria: cada término es el resultado de la suma de los dos que le preceden. Y tal proporción se utilizó en arquitectura, desde las pirámides de Egipto hasta los templos griegos, como una suerte de clave milagrosa para construir hermosos monumentos.

MÚSICA PETRIFICADA
¿Y es fundamental para usted tal correspondencia?
Goethe ha dicho que "la arquitectura es una música petrificada".  Si se trata de ahondar  esta fórmula, puramente literaria, para intentar una comprobación más objetiva, se llega en seguida a las estructuras mentales que pertenecen al tipo de los conjuntos. La rotación del rectángulo o las melodías son grupos de transformaciones. Y la teoría de los conjuntos trata precisamente de las simetrías hasta lo infinitamente pequeño de las partículas, que es la única manera de identificarlas. Hay pues diversos niveles de correspondencia. El más vago es el literario, como el de Goethe; yo he señalado otro, más objetivo, con el ejemplo de los conjuntos y otros más, de tipo diferente, como aquel de crear espacios sonoros, sea arquitectónicos, utilizando la línea recta acústica como los glissandi o la recta final.  Pero hay también otras maneras de ver.  Por ejemplo, el ritmo. ¿En qué consiste? Se trata de escoger puntos en una recta, la  recta del tiempo. El músico cuenta el tiempo de la misma manera que al marchar se  cuentan los hitos kilométricos. Igual sucede en arquitectura, tratándose de una fachada,  por ejemplo. Y las teclas del piano son también arquitectura: están dispuestas de  manera constante. En un caso se trata del tiempo, en el otro del espacio. Hay pues  una correspondencia entre los dos. Y ello es posible debido a que hay una estructura  mental más profunda, aquello que los matemáticos llaman una estructura de orden.

Achorripsis para 21 instrumentos. 1956-57. Composición estocástica, a partir de cálculo de probabilidades. Iannis Xenakis.




miércoles, 22 de septiembre de 2010

Mendelssohn oculto, Mendelssohn notable


Lo he escrito varias veces. Me encanta la música de Mendelssohn. Se que varias de sus obras, si las comparamos con las de sus contemporáneos, pueden parecer en una primera impresión, composiciones de un valor musical menor. Pero eso es falso. Pocos compositores llegaron a poseer el dominio formal que alcanzó Mendelssohn entre sus coetáneos, sobre todo por la adecuada formación clásica y la esmerada educación humanista que gozó.  Además tuvo el talento para desarrollar todas las formas musicales, de modo similar a Mozart. Pero claro, sin el genio solar de éste.

Mendelssohn compuso dos conciertos para piano, muy similares ambos. Han sido poco abordados por el repertorio concertante más habitual si los comparamos a los de sus contemporáneos. Ello podría indicar que son obras menores, si los contrastamos con la maestría del Concierto para violín Op 64, la obertura Hébridas y las sinfonías escocesa e italiana. Sin embargo, pienso que estas estos conciertos todavía no han sido redescubiertos en su real dimensión. Son obras aparentemente sencillas, muy bien orquestadas, que permiten una fácil comprensión. Pero al mismo tiempo, son conciertos que exigen un solista virtuoso, que logre convencernos que estamos ante piezas digeribles a pesar de su evidente exigencia.

De los dos conciertos para piano de Mendelssohn el que más me gusta es el segundo. Escrito en 1837, seis años después - tras su luna de miel - para el festival de Birmingham, se presenta como una obra típica de Mendelssohn: formalmente impecable, uso adecuado de la orquestación (¿hubo otro orquestador tan eficaz como él en su época?, lo dudo) y brillantes. La música de Mendelssohn posee una luz poderosa y visible a kilómetros, sin ser chirriante. Junto a esos elementos propios del universo mendelssonsiano, el deseo de realizar una obra que se destaque de las de sus contemporáneos. Pensemos que todos sus coetáneos más célebres fueron pianistas notables: Chopin, Liszt, Alkan y Schumann, compositores que nos han dejado obras de dimensiones temerarias. De ahí, probablemente, el diseño virtuoso del concierto, que busca realzar el contenido heroico del solista ante la orquesta. Y al mismo tiempo, la necesidad de construir temas que fuesen fácilmente reconocibles. El inicio del allegro apassionato es una muestra de ello.

El concierto para piano N. º2 en re menor Op 40 presenta la siguiente estructura: Allegro appassionato, Adagio. Molto sostenuto y Finale. Presto scherzando. La duración, según las versiones, va desde los 22 a 24 minutos. 





lunes, 20 de septiembre de 2010

Los sonidos de la utopía

La música no sólo ha estado al servicio de la fe. También al servicio de lo público y lo político. Cada himno patrio o partidario es un ejemplo de la relación entre música y política. Pienso en “Cara al Sol” y su vínculo con el falangismo español, La Internacionalcon el socialismo comunista o la “Marsellesa”  con la revolución francesa y la república de Francia. Música concebida para generar algún tipo de adhesión en la masa que canta enfervorizada  y que siente algún tipo de identificación política, ideológica o nacional. Arriba mencionaba “Cara al Sol” de los falangistas y recordaba “Ay Carmela” de los milicianos de la república. Dos canciones asociadas a la tremenda experiencia de la guerra civil española y a los grupos en conflicto.

Los “sonidos de la política” tienen su propia lógica y están al servicio de programas más o menos establecidos, sean estados nacionales o ideológicos. Pero ¿cuándo hablamos de “sonidos de la utopía”?. Pienso que la música y la ensoñación utópica tienen que ver más con la autonomía del arte que sobre la relación de servicio a una idea política o ideológica. La canción utópica se realiza bajo la conciencia de su inexistencia. O, en todo caso, asumiendo que tal estado de lo humano es inalcanzable. La canción utópica es una exhortación a soñar por un mundo mejor. La canción política o el himno político es un compromiso programático de acción. Por ejemplo, a pesar de su evidente dimensión utópica,  el himnola Internacional  se presenta como un programa a la praxis. De ahí que a la canción política habitualmente se le haya llamado “canción comprometida”.

La canción utópica carece de ese compromiso programático. Pero gana en presencia universal, es decir,  no se reduce a un determinado grupo humano (político, ideológico, nacional). Apela a valores genéricos que podrían ser enarbolados por grupos de mayor alcance. Sin embargo esta pretensión universalista de la canción utópica refleja, según sus críticos, una evidente ingenuidad y, por lo tanto, superficialidad. Al no haber referencia a una situación específica o a un grupo humano en concreto, la canción utópica se queda en la nebulosa de las buenas intenciones, no añadiendo nada a la necesidad de cambios. Por ejemplo, Imagine (1971) de John Lennon es el la típica canción utópica. No hace referencia a una situación programática y al, mismo tiempo, se manifiesta como su dimensión de ensueño: You may say that I'm a dreamer /But I'm not the only one.  (Tu dirás que soy un soñador/ pero no soy el único).

Propongo tres casos de canción utópica provenientes del rock, pues dentro de los géneros populares es el que más conozco y el que más me gusta. El primero es la célebre canción de Ten Years Alter  "I'd Love To Change The World" (Desearía a cambiar el mundo) de 1971. En el coro se evidencia la tensión entre deseo e imposibilidad: I'd love to change the World / But I don't know what to do ( Desearía cambiar el mundo, pero no se cómo hacerlo). Prefiero incluir todo el texto en castellano de esta interesante letra que une tanto la ensoñación, la denuncia y la frustración:

En todas partes están, locos raros, melenudos
lesbianas y hadas
dime, ¿dónde está la razón?
Grava al rico, alimenta al pobre
hasta correrlos y que no haya ningún rico.

Quisiera cambiar al mundo
pero no sé como hacerlo
así que te lo dejaré a tí
(rezaré por tí).
La población sigue respirando
la nación sangra mientras más alimenta a la economía.
La vida es divertida, los cielos soleados
las abejas hacen miel, ¿quién necesita dinero?
El monopolio.
Quisiera cambiar al mundo
pero no sé como hacerlo
así que te lo dejaré a tí.
Rico, pobre
es tu falla
atorníllate.
Más contaminación, no hay soluciones
restitución, confusión masiva.
Contagiar al mundo
rico o pobre
salvar la tierra
parar la guerra.
Dijo:
y no tendríamos nada que hacer
sólo cambiar
Quisiera cambiar al mundo
pero no sé como hacerlo
así que te lo dejaré a tí.
sólo cambiame.




I'd Love To Change The World. Album: A Space in Time de 1971. Ten Years After.




Como no podía ser de otro modo, incluyo una canción de Rush. “Closer to your heart” (Cerca del corazón ) de 1977 es uno de los clásicos de la gran banda canadiense. Aquí lo interesante es la cómo la canción utópica se formula a partir de un cambio de actitud que supere la tradicional división del trabajo a la vez que a acepta, tratando de unir a todos en un mismo proyecto ideal: Philosophers and ploughmen / Each must know his part /  To sow a new mentality (Filósofos y labradores, cada uno ha de hacer su parte para construir una nueva mentalidad). Como en el caso anterior inserto la totalidad del texto en castellano:

Los hombres que ocupan altos cargos
deben ser los que inicien
el cambio para moldear
de una nueva realidad
más cerca del corazón
más cerca del corazón


El herrero y el artista
reflejar en su arte
forjan una nueva creatividad
Más cerca del corazón
Más cerca del corazón

Los filósofos y los labradores
cada uno ha de hacer su parte
para construir  una nueva mentalidad
más cerca del corazón
más cerca del corazón

Tu puedes ser el capitán
que va trazar el mapa
de un nuevo destino
más cerca del corazón.

Closer to your heart. The farewell kings de 1977. Rush



Termino con Imagine (1971) de John Lennon. Quizás como un paralelo al desencantando texto de Revolution de 1968, de ese disco formidable que es el White Album de The Beatles. Imagine es simple, sensible, describe la arcadia, quizás en un sentido casi barroco, de esas series pictóricas “Et in ego Arcadia”,  tan extendidas durante los siglos XVI Y XVII. ¿Acaso pastoril?No incluyo el texto de esta canción pues ya es parte del ADN de cultura contemporánea. 

viernes, 17 de septiembre de 2010

Aria para Susana


Ah,  Le nozze di Fígaro. Obra mayor donde la compasión y el perdón envueltos en inteligente comedia nos deleita y ennoblece. Pues ahí radica la genialidad y grandeza de Mozart. Al mismo tiempo nos complace y nos conmueve. Es la idea de occidente: la belleza. 

En el acto IV, décima escena, Susana entre los árboles, la noche y las sombras canta lo que es una de las demostraciones más exquisitas del milagro Mozart: el recitativo  Giunse alfin il momento y el aria  Deh, vieni, non tardar. Cuánto amor se escucha aquí gracias al libreto soberbio de Lorenzo da Ponte, amigo privilegiado de Wolfgang. 


Llegó al fin el momento
en que gozaré sin inquietud
en brazos de mi ídolo. ¡Tímidos desvelos!,
¡salid de mi pecho!,
no vengáis a turbar mi deleite.
¡Oh, cómo parece que al amoroso ardor,
la amenidad del lugar
la tierra y el cielo respondan!
¡Cómo secunda la noche mis secretos!
¡Ah, ven, no tardes, oh bien mío!
¡Ven a donde el amor para gozar te llama!,
mientras luzca en el cielo la antorcha,
y el aire esté sombrío, y el mundo calle.
Aquí murmura el arroyo, aquí bromea el aura
que con dulce susurro el corazón conforta.
Aquí ríen las flores y la hierba es fresca,
aquí todo invita a los placeres del amor.
Ven, bien mío, entre estas plantas ocultas,
te quiero coronar la frente de rosas.


Canta: La gran Lucia Popp. Dirige: George Solti.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Cuatro quintetos

La forma reina de la música de cámara es el cuarteto de cuerdas. También cercana  a esa cúspide se encuentran los tríos (habitualmente para violín, violonchelo y piano) y los quintetos (para piano y cuerdas). Ayer en la noche estuve escuchando después de mucho tiempo el Quinteto para piano y cuerdas en fa menor FVW 7 de César Franck. Siempre es estimulante oír una obra de dimensiones notables y de una sensibilidad exquisita. Una composición que no deja indiferente por su capacidad de hacernos sentir aquello que no nos está afectando. Una obra cumbre de la melancolía; melancolía en el sentido renacentista, no romántico. Una vez que terminaba el allegro non troppo ma con fuoco todas las sensaciones se habían evidenciado y quedaba exhausto ante la profusión de imágenes sonoras, algunas refinadas y apolíneas otras sumergidas en un torrente de oscuros deseos. El católico ferviente Franck nos entregaba una obra notable del repertorio para el quinteto de piano y cuerdas. 

¿Cuáles son los quintetos para piano y cuerdas que más me emocionan? La lista del repertorio no es tan extensa como la de los cuartetos, tríos o dúo sonatas. Por ello es difícil seleccionar un grupo selecto de esta formación camerística. Como últimamente he estado releyendo con avidez los Cuatro Cuartetos de Eliot, pienso que sería interesante reducir la lista a cuatro quintetos. Mis cuatro quintetos para piano y cuerdas favoritos son los siguientes. 

1. Quinteto para piano en fa menor Op 34 de Johannes Brahms. Me pregunto si existe otra composición de cámara a la altura de esta obra. Probablemente no haya otra en el siglo XIX que le haga sombra. Aquí se recapitulan y unen clasicismo y romanticismo, juventud y madurez, forma y sentimiento. Todos los movimientos son notables, todos están en su lugar. En general, el quinteto para piano me genera la misma actitud que el segundo concierto para piano: temor y temblor a la usanza del maestro Kierkergaard. 

Cuarto movimiento: Finale: Poco sostenuto - Allegro no troppo - Presto, no troppo. Músicos notables en esta interpretación brillante.



2. Quinteto para piano y cuerdas en fa menor FVW7 de César Franck. Líneas arriba ya he mencionado algunos alcances de esta obra imprescindible del repertorio camerístico. Sólo añadir que la primera vez que la oí fue como parte de la banda sonora del film Celeste una película acerca de la relación entre Marcel Proust y su sirviente Celeste. 

Segundo Movimiento: Lento, con molto sentimento.



3. Quinteto para piano y cuerdas en sol menor Op 57 de Dimitri Shostakovich. Siempre me pareció extraño que este quinteto haya obtenido el premio Stalin en 1941. Más aun cuando ahora sabemos de la tragedia personal que el Shostakovich padeció durante su vida, sobre todo durante el stalinismo. Nunca  llegaremos saber lo que su atormentada mente vivió, pues las evidencias se manifiestan contradictorias. Podemos reconocer el dolor, pero también la pasión y la sabiduría formal que llegó a poseer como pocos. Shostakovich sabía de música, sabía de historia de la música y amaba la tradición musical. El más grande músico del siglo XX, qué duda cabe. Este muy lejos de todos los demás, perdón por el atrevimiento. Compuesto al modo barroco durante la segunda guerra mundial, presenta innumerables  momentos notables. 

Primer movimiento: Preludio, lento. Otra versión de notables músicos.



4. Quinteto para piano y cuerdas en mi bemol mayor Op 44 de Robert Schumann. Una de las obras centrales del repertorio, dio luz a las composiciones posteriores del repertorio. Schumann logra con este quinteto traspasar el umbral de la música absoluta a la música evocativa. Todo se puede tocar, besar, oler. Podemos caminar a su lado y tropezarnos con sus propias pasiones. Eusebius, Raro, Florestán. La legión Schumann en su mejor momento. 

Segundo movimiento: In modo d'una marcia. Un poco largamente.

martes, 14 de septiembre de 2010

El cáncer del alma

Como saben mis lectores, soy del Perú. Un país como cualquier otro. Con sus luces y sus sombras. El Perú ha tenido dos procesos que siempre trato de vincular: la acción terrorista del grupo insurgente "Sendero Luminoso" y la dictadura del cleptócrata delincuente Alberto Fujimori. Desde 1980 hasta el año 2000, es decir, dos décadas de mi vida, afectaron a mi país en una gravedad que sólo Dios sabe. Tengo 40 años. La mitad de mi vida ha conocido el terror y la indignación. Por eso y es algo que deseo de todo corazón: no quiero que mi hijo y mi hija tengan que vivir semejante experiencia. 

¿Qué es el fujimorismo? Una organización delictiva cuyo fin es apropiarse de la estructura del estado para hurtar los recursos de todos y vender favores a terceros. No es grupo político, pues carece de  doctrina y reflexión política y social. Los cabecillas de esta banda son los delincuentes Alberto Fujimori  y el abogado, ex militar, Vladimiro Montesinos. Ambos se encuentran en prisión. Sin embargo son los que mueven los hilos de la mafia desde la cárcel; teniendo como imagen visible a la primogénita de Fujimori, a la administradora Keiko Fujimori Higushi. El poder económico y mediático del fujimorismo ha logrado que durante los últimos 10 años no hayamos podido liberarnos de su presencia. Incluso, la señora Keiko Fujimori, tiene una posible opción presidencial el 2011.

Cada día que pasa pienso que el fujimorismo es algo más que esa descripción algo descarnada que he realizado líneas arriba. El fujimorismo es el cáncer del alma. Es algo que se deposita en la conciencia de una persona y empieza a carcomerla poco a poco hasta destruirla totalmente. Convirtiendo a esa alma en algo libre de humanidad, de decencia, de inteligencia y de compasión. En la metástasis, en la fase terminal, el cáncer llamado fujimorismo ha logrado reducir lo humano a un mínimo irreconocible. 

No se cuándo estaremos liberados de ese cáncer del alma. Sólo espero que sea relativamente pronto. Y, sobre todo, espero que mis hijos y los tuyos, si eres peruano o peruana, nunca más permitan que algo tan oscuro y monstruoso llegue a apoderarse del Perú. 

Hoy, hace 10 años, se difundió un vídeo en el que el número 2 de la mafia, Vladimiro Montesinos, sobornaba a un parlamentario de la oposición para que apoye a la mayoría parlamentaria fujimorista. Fue el principio de una serie de grabaciones que causaron una gran conmoción. Por meses, los peruanos descubrimos que habíamos sufrido uno de los gobiernos más corruptos del mundo contemporáneo. Todo eso esta en la historia nuestra. 

Lamento no haber escrito de música hoy. Pero tantos recuerdos, tristes, vienen a mi ahora. Ojala que ustedes amigos y amigas de otros países nunca sufran lo que un país como el Perú llegó a sufrir de manos de un mafioso. 



Diálogo en las tinieblas. Montesinos y Kouri.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Tolstoi y la opera de Prokofiev

La historia de Guerra y Paz Op 91, de Sergei Prokofiev, tuvo el devenir de las obras del gran compositor en el contexto fantasmal de la URSS en tiempos del stalinismo. No se sabe a ciencia cierta las marchas y contramarchas de su estreno, de su versión definitiva, etc. Lo que ocurría en la Unión Soviética siempre tuvo el hálito del misterio y, por lo tanto, de mitología. Lo cierto es que esta opera, gran opera basada en la novela de León Tolstoi, llegó a tener el éxito y el reconocimiento que merece. Poco a poco iré comentando varios momentos de Guerra y Paz, sobre todo por el centenario de la muerte de Tolstoi. 


Aria: Chuda, kak harasha ana, krasavitsa takaja. Escena IV, Acto I. Guerra y Paz Op 91 de Sergei Prokofiev. Canta: Anna Nebrebko



Es tan bella y amable...
Realmente me quiere de todo corazón. 
Sabe que estoy prometida y sin embargo, 
bromea y ríe con su marido, el respetable Pierre, 
por lo de la historia de Anatol. 
Eso demuestra que no hay nada de malo en ello.
No, no hay nada de malo.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Virtud del virtuosismo.

A veces los compositores pueden ser crueles. Componer para exigirle al interprete más allá de sus propias capacidades. Sobre esto hay muchas historias y mitos.  Cuentan que Mili Balakirev se ufanaba de haber compuesto una pieza para piano imposible de ser ejecutada, incluso por el mismo. O que Ravel obró Gaspar de la Nuit sólo para demostrar que era capaz de componer la obra más compleja de la historia del piano. Más allá de la mitología, hay ejemplos evidentes de composiciones complejas que exigen músicos de un virtuosismo extremo. Pero, ¿cuál es la razón de ser de este tipo composiciones? Es claro que el artista siempre ha tratado de  mostrar el dominio de la forma en la que  trabaja. Saber que se puede hacer algo que llega ser particularmente notable desde el punto de vista formal. Sin embargo, el virtuosismo posee un riesgo.Cuando sólo se trata de un mero alarde de dominio técnico, se corre el peligro de quedarse en el vacío. Como ese academicismo francés horroroso de fines del siglo XIX, cuando la pintura se hallaba en plena efervescencia impresionista. Pintura vacía de evidente dominio formal, pero sin sustancia ni vida. 

Pero hay un virtuosismo que llega a ser necesario en obras que poseen una dimensión conceptual mayor. Un ejemplo son las Armonías poéticas y religiosas de Franz Liszt. Me parece también que la Escalera del Diablo, de Georgy Ligeti, de fundamentos matemáticos basados en la matemática de Cantor, posee esa dimensión que une lo virtuoso con lo conceptual. Indagación pura que debe ser resaltada y valorada.

Presento obras que son particularmente difíciles de ejecutar del repertorio pianístico. Me parece que cada una de ellas lograr equilibrar el saludable desafío formal junto a lo sustancial, más aun cuando en la música es muy difícil evidenciar la dimensión de los conceptos.



Islamey. Mila Balakirev. Piano: Borís Berezovski



Ondine. Gaspar de la nuit. Maurice Ravel. Piano: Vladimir Ashkenazy.



Estudio para piano N. 13 "La escalera del Diablo". Georgy Ligeti.



Scarbo. Gaspar de la nuit. Maurice Ravel. Piano: Valentina Lisitsa

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Lo que no cesa. El arte en la vida buena.


¡Viva belleza! Vuelve al miserable corazón de este pueblo,
recupera tu lugar en torno a la mesa hospitalaria y en nuestros templos...
Diotima. F. Hölderlin.


El cardenal Pamphili, uno de los fundadores de la Academia de la Arcadia, poeta y teórico de las artes, escribía emocionado sobre el talento del joven Friedrich Haendel: 

Oh, Haendel, no puede mi Musa
Cantar en un instante
Versos que sean dignos de tu lira


Me centro en la figura de Pamphili como ejemplo de clérigo capaz de reconocer el genio de un  artista notable. También como ejemplo del valor que la Iglesia Católica llegó a conferirle al arte, más allá de criterios religiosos. Pues como sabemos, esa iglesia, acusada desde hace siglos de oscurantista, fomentó las artes como ninguna otra institución de occidente. No sólo el arte religioso, sino el arte secular y profano, fueron auspiciados de un modo u otro. Tanto así, que resulta imposible pensar la historia del cristianismo sin tomar en cuenta el proceso artístico, sobre todo en los últimos siglos.

Enfatizo la relación entre Pamphili y Haendel como un caso de relación estrecha entre el artista y el mecenas culto y sensibilizado. Pamphili, como la mayoría de los miembros de la aristocracia, la alta burguesía y el clero, había sido formado en la integridad del saber. Unió en su instrucción el ámbito  teórico y práctico con la educación sensorial y estética. Aquello que la revolución humanística había propuesto como clave de distinción. En los siglos XVI, XVII y XVIII, excluir a las artes de la formación general,  era impensable. No se podía concebir un ser humano culto sin el cultivo de las artes. Afortunadamente, las revoluciones liberales (norteamericana, francesa, etc) en vez de abolir la formación humanística, entendida como una amplia base de saberes teóricos, prácticos y estéticos, buscaron expandirla a otros sectores de la población. No sólo el rico y poderoso se podía enriquecer con la universalidad del saber, también el pobre tenía el derecho de acercarse a la gran tradición, incluida la tradición artística. 

La bella y profunda sentencia de Terencio, el poeta latino,  Homo sum, humani nihil a me alienum puto (soy hombre, nada humano me es ajeno ) se presenta como la divisa de la actitud humanística. De ahí que el proyecto de educación y formación integral nunca excluyó a las artes. Resulta emblemático que durante los siglos XVI al XIX, se hallan producido obras que resultan modélicas. La grandeza de esa producción literaria, plástica y musical se debe, en gran medida, a la existencia de un público comparativamente más culto e ilustrado que otros destinatarios de otras épocas. Así, las sensibilidades cultivadas se convierten en el ecosistema propicio para la elaboración de obras de mayor calidad. Las exigencias de un público culto siempre serán mayores. 

El humanismo no cesa a pesar de la caricatura que muchos tratan hacer de él. Caricatura que presenta al interés universal  por el hacer humano. como producto de una sociedad encorsetada, vieja y aristocratizante. "Rancias humanidades",  en que la burla identifica al humanista como un ser perdido en el tiempo, ajeno a las preocupaciones de entorno.  Y resulta curioso que un autor crítico de las estructuras sociales de su época, difícilmente identificado con posturas conservadoras y aristocratizantes,  como José Mariátegui, escribiera una de las  proclamas más humanistas de nuestro país  en la presentación del primer número de AmautaEstudiaremos todos los grandes movimientos de renovación -políticos, filosóficos, artísticos, literarios, científicos. Todo lo humano es nuestro

Acercarse al humano desde la integridad de sus dimensiones. Reconocer en su práctica y obrar aquello que nos distingue. Eso es humanidades. Acercarse al tiempo, a la palabra, a la fe, a la belleza y al conocimiento, sabiendo que el humano late en esas dimensiones plenamente. Por ello resulta inquietante las voces que plantean amputar la dimensión estética de la formación humanística. Eliminar la experiencia de reconocer lo que somos en la pintura, en la escultura, en la música, etc, bajo el argumento que "eso no es útil". Amputar las artes de los estudios de formación básica debilita la percepción que el ser humano tiene de si. Lo hace proclive con mayor facilidad a la intolerancia, a observar la vida desde el ángulo perverso de la única vía. Por eso pienso cada día más, que detrás de aquellos que detestan a las humanidades y especialmente a las artes, se esconde un gran temor: reconocerse inmunes a la belleza y, por lo tanto, al bien. El ser humano se abandona al reinado de lo feo, lo banal y a la maldad. 

Pienso en el cardenal Pamphili. Probablemente no fue la mejor persona del mundo. En todo caso, sólo Dios lo sabe. Pero tuvo la inteligencia y la sensibilidad de apoyar  al jesuita Giovanni Mario Crescimbeni para crear la Academia de la Arcadia, nombrándolo teórico de la misma . Y fue quien acogió al joven Haendel una vez llegado a Roma en 1707. Le confió su poema Delirio Amoroso y  Il trionfo del Tempo e del Disinganno para que elabore una cantata con  los mismos nombres. Fue quien le impulsó a Haendel a estrenar  Aci, Galatea e Polifemo HVW 72, de belleza impresionante. El cardenal Pamphili, sin proponerselo,  por el simple  hecho de valorar a las artes y a la música, colaboró en hacernos la vida un poco mejor gracias a la gran música de Haendel. 

Qui L'augel Da Pianta In Pianta Lieto Vola. Aci, Galatea e Polifemo HVW 72. G. F. Haendel. Canta: philippe jaroussky

Qui l’augel da pianta in pianta,
lieto vola, dolce canta
cor che langue a lusingar.
Ma si fa cagion di duolo
sol per me che afflitto e solo,
pace, oh Dio! non so trovar.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Huérfana en la ventana




Adelia Prado, una voz desconocida en esta parte del mundo. De Corazón Disparado (1978), este poema conmovedor y bello gracias a la traducción amorosa de mi hermano José Francisco Navarro SJ

Huérfana en la ventana


Estoy con nostalgia de Dios,
una nostalgia tan honda que me seca.
Estoy como paja y nada me conforta.
El amor hoy está tan pobre, tiene gripe,
mi  ánimo no está para salones.
Me quedo en casa esperando a Dios,
escarbando la uña, aspirando por mi nariz llorosa,
queriendo un póster suyo, en mi cuarto,
gustando igual que antes
de la palabra crepúsculo.
Toda la vida supe que el mundo es destierro.
Cuando el sol se va es a la casa de Dios que va,
a la casa donde está mi padre.


Cambio de luz para soprano y flauta de Kaija Saariaho


viernes, 3 de septiembre de 2010

La esperanza en una obra de arte

El desprecio a las humanidades esconde temor. Temor a ser cuestionado, temor a darse cuenta que el ser humano es mucho más de lo que pensamos. Pues es más fácil y divertido quedarse en una perspectiva superficial del ser humano. Una seguridad que proviene de la incapacidad de ver la hondura de nuestra condición. Nada más sencillo que despreciar aquello que nos cuestiona y evidencia las falencias de nuestra formación y cultura.

Este no es un espacio para el debate, más aun cuando son tan pocos los que me leen. Sin embargo, en la medida que pasa más el tiempo y me voy haciendo más viejo o más maduro (no sé como explicarlo), mi respeto y deslumbramiento por la tradición clásica y sus proyecciones va creciendo. Nunca me fue ajena la tradición humanística. Se me enseñó y aprendí a quererla como parte constitutiva de mi ser como humano individual. Y no  fue por medio de la exigencia escolar. Bastó ver a poetas escribir, pintores pintar, intelectuales hablar, para que en mi surgiera un amor a eso que se llama "humanidades". Amor, esa es la palabra. Pues no se trata de una pasión o sensación pasajera. Es, como ocurre en el amor, un trabajo de afecto y de valores que se trazan con el tiempo, con idas y venidas, cesuras y continuidades.

Pero en ese mar de cosas intensas e interesantes, la música ha sido, es y será, mi compañera más fiel. Mi amor por virtud y excelencia. Hay amores humanos que uno toca y ve. Que inevitablemente y dolorosamente tendrán que irse y despedirse por su constitución contingente.  Pero lo que estará conmigo hasta el fin, es mi música. Por ello hago un paralelo entre la música y la experiencia de lo divino. Al igual que la música, Dios estará conmigo hasta el término de mi tiempo. Y gracias a mi fe en la resurrección, podré ver a mis amores humanos nuevamente. Eso lo tengo claro.

La esperanza que genera una obra de arte esta en aquello que se llama proyección. La obra de arte nos permite entrever un mundo posible frente a este que estamos experimentando. Esperanza de otra realidad vinculada a ésta. Algo así es la fe. Es la condición de creer, asumiendo que lo probable es posible. Y al ser posible, movilizador de la integridad de nuestro ser.

Ayer leía que el brillante y entrañable Stephen Hawking, en su último libro había llegado a la conclusión que nada en el universo nos hacía pensar en la existencia de un creador. Todas las evidencias llevaban a concluir que Dios no existía. Me quedo con el concepto de “evidencias” y las cambio a “mediaciones”. En efecto, las evidencias nos llevan conclusiones, tanto como las mediaciones nos dirigen a otra cosa distinta. Con la humildad del caso, las evidencias/mediaciones que he podido recopilar a lo largo de mi vida me llevan a creer que si existe Dios. Y que ese Dios es creador y que es bueno y bello. Carezco de las demostraciones, fundadas en teorías y evidencias astrofísicas. Pero tengo la evidencia del amor de los otros y del arte que se hizo por amor y desde el amor. Por eso, gran parte de la música que quiero es esperanza. 

Aria: Bereite dir, Jesu, noch itzo die Bahn. Cantata: Herz und Mund und Tat und Leben BWV 133 de Johan Sebastian Bach. Dirige: Nikolaus Harnonourt.




Hacia Ti voy, Jesús.
Mi alma cree en Ti, Redentor mío,
y elegirá el camino correcto.
¡Vuelve hacia mí tu mirada bondadosa!



Aria: Ich will von Jesu Wundern singen. Cantata: Herz und Mund und Tat und Leben BWV 133 de Johan Sebastian Bach. Dirige: Nikolaus Harnonourt.


Cantaré las maravillas de Jesús
y mis labios pronunciarán la oración.
Gracias a su amor 
mi débil carne se fortalecerá 
y mi boca se llenará con la llama celestial.



Coro: Jesus bleibet meine Freude. Cantata: Herz und Mund und Tat und Leben BWV 133 de Johan Sebastian Bach. Dirige: Nikolaus Harnonourt.




Jesús es mi alegría
y el consuelo de mi corazón.
Jesús me preserva de los sufrimientos
y es la fortaleza de mi vida.
Es la luz y el sol de mis ojos;
el gozo y la paz de mi alma.
Por todo ello no lo rechazaré
ni de mi corazón ni de mis ojos.