Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

lunes, 31 de agosto de 2009

Academia de la Arcadia

Se creó en Roma hacia 1690. Su razón de ser era el cuestionamiento a la estética barroca, pregonando el retorno a la sencillez natural y a los ideales mesurados del clacisismo. Los principios de la Arcadia se difundieron por varias ciudades de la península itálica. Su mentor y teórico fundamental fue el sacerdote jesuita Giovanni Mario Crescimbeni, crítico literario y escritor de enorme talento. El papa Clemente IX le dió su apoyo y varios príncipes de la Iglesia (cardenales) fueron entusiastas mecenas de los artistas que asumieron los principios de la Arcadia. El ejemplo típico es el del Cardenal Pamphili, protector y libretista de Handel. En la Arcadia estuvieron también Corelli, Marcello, Scarlatti, entre otros. Además de innumerables escritores como Ranieri de Calzabigi, libretista de varias de las óperas de Gluck y Pietro Metastasio, autor de varios libretos de Vivaldi y Handel. En suma, la Arcadia fue fundamental para comprender el transito de la estética barroca a la estética neoclásica.

Las obras de Handel vinculadas a la experiencia de la Arcadia datan de su permanencia en los reinos de la antigua Italia entre los años 1706 a 1710. Llevado a Florencia por Fernando de Medicis, siguió su camino hacia Roma donde estuvo bajo la protección de los cardenales Pamphili, Colonna, Ottoboni y el conde Ruspoli. Es decir, llegó a la ciudad de la Arcadia en el momento en que ésta estaba en pleno apogeo.

Las obras de Handel vinculadas a la experiencia de la Arcadia son pocos pero significativas. Sobre todo porque si bien es cierto están dentro de las características del barroco, ya se vislumbra otro sentir envuelto en una nueva forma. En Roma compuso su "Nisi Dominus" (que tiene una versión de Vivaldi basado en el salmo 126), Laudate Pueri, Delirio Amoroso, el célebre Il tempo y Alcis, Galatea y Polifemo, entre otras obras. Dentro de esas obras arcadianas, Handel compuso La Rezurrezione, un oratorio basado en el texto bíblico con alteraciones literarias del poeta Carlo Segismondo Capace que refuerzan el caracter expresivo de la composición. En ese sentido, se presentó como una escenificación de la resurrección Cristo, lo que era bastante osado en un contexto como el romano. Sobre todo porque contravenía los decretos tridentinos sobre la música. Sin embargo, la obra es de una belleza única y refleja el sentido secular de una composición de contenido religioso. Una proeza que sólo un músico de un gran talento como Handel podría llevar a cabo.

Vedo il ciel- La Resurreczione- G. F. Handel. Canta: Mirajana Marinovic



Piangete, si piangete- La Resurreczione- G. F. Handel. Canta: Mirajana Marinovic



Piangete, sì, piangete,
Dolenti mie pupille, E con amare stille
Al morto mio Signor
Tributo di dolor
Meste rendete!
Che mentre egli spargea
Tutt’ il suo sangue in croce,
Morendo sol dicea
Di pianto: hò sete.

Traducción

Llore, sí, llore. Mis ojos que se afligen.
Gotas amargas y tristes
Se ofrecen en tributo de dolor
Por mi Señor muerto.
El pierde toda su sangre
sobre la cruz.
En su morir sus únicas palabras
de dolor eran: tengo sed.

viernes, 28 de agosto de 2009

350 II

I
Ingleses. Tallis, Dowland, Purcell. De ahí hasta el siglo XX donde deslumbraron Vaughan Willians y, sobre todo, Britten. Hay otros también, pero de alcance distinto y de diversos periodos: Boyce, Elgar, Holst , Walton, Bax. Paramos de contar. Pero Dowland, Purcell y Britten, están en la cima de lo mejor. En ese grupo selecto de mis 2o favoritos de todos los tiempos. Y hablar de los Beatles, de Pink Floyd y de King Crimson, es otro cantar.

II
Estos días han sido para Purcell. Tiempo de preparación de clases donde pienso establecer un paralelo simbólico entre L´orfeo de Monteverdi y Dido y Eneas de Purcell. Y ese reencuentro con el gran músico inglés significó volver a revisar parte de su obra.

III
Dos composiciones del maestro quiero compartir con ustedes mis amigos (as) melómanos (as). La pirmera, extraída de su Oda a Santa Cecilia, Hail ! Brigth Cecilia. La segunda, de Los Funerales de la Reina María, la Marcha y el Man that is born. Este último tan célebre a partir del film de Kubrick La Naranja Mecánica.

Hail! Bright Cecilia, Hail! fill ev'ry Heart!

With Love of thee and thy Celestial Art;

That thine and Musick's Sacred Love

May make the British Forest prove

As Famous as Dodona's Vocal Grove.

Hail ! Brigth Cecilia- Oda a Santa Cecilia (patrona de la Música)- Henry Purcell. Dirige: Raymond Leopard




March and Man That is born- Los Funerales de la Reina María- Henry Purcell



Man that is born of a woman
hath but a short time to live,
and is full of misery.
He cometh up, and is cut down like a flower;
he fleeth as it were a shadow,
and ne'er continueth in one stay.

miércoles, 26 de agosto de 2009

350

Este2009 se cumplen 350 años del nacimiento de Henry Purcell, el gran compositor inglés del siglo XVII. A pesar de su breve vida-murió a los 36 años- fue un músico prolífico y enormemente talentoso. En su extenso catálogo de 850 composiciones, están incluidas varios de los momentos más intensos de la historia de la música. Sobre los detalles de la vida de Purcell se pueden indagar en otras fuentes. Me voy remitir, como suelo hacerlo, a mi experiencia de melómano comprometido.

Hay tanta música de Purcell de primer nivel que resulta difícil decidir qué composiciones son las más logradas o mejor asimiladas por la tradición. Pero en mi caso las preferencias por Los Funerales de la Reina María, la cuatro Odas a Santa Cecilia, la masque La Tempestad (con esa aria maravillosa: No stars again shall hurt you from above/ But all your days shall pass in peace and love) y, finalmente, Dido & Aeneas.

Conocer la historia de Dido y Eneas, cantada en el capítulo IV de la Eneida de Virgilio, potencia en términos absolutos la audición contemplada de esta gran ópera. Nahun Tate hizo el libreto basandose en la narración de amor/desamor entre el troyano y la reina de Cartago. Eneas naufraga en las costas de Cartago. Este, Eneas, es acogido por la reina Dido. Ambos se enamoran perdidamente. Sin embargo, las brujas envidiosas le hacen creer a Eneas que Júpiter le ordena regresar a Troya. Eneas le comunica a Dido su plan de marcharse. Finalmente Dido decide suicidarse ante la partida del amado.

El libreto de la ópera de Tate no logra captar la profundidad del poema de Virgilio. Sin embargo por la intensidad de la música compuesta, podemos intuir la dimensión trágica de la historia. En la Eneida, Dido ordena a sus hombres que hagan una pira donde ella se hace quemar viva. Mientras a lo lejos Eneas ve arder a la amada a medida que su barco se aleja. ¡Qué imagen más tortuosa y bella! Además, en capítulo VI, Eneas (en su viaje al infierno), tiene un encuentro con el alma de Dido. En ese momento le dice al fantasma: "No me fui por mi voluntad, sino por orden del padre de los dioses: Júpiter". Pero Dido no le respondió, ni lo miró. El amor que la había conducido a la muerte, se había tornado en odio en el infierno.

Sabiendo este final, podemos comprender la belleza terrible del célebre "Lamento de Dido". Probablemente uno de los momentos más logrados de la historia de la opera. La belleza surge del dolor, la belleza artística logra vencer inlcuso a la peor de las muertes: el suicidio:

Dido

Thy hand, Belinda,

darkness shades me.

On thy bosom let me rest,

more I would,

but Death invades me;

Death is now a welcome guest.

When I am laid in earth,

May my wrongs create

no trouble in thy breast;

remember me, but

ah! forget my fate.

Traducción:

Dame tu mano, Belinda;

me envuelven las sombras.

Déjame descansar en tu pecho.

Cuánto más no quisiera,

pero me invade la muerte;

la muerte es ahora una visita

bien recibida.

Cuando yazga en tierra, mis

equivocaciones no deberán crearle

problemas a tu pecho; recuérdame,

pero, ¡ay!, olvida mi destino.

Les presento tres versiones del Lamento de Dido. En lo personal me quedo con la interpretación de la Dama Jessye Norman. Aunque también adoro las versiones de Anne Sophie Von Otter, la de Tatiana Troyanos, la de Veronique Gens, entre otras. También les comparto una versión libre en danza que elaboró Mark Morris en 1989. Todo esto gracias a la palabra de Virgilio y la gran música de Purcell. 350 años sigue vivo en nuestra emoción.

Jessye Norman




Tatiana Troyanos



Enmma Kirby



Mark Morris- versión coreográfica.

lunes, 24 de agosto de 2009

Un Bruckner Aristocrático por Giulini

Asi como es una experiencia sobrecogedora escuchar la Cuarta Sinfonía de Brahms por Kleiber, la "catedral sinfónica" que es la Octava Sinfonía en do menor de Anton Bruckner, adquiere una dimensión similar bajo la conducción de Carlo María Giulini (1914-2005). Ciertamente hay varias versiones brillantes de la "sinfonía de las sinfonías", cima de la música absoluta. Pero este humilde melómano se queda con esta interpretación. Giulini le daba un toque recatado a cada una de sus versiones, lejos de cualquier histrionismo o exsibicionismo. Como director, asumía la conducción con exquisitez aristocrática. Nobleza que se oculta tras la partitura para no evidenciarse a si mismo. No hay desbordes, incluso en la hybris más estimulante. Lo hiperromántico tiene un cauce clásico en todos sus ámbitos.

Reecontrarse con la Octava de Bruckner, gracias a Carlo María Giulini, es siempre una experiencia intensa, pero no tensa. La construcción sonora del Finale me lleva al extasis sin rozar el peligroso vértigo. Sin duda, todo ello por virtud de un gran maestro que, como Kleiber y otros más, no son fáciles de hallar hoy en día.

Finale: Feierlich, nicht schnell- Octava Sinfonía en do menor- Anton Bruckner. Dirige: Carlo Maria Giulini





viernes, 21 de agosto de 2009

El legado de Carlos Kleiber

Desde hace unas semanas quería escribir algo sobre Carlos Kleiber (1930-2004), uno de los mayores directores de la segunda parte del siglo XX. Nacido en Alemania y naturalizado argentino, Kleiber es referencia obligada al momento de evaluar algunas de las obras centrales del repertorio sinfónico. No voy a abundar en datos biográficos sobre el maestro, éstos abundan en la web y publicaciones especializadas. El silencio, en estos casos, es una manifestación de respeto a un artista que logró estar a la altura de su propio mito. Pues todos los grandes directores han estado expuestos a la elevación mítica de sus atributos. Sin embargo, una vez muertos, la realidad nos ha dado una imagen muy distinta. Pero en el caso de Carlos Kleiber el genio y figura se mantuvieron inalterables después de su muerte.

¿Qué había en las interpretaciones de Kleiber? Algo que siempre buscamos en una gran dirección: "mucha música". Kleiber sabía extraer de la partitura la música precisa que en ella habita. Y no se trata de contener las emociones desde el saber de la forma, como en el caso de otros grandes conductores como Celibidache o Giuliani. Sino de saber decirle a la música que es música. De ahí el misterio de su interpretación. Por ejemplo, una sinfonía como la Séptima Op 92 de Beethoven llega a ser la Sinfonía Séptima. Kleiber lograba transformar lo no-definitivo en lo definitivo. Tal nivel de perfección sólo fue posible porque el maestro supo reducir su repertorio al mínimo : sólo algunas obras de Mozart, Dvorak, Schubert, Strauss, Mahler, Wagner, Verdi y Bizet. Pero alcanzando dimensiones sobrehumanas con la 4, 5, 6, y 7 de Beethoven y el integral de las sinfonías de Brahms. Con Beethoven y Brahms, Kleiber logra establecer una marca insuperable.

El encuentro con la Cuarta Sinfonía de Brahms es una experiencia que siempre recomiendo. "Es como ser apaleado por dos personas terriblemente inteligentes" (Hanslik). "Es como si estuviera demasiado calculada al microscopio, como si todas las bellezas no fuesen accesibles al simple apasionado, y fuera un pequeño mundo para los inteligentes y los sabios, en el que el pueblo, que camina en las tinieblas, puede participar mínimamente" (Elizabeth Von Herzogenberg). Sinfonía elitista pero no en el sentido despótico y socialmente excluyente. Sino que precisa de una madurez de vida y de reflexión para ser abarcada en la dimensión que merece. Crecimiento interior y profundo para una verdadera cima del arte humano de cualquier tiempo y lugar. Los valores de la Cuarta Sinfonía de Brahms llegan a ser absolutos en la interpretación de Carlos Kleiber.

Andante Moderato- Cuarta Sinfonía en mi menor, Op 98 de Johannes Brahms. Dirige: Carlos Kleiber



jueves, 20 de agosto de 2009

Años de Italia

El Cardenal Pamphili, cultísimo humanista y poeta, elaboró varios de los textos que Handel utlizó en sus obras del periodo italiano. En un arrebato de admiración absoluta por el "sajón" escribió:

Handel, non può mia Musa
Cantare in un instante
Versi che degni sian della tua lira.

(Oh, Haendel, no puede mi Musa
Cantar en un instante
Versos que sean dignos de tu lira)

En ese mismo panegírico Pamphili llegó a plantear la superioridad de Haendel sobre el mítico Orfeo:

Oh más grande, entonces, que Orfeo, tu
has arrancado de mi Musa tal
inspiración
mucho después que en una rama
mi arpa desusada y sin vida había
colgado.

Cantad todos y elevad las voces
a las melodías de una nueva belleza,
y dejad que vuestros dedos toquen
la armonía de este nuevo Orfeo.

Y este Handel, Orfeo en la calurosa pluma de Phamphili, tenía tan sólo 21 años y ya se había tornado en el mayor compositor vivo de ese momento. Sobre todo en una ciudad como la Roma de 1706, llena de talentos musicales de primer orden. ¿Qué compositores compartieron ese espacio y tiempo? Aparte de Haendel, el eminente Arcangello Corelli, quien dirigió la primera interpretación del Il trionfo del tempo e del Disinganno con textos de Pamphili. También vivían en Roma Domenico Scarlatti, Caldara y el gran Domenico Zippoli. Una reunión de talentos en el centro de la música barroca. Después, Handel viajó a Napoles, donde compuso los duetos de Arcadia, un escalón más de la historia de la idea de occidente.

De la colaboración entre Handel y Pamphili nos ha quedado Il trionfo del tempo e del Desinganno y el Delirio Amoroso. Ambas fueron bellemente interpretadas en esta década por el Concert d´Astree, junto a un grupo de notables cantantes dirigidos por Emmanuelle Haïm. Por muchas razones el periodo que más me seduce de la obra de Handel es el su brevísima experiencia italiana. Pues tomó contacto con una manera de hacer música que tuvo sus logros notables en el larguísimo periodo inglés, con obras como Julio César y la enorme Alcina.

Trailer de la Virgin Records del Il trionfo del tempo e del Desinganno de G. F. Handel.Texto: Pamphili Dirige: Enmanuelle Haïm.

martes, 18 de agosto de 2009

A los que siempre retorno

¿Quiénes? A los de siempre, a los más fieles amigos. Mendelssohn, Mozart, Bach, Beethoven, Mahler. Y al más querido: Johannes Brahms. ¿Por qué Brahms es el más querido? Porque me ha acompañado en los momentos más importantes, sobre todo en los decisivos. Además, porque alienta y enseña este espíritu de continuidad que de evidencian en su obra. Invención que descansa en la tradición. Pero no sólo es el deseo de comunicación y continuidad. Hay en Brahms una grandeza que es difícil de explicar en términos referenciales, grandeza unida a una profundidad sobrecogedora. Sólo en Bach encuentro esos atributos a niveles superlativos.

El Requiem Alemán Op 45 de Brahms ocupa un lugar central en el repertorio religioso. Construida a la manera sinfónica, esta obra es desde hace mucho tiempo un referente de lo que entiendo como construcción de la experiencia de fe. Sobre todo en un contexto - como el del siglo XIX- de acelerada secularización. Una catedral de fe en un mundo abiertamente humano.

El segundo movimiento es el más célebre y el que, a mi gusto, posee mayor belleza, grandeza y profundidad: "Denn alles Fleisch, es ist wie Gras". Los textos de este movimiento del Requiem Alemán provienen de fragmentos de la Biblia, tanto del nuevo como del viejo testamento.

"Denn alles Fleisch, es ist wie Gras"

Entonces toda la carne,

es como la hierba

y todo el esplendor del hombre

es como la flor de los prados.

La hierba está seca

y la flor está marchita.

(Primera epístola de S. Pedro 1, 24)

Así, amados hermanos, sed pacientes

y esperad la venida del Señor.

Mirad al campesino que aguarda

el fruto precioso de la tierra

y espera paciente

la llegada de la lluvia

del otoño y la primavera.

Así, sed pacientes.

(Epístola de Santiago 5, 7)

Entonces toda la carne,

es como la hierba

y todo el esplendor del hombre

es como la flor de los prados.

La hierba está seca

y la flor está marchita.

Pero la palabra del Señor

perdura eternamente.

(Primera epístola S. Pedro 1,24,25)

Los que han de ser salvados

por el Señor retornarán

y vendrán jubilosos hacia Sión;

La alegría, la alegría eterna,

reinará sobre ellos.

La alegría y el gozo

se apoderarán de ellos,

y el dolor y el llanto

desaparecerán.

(Isaias 35, 10)

Denn alles Fleisch, es ist wie Gras- Requiem Alemán: Johannes Brahms



viernes, 14 de agosto de 2009

Más allá del orden de las cosas, la virgen madre dió a luz un niño

Esas voces salen desde algo que puede ser el origen o el centro de lo real y se elevan por el espacio en perfecta simetría. Siempre que pienso en el nacimiento de todas las cosas, viene hacia mi el Praeter Rerum Seriem de Josquin des Prés (1450-1521), el mayor artesano de su tiempo. ¿Por qué asocio el big bang a este motete renacentista y no al primer movimiento de la novena de Beethoven? ¿Por qué la creación es para mi algo que se alza en diáfana conjunción y no un estallido violento de pulsiones energéticas?

Pienso nuevamente en Josquin des Prés y en lo que supo ofrecernos con tanta sabiduría. Ni Palestrina ni Monteverdi serían posibles. Y sin ellos, Purcell, Händel, Vivaldi o Bach no estarían en el reino de los cielos (como ciertamente están). Josquin des Prés vislumbró el origen y él mismo es origen.

Imaginemos la hermosura de la creación en su exacta intensidad y altura. En la profundidad de estructuras polifónicas que simulan el devenir y sus partes. En series no seriales. Arquitectura de lo real no en el sentido mecánico, sino en equilibrios fundados en la unión de lo bueno y lo bello. ¡ Qué triste debe ser la vida sin reconocer que existe lo bello-bueno, inmanente y trascendente a las cosas! Con el Praeter Rerum Seriem de des Prés todo llega a ser sentido; sentido en lo sensorial y en la finalidad. Aquí y ahora, en el porvenir, en el fin bienaventurado de lo habido y de lo que habrá.

Praeter Rerum Seriem

Præter rerum seriem

parit deum hominem

virgo mater.

Nec vir tangit virginem

nec prolis originem

novit pater.

Virtus sancti spiritus

opus illud cœlitus

operatur.

Initus et exitus

partus tui penitus

quis scrutatur?

Dei providentia

quæ disponit omnia

tam suave.

Tua puerperia

transfer in mysteria.

Mater ave.

Praeter Rerum Seriem- Josquin des Prés. Interpreta: Gabrieli Consort. DVD: Christmas in Rome 1993.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Magnitudes de la noche estrellada sobre mi

Me encanta la astronomía aunque mis conocimientos en esa ciencia son muy limitados. Además, por mi sensibilidad, percibo un ámbito que excede lo científico. Algo como escribía Kant en su "Crítica del Juicio" al hablar de lo sublime: "Sublime es lo que, por ser sólo capaz de concebirlo, revela una facultad del espíritu que va más allá de toda medida de los sentidos...Denominamos sublime a lo absolutamente grande. [...]" ... "[...] Sublime es aquello comparado con lo cual resulta pequeño todo lo demás" . Así, en la contemplación del cielo estrellado, nos hallamos ante el límite de lo que nuestra razón e imaginación pueden asimilar.


Desde hace un tiempo sigo el proceso de Eta Carinae, es un estrella joven. Se calcula que tiene entre dos y tres millones de años y esta en camino es convertirse en una supernova (aunque algunos hablan de hipernova). Eta Carinae tiene una masa 150 veces más grande que la de nuestro sol y, en un estallido registrado en 1843, se calcula que liberó una energía comparable a 10 millones de soles juntos. Este enorme cuerpo estelar, se encuentra a sólo 7,000 años luz de la Tierra. De modo que cuando se convierta en "Supernova" asistiremos a un espectáculo cósmico inimaginable. Ello puede suceder ahora o en un millón de años. Quizás ya ocurrió hace un par de milenios y sólo faltan unos 50 siglos para enterarnos. Hay que recordar que los eventos cósmicos que solemos ver son, en gran medida, noticias del pasado. Por ejemplo, la luz que entra por esta ventana, salió del sol hace ocho minutos y las fotografías que Hubble tomó de Eta Carinae se refieren a hechos que tienen 70 siglos. Pensar que hemos visto estrellas que han muerto y que su luz nos ha llegado 630 millones de años después.


Eta Carinae fotografiada por el Hubble





Andante y Presto- Concierto Italiano BWV 971 de Johann Sebastian Bach. Piano: Sviatoslav Richter.

lunes, 10 de agosto de 2009

Cuarta de Mahler

Es la más corta de sus sinfonías, la que más se ajusta a los cánones clásicos y, por lo tanto, la menos romántica. Es un respiro entre la tercera y la célebre quinta. Me encanta el poema que le sirve de programa, poema popular de una gracil inocencia: Vida en los Cielos. Dos de sus movimientos me comprometen más: Ruhevoll, poco adagio y Sehr behaglich, con el texto en mención. Alegría envuelta en cierta tristeza. Con Mahler nunca hay pierde.

Vida en los Cielos
(De "Des Knaben Wunderhorn")

Disfrutamos los placeres del Cielo
Y por lo tanto evita los terrenales.
No se han obtenido resultados
Debe ser oído en el Cielo
Toda la Vida en gran Paz
Porque llevamos vidas de ángeles,
Sea, sin embargo, totalmente feliz a su lado
Bailamos y cantamos,
Nos deslizamos y bailamos.
Mientras San Pedro nos mira.

El lino del cordero de Juan omite
El la locura de Herodes, el carnicero.
Esperamos pacientes
E inocentes, pacientes,
A que el Cordero sea sacrificado
San Lucas sacrifique el ganso
Sin ningún pensamiento de dolor.
El vino no cuesta nada
En las bodegas del Cielo;
Los Ángeles hornean el Pan.

Buenas hierbas de buenas clases,
Crecen el la Huerta del Cielo,
Buenos espárragos, lindas abejas,
Y todo lo que queramos.
¡Los platos enteros están listos nosotros!!
Ricas manzanas, ricas peras y ricas uvas,
Y jardineros que nos dan de todo!
Si desea corzo, desee las liebres,
En las calles públicas
Vienen corriendo hacia nosotros.
Siendo un día de fiesta sea bienvenido,
Todos pescan la misma cantidad con el mismo placer
Ahí va San Pedro corriendo
Con su red y sello
A la fuente celestial
Santa Marta debe de estar cocinando.

Simplemente no hay música en la Tierra
Que se pueda comparar a la nuestra
Incluso las once mil vírgenes
Se atreven a bailar,
Y la propia Santa Úrsula a reír.
Simplemente no hay música en la Tierra
Que se pueda comparar a la nuestra.
Cecilia y todas sus relaciones
Hacen excelentes músicos de la Corte.
Las voces angelicales nos cantan
Y embriagan nuestros sentidos,
Para que todos vivamos en alegría

Sehr behaglich- Sinfonía 4 de Gustav Mahler. Conduce: Vladimir Azkenazi. Soprano: Clara Ek


viernes, 7 de agosto de 2009

Lamento de Penélope...la belleza existe

El legado de Claudio Monteverdi (1567- 1643) es único y, probablemente, irrepatible. Fundador de innumerables géneros y hacedor de mundos que hasta en nuestros días deslumbran. Las dos últimas obras dramáticas de Monteverdi fueron: Il ritorno d´Ulises in patria (1641) y L´incoronazione di Poppea (1643), que, junto al L´Orfeo (1607), constituyen la primera gran cima del drama musical.

Aunque conocía de su existencia, nunca había visto Il ritorno d´Ulises in Patria. Felizmente pude concretar este deseo gracias a la versión filmica de Nicolaus Harnoncourt y Jean Pierre Ponnelle reeditada en formato DVD en el 2007. Fiel a su estética, Harnoncourt nos entrega un Ulises que hace la delicia de los seguidores de las interpretaciones historcistas, de que él mismo fue casi un pontifice. El libreto de esta ópera es de Giacomo Badoaro, basandose en los últimos cantos de la Odisea.

Hay varios momentos de gran belleza en esta obra. Pero adquiere una singular dimensión el Lamento de Penélope: "De misera regina", compuesta bajo los fines estéticos del primer barroco: música - que como pretendía Monteverdi- haga llorar al público. El texto de esta lamentación es el siguiente:

Después del prólogo entre la Fragilidad Humana, el Tiempo, el Amor y Fortuna, aparace Penélope y dice lo siguiente:
PENÉLOPE
¡Las preocupaciones no terminan nunca 
para una desgraciada reina!
El esperado no acaba de llegar
y así se van escapando los años.
Mis penas son, ay, demasiado numerosas
para quien dispone de mucho tiempo.
Quebrantadísima esperanza,
ya no floreces, sino que, canosa,
a mis viejos males
ya no prometes paz ni consuelo.
Han transcurrido cuatro lustros
desde aquel memorable día en que, 
con su secuestro,
el soberbio troyano
llevó a su gran patria a la ruina.
Con razón arde Troya,
puesto que, el amor impuro,
que es un delito de fuego,
se purga con las llamas.
Pero es injusto que,
por las culpas de otro,
yo esté condenada siendo inocente.
¡Sufro una penitencia
que no merezco!
Tú, Ulises, sagaz y sabio,
acudiste a castigar el adulterio
usando las armas
y propagando las llamas
para vengar los errores
de una griega prófuga.
Y mientras tanto, 
dejaste a tu casta esposa
a merced de tus rivales y enemigos,
con peligro para su honor
y quizá para su vida.
Toda partida conlleva
un deseado retorno.
Solamente tú 
olvidaste la fecha del regreso.
 
ERICLEA
¡Infeliz Ericlea, ama desconsolada,
compadécete del dolor de tu adorada reina!
 
PENÉLOPE
¿No cambiará mi suerte?
¿Cambió tal vez Fortuna
la voluble rueda de Destino?
Y con sus velas hinchadas,
que a cada humano traen
caprichosamente alivio, 
¿tan sólo para mí no recogerán un poco de brisa?
Sin embargo, para otros, 
el aspecto del cielo cambia
y las estrellas se desplazan o permanecen fijas.
¡Vuelve, vuelve, Ulises! 
¡Ay, vuelve Ulises!
Penélope te espera.
La inocente suspira,
la ofendida llora
y contra el tenaz ofensor
ni siquiera protesta.
Defiendo tu alma agitada
para que no sea aplastada
por el peso de la crueldad.
Acuso al culpable de mis males,
inculpo a la Suerte.
Así, para defenderte,
no dudaré en luchar 
contra el Destino y el Cielo.
¡Vuelve, vuelve, ay, vuelve Ulises!
 
ERICLEA
Sobre un viaje sin retorno 
no pueden influir los astros.
¡No debió partir, ay, no debió partir!
 
PENÉLOPE
Vuelve la tranquilidad al mar,
regresa Céfiro al prado,
Aurora acoge los rayos del sol
y nace el día que la noche había expulsado.
Vuelve la escarcha a los campos,
regresan las piedras al seno de la tierra
y los sinuosos arroyos
caminan hacia el océano.
El hombre, aquí y allí, 
lejos de sus orígenes divinos,
posee un alma celeste
dentro de un cuerpo frágil.
Cuando el hombre muere,
tras su breve existencia,
el alma regresa al cielo
y el cuerpo al polvo.
¡Tan sólo tú olvidaste
la fecha del regreso!
¡Vuelve, pues mientras prolongas
mis sufrimientos,
veo acercarse la hora de mi muerte!
¡Vuelve, vuelve, ay, vuelve Ulises!
Di misera regina- Il ritorno d´Ulises in patria- Claudio Monteverdi. Penélope: Kathleen Kuhlmann. Impresionante, grande, muy grande.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Appassionata

La conozco hace tantos años, tantos que no recuerdo el momento que la escuché por primera vez. Es como si siempre hubiese estado conmigo. Hay obras así. Composiciones que parecen haber sido impresas en los genes. Basta escuchar un acorde y veo un long play de 33 rpm de cubierta violeta o celeste. Toca el piano, creo, Vladimir Azkenazi. De eso no estoy seguro. Era invierno, había neblina y garúa. Treinta años atrás todavía existían los inviernos. Esos bellos inviernos limeños que sólo un nacido aquí (de padres nacidos aqui) puede querer, añorar y compender en totalidad. Transferencias y rumores de los afincados por tres o cuatro generaciones desde otras partes del tercer planeta. Todavía no habita ni yunza ni tumbamonte en ese imaginario. Persistían cosas más placenteras para mi ( no hay nada de malo decirlas).

Ayer volví a escuchar la sonata para piano n.º 23 en fa menor Opus 57 "Appassionata" de Ludwig van Beethoven. Sus movimientos : Allegro Assai, Andante con moto – ataca y Allegro, ma non troppo - Presto. Junto con la Waldstein y Los Adioses, constituye la cima de la obra pianística del periodo intermedio del maestro. Ahora lo se bien. Pero hace más de tres décadas esta obra y otras, eran como el soundtrack de una niñez muy personal. De dos dimensiones paralelas. La pública y externa. La personal e íntima. Como a muchos le sucede.

Allegro Assai-Sonata para piano 23 opus 57 "Appassionata" de Ludwig Van Beethoven. Piano: Daniel Barenboim. Fundamental de un gran interprete.

lunes, 3 de agosto de 2009

Diabólica Alcina

Joan Sutherland hizo "la Alcina", la más pertubada, la más esplendorosa, la más tremenda. ¡Qué voz para la gran ópera de Händel! Desde que he escuchado a la Sutherland en este personaje, me digo: qué ciego he sido en obviar tanto tiempo al Händel operístico. No salgo del estupor.

Mi restano le lagrime- Alcina- G. F. Hándel- Canta: Joan Sutherland

Mi restano le lagrime;
direi dell'alma i voti;
ma i Dei resi ho implacabili,
e non m'ascolta il ciel.
Potessi in onda limpida
sottrarmi al sole, al dì:
potessi in sasso volgermi,
che finirei così
la pena mia crudel.
Mi restano le lagrime, ecc.