Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Para levantarse, quizás para elevarme

 La Tercera Sinfonía Op 78 de Camile Saint Saëns (1835- 1921) es de esas obras que suelen decirme: ¡ arriba, hombre! ¡ a la lucha!. Apasionado músico de apasionada vida, en la mayoría de composiciones de Saint Saëans se evidencia un torrente de vitalidad y amor sincero por lo que nos hace dignos de existir. Se me viene a la mente esa frase de Nietzsche: " si esta es la vida, bueno, que venga otra vez". Si la es vida dura, brutal, compleja y no nos queda otra más que tomarla, pues bien, que aparezca de nuevo, una y otra vez.

Hoy tengo ganas de escuchar la Tercera Sinfonía, después algún concierto para violín. Y después la "Danza Macabra". Todo ello para convencerme que debo mirar hacia lo alto, "desde la cumbre más alta del mundo", como escribía el maestro Nietzsche. Lejos de la multitud plana y de las infinitas galerías de cristal.

Finale- Tercera Sinfonía Op 78 con órgano- Camile Saint Saëns



Danse Macabre Op 40 para orquesta y violín, transcripción para piano y violón- Camile Saint Saëns

lunes, 28 de septiembre de 2009

En cualquier pista de baile

El "melómano comprometido" ( como se dice Hans Kuhn) distribuye sus intereses musicales de modos muy diversos, agrupando formas, géneros y estilos según los años que se pisa esta tierra, según las alegrías y tristezas consentidas y, finalmente, a partir de eso que se llama  "formación del gusto". Dado todo ello, mi preferencia por la música académica es distintiva. Este blog, Melomania, es el ejemplo de mi amor desmesurado por la música que popularmente se suele llamar "clásica".

Sin embargo, también disfruto y me apasionan otros géneros musicales. Específicamente lo que se suela llamar en términos básicos "Rock" y su infinita variedad de subgéneros. También me interesa el Tango y, en mucha menor medida, la música costeña de la ciudad que cargo. De todos los subgéneros de la galaxia "rock", el Progresivo es el que más me entusiasma y también las infinitas variaciones de los estilos "Hard". Ya he hablado de mis bandas favoritas en varias ocasiones. Pink Floyd, King Crimson, Rush, Led Zeppelin, Iron Maiden, etc.

Sin embargo, mis pasiones populares no se encierran en los grandes y trajinados mitos. En largas horas de escucha fanática de los grandes músicos. Los solos de Fripp, la línea de bajo de Steve Harris, el bombardeo de Peart, etc. También el haber sido parte del rito popular del baile. El rock que hace pop. La música para el confort, para el vuelo, para oírla pensando en una estética visual encaramada en el gesto integral. No es gran música, pero si esplendida canción. U2, INXS, Cure, The Mission y, sobre todo, Depeche Mode. ¿Qué me gustaba y me atrae de Depeche Mode? Eso. El vuelo, la estética, oír moviendo las manos, los pies. Sentir para reír, reír para sentir. Fineza, incluso en la agresividad.  La voz de Gahan, metálica en tonos bajos y la buena mano de Gore. Veré a Depeche Mode en unos días. La cuestión es así. Atañe a dos que se multiplicaron en cuatro y que, por diversos motivos, se reirán, saltarán, bailaran viendo como Personal Jesus, Enjoy The Silence, Strangelove, It's No Good, Precious y demás, se entremezclan con la vida, con los amigos, con las formas del vuelo. En la eternidad de cualquier pista de baile.

Precious- Playing the Angel 2005- Depeche Mode



Barrel of A Gun- Ultra 1997- Depeche Mode



Enjoy the silence- Violator 1989- Depeche Mode (en vivo 2006, gira Playing the Angel)

viernes, 25 de septiembre de 2009

Martinu: medio siglo después

Bohuslav Martinu (1890-1959) es parte de una de las tradiciones más interesantes de la música: la escuela checa. Pienso en don gigantes de la segunda mitad del siglo XIX: Dvorak y Smetana. Y en el siglo XX un trío de primer nivel: Janácek, Suk y, ciertamente, Martinu. 


El proceso vital de Martinu, a la suerte de una cartografía, dibuja las huidas y esperanzas de toda una generación. Tras la invasión alemana de su patria, tuvo que huir a Francia. Y cuando ésta cayó en manos de los nazis, se trasladó a los Estados Unidos (otro más de la enorme de constelación de talentos que se reunieron en Norteamérica por aquellos años). Finalmente,después de la infausta guerra, se afincó en Suiza hasta su muerte. Es decir, el exilio como un programa estético de relaciones éticas. Tantos los vivieron, la lista interminable.


Conocí a Martinu en indefinidas audiciones de radio. Entre otras cosas, me llamaba la atención su apellido: "Martinu". Me remitía más sonoridades rumanas que propiamente checas. Tiempo después me obsequiaron una copia de sus 6 sinfonías, de orquestación sublime e inspirada. Muy cercana a la estética neoclasicista  y contraría los "demonios" atonales y dodecafónicos. Después y gracias a la tecnología pude conocer la bellísima  suite sinfónica: Frescos de Piero della Francesca (1955), impresiones musicales a partir de la contemplación de una serie de obras del gran maestro del quatrocento, que se encuentran en la Iglesia de San Francisco en Arezzo. Imagino la elevación en el significado espacial que pudo haber sentido Martinu al ver estas obras. Y toda la diversidad de intensidades cromáticas que en ellas se evidencian. Ese sentido del color, unido a la pasión por el canto madrigalista del renacimiento, condicionan la atmósfera general de los Frescos de Pierro della Francesca. Otra apuesta por salir del callejón postserialista. 


Pero hay otras obras de gran factura como la Epopeya de Gilgamesh (1955), basada en el famoso texto del antiguo oriente. Composición ecléctica, donde el horizonte sonoro desnuda todas sus posibilidades, restituyendo los esquemas polifónicos aun cuando se trata de "restituir" para reintepretar a la luz de otras luces. Obra de gran factura y enorme poder simbólico, prácticamente desconocida por estas tierras de los mares del sur. 


Y en la música de cámara, la obra de Martinu también alcanza otras cimas. Sólo pensar en la célebre  Fantasía  para theremine, oboe, cuarteto de cuerdas y piano donde nos encontrarnos con una de las piezas más intensas y cohesionadas de la forma de cámara de la mitad del siglo XX. Sin duda, por muchas razones, descubrir gran parte de la obra del eminente compositor checo es una tarea pendiente. 


Fantaisie para theremine, oboe, cuarteto de cuerdas y piano H301 1944- Bohuslav Martinu.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Opúsculo luminoso

Volver a leer a Romano Guardini (1885-1968) es para mi una experiencia grata. El notable teólogo italiano abordó varias temáticas, vinculándolas con aquello que fue su preocupación de siempre: entender los misterios de la existencia y su relación con lo trascendente. Hoy en día ya no es tan leído como en su momento. La incontinencia culturalista y sociologista ha ocultado mucho de lo interesante. Y ha reducido, si ha reducido, las posibilidades de elevarnos, de volar, de creer. Felizmente, obras como las de Guardini salen libradas, por su profundidad y belleza, de la injuria de la superficialidad reinante.

La Esencia de la Obra de Arte es un breve libro lleno de observaciones lúcidas e intuiciones poderosas. Es de esos libros que comunican verdades que pocos quieren aceptar por ver peligrar su edificio historicista y relativista. En relación a la belleza, Romano Guardini escribe lo siguiente: " Por lo general, se piensa en lo gracioso, en lo encantador, en lo espléndido; a no ser que en realidad sólo se aluda a alguna excitación sensorial. la belleza es algo que abarca mucho más. Aparece cuando la esencia de la cosa y de la persona alcanzan su clara expresión. Tan pronto como ha aparecido en la presencia, haciendose abierta y manifiesta, la obra refulge. Entonces queda superado el peso del dato primitivo, del mero material. Todo es vivo y ligero, todo es "forma", tanto si se trata de una escultura griega de la época clásica, que entusiasma por su gracia, como si es una obra de Grunenwald,  en que nada es "bello" en el sentido habitual" 

Y profundizando el tema en relación con el descubrimiento de lo bello, Guardini afirma: "Primero hay que descubrírselo a uno mismo, entonces se sentirá uno entusiasmado ante una perfección última, como cuando se oye una sinfonía de Mozart o cuando se tiene entre las manos un ánfora griega de la época clásica. Querer negar esa belleza no es mejor que el sentimentalismo que se combate. Obras como las mencionadas pertenecen a las grandes cimas, y lo que es grande hay que dejar que lo sea". En suma, abandonarse al "esplendor de la verdad" de la belleza que, como el bien, unifican lo real. Lo real en su sentido originario. Lo real como lo sagrado.

Sinfonía 36 "Linz". KV 425 W. A. Mozart. Conduce: Carlos Kleiber (otra vez en titan de la dirección). Para no negar que la belleza existe y que nos debemos a ella. Movimientos: 1. Adagio-Allegro spiritoso 2. Andante 3. Menuetto 4. Finale (Presto)







lunes, 21 de septiembre de 2009

70 años despues y seguimos reconociendo

Al referirse a la relación entre prisioneros y guardias en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau,   Viktor Frankl  escribe lo siguiente: "Lo cierto es que, tratándose de un capataz, el hecho de ser amable con los prisioneros a pesar de todas las perniciosas influencias del campo es un gran logro, mientras que la vileza del prisionero que maltrata a sus propios compañeros merece condenación y desprecio en grado sumo. Obviamente, los prisioneros veían en estos hombres una falta de carácter que les desconcertaba especialmente, mientras que se sentían profundamente conmovidos por la más mínima muestra de bondad recibida de alguno de los guardias". (El hombre en busca de sentido)

Y adquiere un valor más intenso cuando Frankl hace bella memoria de un evento: "Recuerdo que un día un capataz me dio en secreto un trozo de pan que debió haber guardado de su propia ración del desayuno. Pero me dio algo más, un "algo" humano que hizo que se me saltaran las lágrimas: la palabra y la mirada con que aquel hombre acompañó el regalo". (El hombre en busca de sentido). Es ese "algo más" el que le otorga pleno sentido a la vida humana. La potencia, el salto hacia otra cosa.

En esa relación expuesta a la circunstancia extrema, Viktor Frankl logra entender (y hacernos entender) instancias de lo real difíciles de acceder desde la medianía. La condición humana tal cual, la que hace considerar en frío, imparcialmente, lo que somos: "La vida en un campo de concentración abría de par en par el alma humana y sacaba a la luz sus abismos. ¿Puede sorprender que en estas profundidades encontremos, una vez más, únicamente cualidades humanas que, en su naturaleza más íntima, eran una mezcla del bien y del mal? La escisión que separa el bien del mal, que atraviesa imaginariamente a todo ser humano, alcanza a las profundidades más hondas y se hizo manifiesta en el fondo del abismo que se abrió en los campos de concentración". (El hombre en busca de sentido)

Y como ocurre siempre, del dolor surge la belleza transfigurada. Pues conocer y comprender son actos bellos. Incluso en el recinto del terror más absoluto, aparece eso que nos hace ser tan dignos: "Nosotros hemos tenido la oportunidad de conocer al hombre quizá mejor que ninguna otra generación. ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración" (El hombre en busca de sentido).

Louange à l'éternité de Jésus- Cuarteto para el fin del tiempo. Olivier Messiaen. Compuesto en un campo de concentración. Estrenado en 1941.

viernes, 18 de septiembre de 2009

tu y yo

Lo miro y me mira. Y pienso: desde  hace un año estas navegando, luego, cuando yo ya no este, seguirás la travesía. Lo miro y pienso: te amo pequeñito, eres el triunfo final sobre la muerte. ¿ Qué celebro? Que el día halla empezado con tu sonrisa, que al almorzar te sientes sobre mi pierna, que al despedirnos me abraces el cuello. Y celebro que existas como unidad indivisible, como alguien único e irrepetible. Ese tipo de dignidad que sólo posee la persona individual que siempre serás.. Y te celebro con la música que nos reúne, como siempre, al amanecer.

Sonata para piano y violín KV 6- W. A. Mozart



Blackbird- The White albun- The Beatles-1968

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Camino sobre un quinteto

De todas las obras de cámara, esta es una de los que más me llegan al corazón. Algo tiene que ver Marcel Proust, me imagino. Hace tantos años. Proust, Gide, Valery, Mallarmé. Lectura sin fisura. Y todo con Franck, Faure y, claro, Debussy, Satie y Ravel. Bruma del fin del invierno, "todos los recuerdos que salieron de una tasa de te". El Quinteto para cuerdas y piano en Fa menor de Cesar Franck (1822-1890) posee más atmósfera que certeza melódica. Sin embargo, cuánto apasionamiento se puede encontrar en la atmósfera en una obra que esta entre dos tierras. la romántica y la impresionista. 


Molto moderato quasi lento allegro, enérgico y trágico. Lento, pureza que languidece  largamente, pero que no se torna en muerte eficaz. Allegro non troppo, donde la pasión  vuelve al inicio de la navegación. Un eterno retorno trágico y doblemente enérgico. Todo se mira al espejo. Este quinteto es una obra esencial que siempre hay que saber recuperar, como la célebre Sonata en La para piano y violín y el Cuarteto en Re. Maravilloso y enorme Franck en su música de cámara. Y aun no comentamos su obra sinfónica ni coral. Otras cumbres.

1) Molto moderato quasi lento allegro- Quinteto en Fa menor para piano y cuerdas FWV 7- Cesar Franck. En dos partes.





2) Lento con molto sentimento



3) Allegro non troppo ma con fuoco

lunes, 14 de septiembre de 2009

Misa para los pobres

Cuenta Maynard Salomón sobre la Missa Solemnis: 

"Aunque podemos estar seguros de que Beethoven volcó en la Missa Solemnis sus más profundos sentimientos religiosos, podemos abrigar idéntica certeza en el sentido de que el catolicismo no fue la motivación que lo llevó a realizar la obra.  Como se ha señalado a menudo, esta pieza nunca se adaptó bien a la sala de conciertos ni a la iglesia.  Varias veces Beethoven sugirió que podía ejectuársela como "un gran oratorio" (y agregaba, entre paréntesis, "a beneficio de los pobres") y no lo inquietó saber que con motivo de la primera ejecución, en San Petersburgo, en efecto se la había presentado como un oratorio.


El propio compositor no vaciló en asignar un nuevo titulo al Kyrie, el Credo y  el Agnus Dei de la Misa: "Tres Grandes  Himnos con Voces Solistas y Coro" con el fin de conseguir que el censor autorizara la ejecución en el concierto del 7 de mayo de 1824.


Pero la prueba más clara de la actitud no sectaria de Beethoven en relación con la Misa es su ofrecimiento a suministrar a Simnroch una versión en alemán que facilitara las ejecuciones en las comunidades protestantes.


Como escribió Romain Rolland, Beethoven "tenía mucha necesidad de comulgar con el Cordero, con el Dios del amor y la compasión", y la Missa Solemnis "sobrepasa a la iglesia a causa de su espirítu y sus dimensiones".

Leo las impresiones y referencias que hace Salomón sobre el enorme Op 123 del gran maestro. ¿Pobres? ¿No seremos todos esos "pobres"? Lo cierto es que esta misa sale de la iglesia y nos lleva a otra forma de concebir lo religioso. La trascendencia esta más allá de la institucionalidad. En la Missa Solemnis se observa la necesidad de construir una experiencia de fe en un ámbito secular. Vivir y gozar la fe en Cristo en  la condición postmetafísica de la cristiandad. 

Por ello, sigo pensando que  todavía no llegamos asimilar el proyecto de civilización que se vislumbra en la obra de Mozart y Beethoven. Sobre todo en Beethoven que llegó a ver tan lejos, tan lejos que aun se cree que fue un clásico o un romántico. 

Kyrie- Missa Solemnis- Beethoven. Dirige: Leonard Bernstein



Benedictus- Missa Solemnis- Beethoven. Dirige: Leonard Bernstein

viernes, 11 de septiembre de 2009

Compilación de la Vida: Las Cantigas a Santa María

Alonso X (1221-1284). Si no fuese por este rey sabio, inteligente y amante de las ciencias y de las artes, cuánto de la música medieval concebida por lo mejor de España se hubiese perdido. La ingenua y conmovedora Por nos de dulta tirar (CSM 18), la sublime y absoluta Que por al non devess (CSM 295), que me conducen a algo (que no se cómo definirlo) muy  íntimo. "Por los ríos inmemoriables que convergen en mi", escribía Borges. Quizás sea eso: alguna convergencia en lo más lejano de la sangre. Ah...los instrumentales de la Cantigas, que suenan  tan espaciados y próximos al mismo tiempo. Fuerza, entrega, simpleza sin brutalidad. Sinceridad.

Viene el fin de semana y qué mejor forma que ilusionarse con las Cantigas a Santa María. Vida en abundancia, un torrente de existencia sin esencia; música de la gente cuando la gente tenía algo que decir.

Instrumental (CSM 206)- Cántigas a Santa María- Compilador: Alonso X. Interpreta: Unicorm Ensamble



Que por al non devess (CSM 295). Cántigas a Santa María. Compilador: Alonso X. Interpreta: Unicorn Ensamble. Aquí la belleza de la existencia sin esencia. ¡Cuánto me dice esta cantiga!

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Barenboim y el historicismo

Ante la pregunta respecto a las interpretaciones historicistas (Harnoncourt, Saval, Leonhardt, Gardiner, Jacobs, Minkowski) y si se siente solo ante esa tendencia, Barenboim responde: "Si quiere que le sea franco, me importa un comino. Con el denominado movimiento del sonido original (historicista) tengo dos problemas. En primer lugar, me molesta que sea un movimiento, es decir, una ideología, una visión del mundo que plantea menos preguntas de lo que aparenta y cuyas respuestas correctas conoce de antemano. Eso coarta la creatividad humana...En segundo lugar, y lo digo sin el menos asomo de ironía, esta ideología ha conseguido venderse como algo progresista. Por eso tiene tanto exiti, eso ha sido su mayor triunfo. Y yo le pregunto a usted: ¿cómo puede ser progresista algo que afirma "miremos hacia atrás a ver como era entonces"?"

Les muestro dos versiones del inmortal y doloroso Requiem de Mozart. La primera de Herbert Von Karajan bajo el dominio de la tradición romántica de interpretación. La segunda de Nikolaus Harnoncourt, bajo los esquemas historicistas. ¿Cuál les dice más?

Confutatis Maledictis y Lacrimosa- Requiem- W. A. Mozart. Dirige: Karajan


Confutatis Maledictis- Requiem- W. A. Mozart. Dirige: Nikolaus Harnoncourt.



Lacrimosa-Requiem- W. A. Mozart. Dirige: Nikolaus Harnoncourt

lunes, 7 de septiembre de 2009

Hacia el péndulo romántico

En 1859 Brahms estrenó su Concierto Para Piano Nº 1 en re menor, Op 15. El primero de dos de las cimas del reperterio concertante para piano. El periodo de gestación de esta obra fue muy largo como en gran parte de sus composiciones. Además porque Brahms pasó varios años muy pendiente de la deteriorada salud mental de Robert Schumann. Los últimos años de Schumann (Eusebius, Raro, Florestán) fueron un verdadero suplicio para Clara Wieck, su familia y los amigos más cercanos al matrimonio, como Brahms. También porque en ese contexto, Brahms empezó a enamorarse de Clara. Esto significó un desgaste emocional mayor para el joven Johannes. Pues debía mantener fidelidad al amigo y guardar distancia afectiva con la talentosa e inteligente Clara Wieck.

De los dos conciertos para piano de Brahms, el primero es menos pulido técnicamente que el segundo. Sin embargo se evidencia apasionamiento que es dificil volver a encontrar en la posteriores composiciones del maestro. El primer concierto para piano tiene tres movimientos: Maestoso, Adagio y Rondo: allegro non troppo. El primer movimiento es particularmente extenso. Se inicia con una obertura trágica y vigorosa. Al mismo tiempo contrasta el poder la orquesta con el lirismo del piano. El segundo movimiento, disipa el vigor del primero; proclama un estado de sosiego y grácil melancolía. Y, en el último movimiento, el tema húngaro y las variaciones tan queridas por Brahms conforman un final bien concebido por el joven maestro. En síntesis, un concierto inolvidable y muy querido por todo melómano.

Maestoso- Primer concierto para piano Op 15- Johannes Brahms. Filarmónica de Berlin. Conduce: Sir Simon Rattle. Piano: Daniel Barenboim





viernes, 4 de septiembre de 2009

Lear de Reimann

Fue en el DVD The Art of Dietrich Fisher- Dieskau que descubrí Lear, una impresionante opera de Aribert Reimann (1936) basada en el drama de Shakespeare y estrenada en 1978. Con claridad recuerdo el aria Blast, winde, impresionante tanto por la música como por la interpretación del gran barítono alemán. Texto y música se unen de un modo convincente e estremecedor. Fisher- Dieskau logra transmitir la perturbación y dosolación del rey Lear. Un rosario de maldiciones elevadas al límite. La calidad de la actuación se entiende por el nivel de compromiso que Fisher- Dieskau tuvo con el personaje, además por la amistad que le unió con Reimann. Se sabe que fue el barítono quien le sugirió a Reimann la composición de la opera basada en la obra de Shakespeare. La versión fonográfica y fílmica es de 1982. Una verdadero monumento del drama contemporáneo.

Blast Winde- Lear- Aribert Reimann. Canta: Dietrich Fisher- Dieskau




¡Soplad, vientos, y rajaos las mejillas!
¡Rugid, bramad! ¡Romped, turbiones y diluvios,
hasta anegar las torres y hundir las veletas!
¡Fuegos sulfúreos, raudos como el pensamiento,
heraldos del rayo que parte los robles,
quemadme las canas! Y tú, trueno estremecedor,
¡aplasta la espesa redondez de la tierra,
rompe los moldes de la naturaleza y mata
la semilla que produce al hombre ingrato!...


¡Retumbe tu vientre! ¡Escupe, fuego; revienta, nube!
Ni lluvia, viento, trueno, ni rayo son mis hijas.
De ingratitud no os acuso, elementos:
yo nunca os di un reino, jamás os llamé hijos.
No me debéis obediencia, así que arrojad
vuestro horrendo placer. Aquí está vuestro esclavo,
un pobre anciano, mísero, débil, despreciado.
Y, sin embargo, os llamo aliados serviles
que, unidos a mis dos hijas perversas,
desde el cielo lanzáis vuestras legiones
sobre cabeza tan blanca, tan vieja. ¡Ah, infamia!

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Requiem de la esperanza

Aquí la esperanza no viene de una misa de difuntos. Proviene de la forma cómo se encara la composición mortuoria. Maurice Duruflé (1902-1986) hizo un Requiem Op 9 esperanzador. Donde la música contemporánea, a pesar de sus múltiples dramas, logra sintetizar su propio devenir hacia una fuga de lo posible. Por fin la luz logró aparecer en el horizonte de la música. Espero, siempre espero, que la ruta que vislumbraron Poulenc, Duruflé y, en grado abierto, Messiaen, se haga fértil en todos los escenarios. La iluminación por la belleza nos lleva a la esperanza aun en la muerte, en la muerte de todo, incluso en la muerte de la muerte.

Pie Jesu- Requiem- Maurice Durufle

Pie Jesu Domine,
dona eis requiem.

Pie Jesu Domine,
dona eis requiem sempiternam.




Introit/Kyrie- Requiem- Maurice Durufle - ¡Maravilloso!