Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Sonata para violonchelo y piano n º 1 en mi menor, op. 38

La cima no existe, pero se vislumbra. Ha sido posible porque se ha caminado sobre el esfuerzo de otros gigantes. Tres movimientos, casi perfectos. Afectos y efectos se movilizan al infinito. Brahms hizo "la sonata" para violonchelo y piano. Tres movimientos: Allegro non troppo, Allegretto quasi Menuetto  y Allegro (el espíritu de Bach omnipresente). La cima no existe, pero se vislumbra....

Pensaba escribir algo más, pero me reservo el derecho al silencio ante el monumento brahmsiano. De algún modo, Borges escribió lo que percibo con esta obra. Sirva de homenaje a dos seres humanos que reivindican al "polvo enamorado", "al carbono que piensa". 

Everness

Sólo una cosa no hay. Es el olvido
Dios que salva el metal salva escoria
y cifra en Su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.

Ya todo esta. Los miles de reflejos
que entre los dos crepúsculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos
y los que ira dejando todavía.

y todo es una parte del diverso
cristal de esa memoria, el universo;
no tienen fin sus arduos corredores

y las puertas se cierra tu paso;
sólo del otro lado del ocaso
verás los Arquetipos y Esplendores

Sonata para violonchelo y piano 1 en mi menor Op 38 de Johannes Brahms. Piano: Rudolph Serkin. Violonchelo: Mitislav Rostropovich







lunes, 29 de marzo de 2010

De los bosques y prados de Bohemia

La pretensión de abarcar todo. Un poema que sea la suma del devenir integral de un pueblo en su espacio natural. Mi Patria de Bedrich Smetana es eso. Sin embargo, el “gran relato” cultural y geográfico de “Ma Vlast” esta constituido por unidades que, aun cuando conforman un todo, poseen autonomía propia. El más célebre de estas unidades sinfónicas es el Vlatva (Moldava), el viaje del río emblemático por todo el territorio. Admirable obra programática que ha eclipsado el resto del ciclo sinfónico. “Ma Vlast” es una obra maestra, caracteriza el  nacionalismo romántico sinfónico, nutriéndose de lo popular y lo local. Es una lástima que Vlatva haya ocultado a varias de las páginas magistrales de Mi Patria, tan bellas como la más famosa.

De los bosques y prados de Bohemia (Z českých luhů a hájů), es uno de los poemas sinfónicos que conforman Mi Patria. Este formidable himno a la naturaleza checa fue estrenado en 1876. Cada parte nos evoca algún espacio natural: el calor intenso de un día soleado, el claro oscuro del bosque, el canto de los pájaros, la danzas populares de los campesinos, etc. La vida sencilla y buena en su plenitud y magnitud. ¡Qué gran obra!

Los bosques y prados de Bohemia. Mi Patría. Bedrich Smetana. Dirige: Rafael Kubelik.



viernes, 26 de marzo de 2010

Antes de la locura

Antes de la locura final, Eusebius hace su última aparición, pues Florestán acecha triunfante. El instante previo a la locura terminal es de última iluminación. La tensión entre el dominio y el desenfreno se hace más evidente."Más que un hombre he sido un campo de batalla"- escribía Nietzsche a Gasti en una célebre carta. Algo así se evidencia en el último tramo de Schumann. Batalla, conflicto; el ethos de la última iluminación antes de la pérdida del juicio, del sentido, de la ubicación. 

Estamos delante del concierto para violonchelo en La menor Op 129, la última muestra de lucidez sufriente  del gran compositor. Los tres movimientos se siguen sin pausa. El resultado, libertad en la continuidad de los cuadros. Cada uno en su propio vértigo y exigencia. Para entenderlo hay que  habitar poéticamente, aprender a estar más tiempo que lo habitual luchando contra lo efímero. Tanto que descubrir en esta obra genial y agónica. ¿Podemos escribir algo más? No lo creo. Cuando la locura es grande, es de temer.

Concierto para violonchelo y orquesta en La menor Op 129 de Robert Schumann. Movimientos: Allegro ( Nicht zu schnell), Adagio (Langsam) y Finale (Sehr lebhaft. Violonchelo: Mstislav Rostropovich. Dirige: "Lenny" Berstein. Versión histórica.





miércoles, 24 de marzo de 2010

De los adioses

Primero. 1809. Napoleón ataca Viena. El mecenas de Beethoven, el archiduque Rodolfo tiene que salir de la ciudad. El compositor escribe una sonata con el enigmático nombre "Les adiuex". No se sabe si el maestro se refirió a la despedida del noble austriaco o si se refiere a la despedida gregaria que significa en francés. O quizás a un mal uso del término por parte del maestro. Pero más allá de estas imprecisiones, la sonata para piano número 26 en si bemol mayor Op 81 es una pieza de naturaleza programática al modo de su sinfonía Pastoral. Los movimientos son nombrados a partir de lo que el compositor intenta describir musicalmente. La estructura es la siguiente: 

1. Das Lebewohl (Les Adieux - La Despedida); Adagio - Allegro
2. Abwesenheit (L'Absence - la ausencia); espressivo Andante (En gehender Bewegung, doch mit viel Ausdruck)
3. Das Wiedersehen (Le Retour - The Return); Vivacissimamente (Im lebhaftesten Zeitmaße)

Esta obra  es una de las más complejas; no sólo por su dificultad técnica, sino porque se presenta como un reto de interpretación mayor. Se trata de comprender la naturaleza de las emociones que se viven durante el proceso humano de la despedida, ausencia y reencuentro. Es una composición que obliga a penetrar dimensiones psicológicas al mismo tiempo que requiere ser tocada de modo eficiente.  Asimismo, la sonata de "Les adieux" debe ser escuchada desde nuestra propia experiencia de la ausencia.  

Sonata para piano en si bemol mayor número 26 Op 81 de Ludwig Van Beethoven. Piano: Daniel Barenboim, mejor que nunca.


lunes, 22 de marzo de 2010

Todos los movimientos en uno

Se inicia con vigor,  firmeza. Pero al mismo tiempo se muestra enrarecido. No es el Mozart al que estamos acostumbrados. Lo heroico y trágico se anuncia en ese inicio memorable. Luego, después del tutti, surge el piano como una aparición fantasmal. Porque nada más queda en ese destino trágico; renace la grandilocuencia musculosa del principio y emerge aquello que siempre resulta insondable. ¿Cuánto fastidia este concierto a quienes se ufanan en mostrarnos sólo a un Mozart gracioso, irreverente, aquellos que se quedaron con el cliché de Amadeus de Milos Forman? Luego de innumerables recapitulaciones, todas ellas en la perfección concertante, la atmósfera se hace más opresiva ¿Qué queda? Persistir obsesivamente hasta la coda.  Estamos ante el Allegro del Concierto para piano número 24 en Do menor K 491.

Allegro. Concierto para piano número 24 en do menor K 491. Piano: Lang Lang



Continuación del Allegro y Larghetto



Allegretto

viernes, 19 de marzo de 2010

Dolor y transfiguración

Julio de 1854. La segunda hija de Smetana, Gabriela, murió de tuberculosis. Un año más tarde, la mayor de sus hijas, su adorada Bedriska,  murió de escarlatina. Tras esos trágicos sucesos de la vida íntima, Smetana -como todo creador bueno e inteligente- escribe una de las obras más conmovedoras del género camerístico: Trio para piano en sol menor Op 15. Composición pensada a modo de testimonio musical de las vidas breves de sus hijas. No es una narración lineal. Más bien es un obra que pone énfasis constante en la experiencia del dolor paterno. No hay contención suficiente ante la mayor de las pérdidas. Pero a pesar de la incontinencia pasional que evidencia este trío, la dosis de esperanza necesaria se hace presente. Lamentablemente, los infortunios de Smetana no cesaron. En 1856, la menor de sus hijas, Katerina, murió y un tiempo después su esposa también contrajo tuberculosis. 

A pesar de que fuera bien recibida por sus contemporáneos, contó con el apoyo de Franz Liszt (que en ese entonces se había constituido en el músico más importante de su tiempo), el compositor admirado por Smetana. La obra consta de tres movimientos. El primero,Moderato assai, es el más pasional; el  dolor se evidencia en todo momento, incluso en su bella cadenza. Aquí la experiencia de la muerte es claramente visible en todo momento. Pues la muerte de alguien amado (como una hija o un hijo) es, de algún modo, la muerte del padre o de la madre. De ahí que se perciba en este movimiento una dimensión de la muerte del propio autor. En cambio, el segundo movimiento, Allegro ma non agitato, se presenta de un modo ambiguo. El dolor descarnado se va entroncando con otros aires, quizás de nostalgia o de melancolía unida a un recuerdo feliz. El finale, presto es una pulsación hacia algún modo de redención poderosa, anclada en la melodía popular como símbolo arcádico. Al interior de este movimiento conviven varias formas de expresar la superación del estado liminal de la muerte. ¿Acaso morir no es también renacer o buscar, por todos los medios, quizás desesperados, volver a vivir? ¡Qué gran movimiento! En general, esta obra es bella, conmovedora, plena de momentos memorables. La muerte nos puede arrebatar lo más amado, pero en el arte y bajo ciertas convicciones, la experiencia del dolor es transfiguración hacia la luz. En esta composición las hijas de Smetana vuelven a saltar sobre el pecho del padre en un eterno retorno. "Resucitarás alma mía, si, resucitarás", como se canta en la Segunda de Mahler. 

Moderato assai. Trío para piano, violín y violonchelo en sol mayor Op 15 de Bedrich Smetana



Allegro, ma non agitato.Trío para piano, violín y violonchelo en sol mayor Op 15 de Bedrich Smetana



Finale, presto.Trío para piano, violín y violonchelo en sol mayor Op 15 de Bedrich Smetana

miércoles, 17 de marzo de 2010

Casos peruanos

Las artes y la literatura que se consolidaron durante la década de los cincuenta del siglo pasado son parte de la mitología cultural del Perú. Una manera de abordar la cosmópolis de un modo singular y el afán por el dominio formal se unieron para construir poéticas notables. Ser ciudadanos del mundo sin dejar de lado la pertenencia a un espacio cultural y geográfico originario y esencial. Y, al mismo tiempo, acceder a un tipo de formación que aun valoraba el dominio de la forma, la destreza con la materia y el deseo de abrirse a otros horizontes.

Hace unos días falleció Edgar Valcárcel (1932-2010), uno de los compositores peruanos más interesantes de las últimas décadas. Nacido en Puno, región peruana del altiplano, fue sobrino de Teodoro Valcárcel, eminente compositor puneño de vital importancia en la afirmación de la estética indigenista en su variante musical. Con talento, Edgar Valcárcel se familiarizó con lenguajes musicales de distintos referentes. Supo insertarse en las corrientes dominantes de la segunda mitad del siglo XX, llegando a realizar estudios en el mítico CLAEM, perteneciente al Instituto Torcuato di Tella de Buenos Aires, donde tomo contacto con la corriente electroacústica. Ahondó en esta propuesta musical durante su permanencia en la Universidad de Columbia-Princeton. Una composición donde se evidencia su interés por explorar nuevos lenguajes y vincularlos con contenidos políticos e ideológicos es su obra Canto coral a Túpac Amaru No.2, para coro, percusión y cinta de 1968, a partir del célebre poema de Alejandro Romualdo del mismo nombre. Al mismo tiempo, investigó el sonido y la música del Perú tradicional. Un ejemplo es su bella narración musical Zorro, zorrito cuento sinfónico para narrador, coro, zampoñas y orquesta, con textos del escritor puneño José Luis Alaya, un homenaje a Prokofiev a la manera de Pedro y el Lobo.

La amplia obra de Edgar Valcárcel evidencia lo que al principio mencionábamos. Sin dejar de reconocer su origen y pertenencia, supo unir los referentes locales con el lenguaje e indagación occidental. Siendo esta característica algo que aglutina a varios exponentes de su generación. De hecho, la importancia de este grupo de notables compositores peruano radica en afirmar el ejercicio creador a partir del diálogo fecundo entre tradiciones culturales diferentes. La tradición académica unida a los lenguajes autóctonos y a la experimentación radical propia de la deconstrucción de la música postvanguardista.

La inexistente política cultural de un estado que esta en construcción permanente, hace que gran parte de las obras de los compositores peruanos no sea conocida por el público melómano. Más aun cuando estamos hablando de una tradición persistente en creación musical que abarca siglos. Que muchos peruanos desconozcan las composiciones de Valcárcel, Garrido Lecca, Sánchez Málaga, Nuñez Allauca, Bolaños, Iturriaga, Pinilla, y un innumerable etcétera, y menos a las cimas del barroco virreinal como Orejón y Aparicio y Juan de Araujo, cuestiona la actitud que tiene un país ante sus propios logros.

La poca difusión que ha tenido el deceso de Edgar Valcárcel pone de manifiesto la incapacidad de un país (estado y sociedad) en valorar a sus creadores inteligentes. Es claro que la obra de Valcárcel no servía para animar una fiestita ni chirriantes programas de varieté. Su música era para sala de concierto, para contemplarla desde el deseo de ampliar nuestras mentes y corazones.

Un caso interesante de difusión internacional reciente de la obra de un compositor de la misma generación, es el de César Bolaños (n. 1932). Con una formación similar a la de Valcárcel, Bolaños optó por mantenerse en el lenguaje experimentador de la música electroacústica, sus variables y evoluciones. Además desde una perspectiva y contundencia intelectual notables. Hace poco, gracias al programa radial Ars Sonora que presenta Miguel Álvarez-Fernández en Radio Nacional de España, el público de Hispanoamérica pudo acceder a una primera impresión sobre la obra de César Bolaños con el capítulo: Monográfico: César Bolaños. Para los que no escucharon el programa les presento el vínculo:  


Canto coral a Túpac Amaru No.2, para coro, percusión y cinta. Edgar Valcárcel. Sobre el poema "Canto Coral a Tupac Amaru" de Alejandro Romualdo. Video de Gloria Arteaga. Un ejemplo de música electroacústica peruana, compuesto en 1968.

lunes, 15 de marzo de 2010

Dimensiones de un trío

La música, como las demás artes, es tradición encadenada, sucesión de innovaciones sobre lo escrito. La música de cámara tiene una cima: la obra de Johannes Brahms. Pero para llegar a ella fue necesario que Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert y Schumann, hicieran lo suyo y lo hicieran de una forma ascendente hasta llegar a la magnitud brahmsiana. Por ello es emblemático que Brahms fuese consciente de la deuda que tenía con la tradición precedente y actuase ante ella con un sereno y meditado respeto. Y fue ese respeto el que animó toda su relación amical y artística con Robert Schumann.

De los tres tríos para piano, violín y violonchelo que compuso Schumann, el primero es el que más influencia generó en la obra de Brahms. Además con ese primer trío, Schumann logró sumarse a la gran tradición camerística. El trío Op 63 fue compuesto en 1847 en Leipzig. Posee cuatro movimientos: I. Mit Energie und Leidenschaft II. Lebhaft, doch nicht zu rasch III. Langsam, mit inniger Empfindung y IV. Mit Feuer. Que pueden ser traducidos como: Con energía y pasión, Vivaz pero no muy rápido (un scherzo memorable), Lento, con íntimo movimiento y Con fuego. Todos los movimientos son entrañables. Sin embargo, siempre ma ha llamado la atención el paso del Lento al Con fuego. La serena meditación que se logra en el tercer movimiento se deshace en el último. Se pasa de una melancólica reflexión a un júbilo incontinente. Rasgo esencial en los humores schumanianos.

Trió para piano, violín y violonchelo en Do mayor Op 63. Robert Schumann. Versión clásica de tres titanes.









viernes, 12 de marzo de 2010

Los extremos de Busoni

Daniel Barenboim, es su célebre "El sonido es vida. El poder de la música", se suma a la definición de música  que planteó Furruccio Busoni: "la música es aire sonoro". Cuando se trata de vincular este concepto de música con el Concierto para piano, coro de hombres y orquesta Op 39 , sospecho que, en este caso, la música más que aire sonoro es un huracán con borrasca. Sobrevivir a la experiencia de escuchar tal monumento concertante debe ser uno de los mayores logros de cualquier melómano. ¡Qué composición más compleja! Busoni, en esta obra, no da tregua ningún momento. El solista debe poseer cualidades sobrehumanas para poder enfrentar el reto mayúsculo de interpretar las temerarias alturas de este concierto. Busoni llegó a ser considerado el mayor pianista de su época, inmerso en la tradición de virtuosos que generó la estética romántica. 

El Concierto para piano, coro y  orquesta esta dividido en cinco movimientos: Prólogo e introito (allegro dolce e solemne), Pezzo giacoso, Pezzo serioso (en re bemol mayor), All´italiana (tarantella) y el Cantico (Alladin), movimiento coral con texto del poeta danés Oehlenschaeger. La brillante coda de este movimiento pone punto final a esta obra que debe tocarse sin interrupción. Este concierto debe ser uno de los más largos escritos para piano, debiéndose entender como una sinfonía donde el instrumento solista a veces llega a estar en un segundo plano.  El texto del Cantico es el siguiente en una traducción bastante libre: 

Levantemos el corazón al poder eterno.
Sintamos la presencia de Alá, aquí en todas sus obras!
Alegría y dolor se entrelazan en la luz del mundo;
mundo poderoso erigido sobre pilares de paz.
En miles y miles de años, la luz
de su poder resplandecerá infinitamente y
se mostrará indestructible.
El corazón ardiente se hizo más frío.
cuando jugaba a  intercambiar la vida con la muerte.
Sin embargo, en la pacífica y gloriosa espera,
el corazón se levanta temprano y firme al,
sentir la presencia de Alá en todas sus obras.
El mundo muerto se ha colmado de vida.
Una vez elogiada la divinidad, el poema descansa. 

Quinto movimiento: Cántico del Concierto para piano, coro de hombres y orquesta op 39 de Ferruccio Busoni. Francamente hermoso y poderoso.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Golpea, Inextinguible

Vibrante al extremo. La cuarta sinfonía Op 29, FS 76, de Carl Nielsen (1865-1931) siempre me deja atónito. Hace varios años que no la escuchaba. Quizás más de diez. Dejé de oírla porque llegó a asfixiarme su grandilocuencia. Ahora que la vuelvo a escuchar, me reconcilio que la obra más conocida del gran compositor danés. Como narración integral, se encuentra en el camino trazado con contundencia por Bruckner y Mahler. Un sinfonía construida al modo de "novela total";  una manera de emular a un dios que confiere existencia y destino a todos los elementos de la arquitectura sonora. Pero en el caso de Nielsen es evidente la carga instintiva y vital extrema. es Inextinguible como la vida misma. 1914, Europa estaba a punto de asistir a su primer apocalipsis. 

Los movimientos de esta sinfonía son los siguientes: 1.Allegro, 2.Allegretto Poco, 3.Poco adagio quasi Andante y 4. Allegro

Cuarto Movimiento: Allegro. Sinfonía 4 Op 29 "Inextinguible". Carl Nielsen


lunes, 8 de marzo de 2010

Concierto Imaginario

Siguiendo al "museo imaginario" de André Malraux, planteo el programa de lo que sería un concierto imaginario, dentro de una temporada imaginaria. Me gustaría hacerlo tanto en la forma sinfónica como en la camerística según las ganas de hoy. No ha mediado, en este deseo, ningún criterio especial. Sólo la subjetividad arbitraria.  Así, los repertorios de estas salas soñadas serían los siguientes:

Temporada de Verano 2010
Décimo Concierto

  • Trío para piano, violín y violonchelo en Si bemol KV 502. W. A. Mozart.
  • Trío para piano, violín y violonchelo en Re menor  "Fantasma" Op 70 número 5 de Ludwig Van Beethoven
  • Trío para piano, violín y violonchelo en Do mayor Op 87 número 2 de Johannes Brahms 
Temporada de Verano 2010
Undécimo Concierto

  • Sinfonía número 82 en Do mayor Hob 1/82 "El Oso" de Joseph Haydn
  • Concierto para piano número 1 en Sol menor Op 25 de Felix Mendelssohn 
  • Sinfonía número 7 en Do mayor Op 60 "Leningrado" de Dimitri Shostakovich
Una Muestra de estos conciertos imaginados:

Allegro. Trio para violín, violonchelo y piano en Si bemol KV 502. W. A. Mozart. Piano: André Previn. Violín: Anne Sophie Mutter. Violonchelo: Daniel Muller- Schott



Molto allegro con fuoco. Concierto para piano 1 en sol menor Op 25. Feliz Mendelssohn. Piano: Dang Tai Son

viernes, 5 de marzo de 2010

Suplicio y súplica

¿Qué distancia a Vivaldi de Bach y Haendel? Sólo algunas obras. Porque en  el dominio del oficio, los tres están ahí, en la cima. En la imaginación, también. Qué estimulante me resulta pensar en esa décadas que van desde 1710 a 1730. Cómo quisiera viajar en el tiempo, observar y admirar esos procesos creativos, donde la tensión esencial se halla entre tradición e invención. Donde el dominio de la forma es tal que toda contemplación de sus materializaciones sonoras nos enceguece. ¿Cómo se puede llegar a saber tanto de algo? ¿Cómo el saber hacer puede llegar a ser de tal magnitud? El dominio, la virtud, la excelencia. Sólo los artesanos mayores llegan a eso. . 

Primeras décadas del siglo XVIII. Las distintas experiencias barrocas se encuentran en crisis terminal. Los compositores han logrado un dominio completo de las formas. De modo fragmentario se inicia un proceso de invención formal a partir de los logros de la tradición. Hacia la mitad de ese siglo, las bases del clasicismo se irán perfilando para constituir las obras de Haydn, Mozart y Beethoven. En ese transito que va desde el siglo barroco (XVII) hacia el clasicismo ilustrado, la obra de Vivaldi adquiere una importancia fundamental.  El gran compositor veneciano logra unificar la estética dramática del barroco junto al "estilo galante" que ha surgido en la Arcadia Romana; la reducción  ornamental  favoreciendo la sencillez y la eficacia sensorial. 

La eficacia que logra Vivaldi no hay que confundirla con alguna consideración pragmática. El "padre pelirrojo" compone para gustar e incluso para gustar en las vivencias extremas. Cassate, omai cassate RV 684 es una cantata surgida de las experiencias literarias de la Arcadia. De tema pastoril, se canta a los infortunios del mal amor y a la crueldad de éste. Crueldad en el amor, tan bien preconizada en la estética arcadiana en la cima enorme del Delirio Amoroso y Il Trionfo el Tempo e del Disinganno de Haendel. En la cantata de Vivaldi, la "Dorilla ingrata", despiadada y cruel que hace sufrir el corazón del arcádico pastor. El texto es el siguiente: 


Cessate, omai cessate,
rimenbranze crudeli d'un affetto tiranno;
Già barbare e spietate
mi cangiaste i contenti in un immenso affanno.

Cessate, omai cessate,
di lacerarmi il petto,
di traflger mi l'alma,
di toglier al mio cor riposo, e calma.
Povero core afflitto e abbandonato,
se si toglie la pace un affetto tiranno,
perche un volto spietato, un alma infida
la sola crudeltà pasce ed annida.

Ah, ah ch'infelice sempre
me vuol Dorilla ingrata,
Ah sempre piu spietata;
M'a stringe à lagrimar.
Per me non v'è nò,
non v'è ristoro
Per me non v'è nò,
non v'è più speme.
Eil fier martoro e le mie pene,
solo la morte può consolar.

Récitativo accompagnato
À voi dunque, ricorro orridi specchi,
taciturni orrori, solitaris ritiri, ed ombre amichi
trà voi porto il mio duolo,
perche spero da voi quella pietade,
che Dorilla inhumana non annida.
Vengo, spelonche amate, vengo specchi graditi,
affine meco in volto il mio tormento in voi
resti sepolto.

Nell' orrido albergo ricetto di pene
potrò il mio tormento sfogare contento,
potrò ad alta voce chiamare spietata
Dorilla l'ingrata, morire potrò.
Andrò d'Acheronte sù le nera sponda,
tinguendo quest'onda di sangue innocente,
gridando vendetta,
ed ombra haecante vendetta farò.



Cassate, omai cassate. Antonio Vivaldi. Contratenor: Andreas Scholl



miércoles, 3 de marzo de 2010

Schumann

1810-2010. Docientos años de su nacimiento. Tiempo propicio para comentar, a lo largo del año, sobre algunas de las composiciones de esa alma divida entre Florestán, Eusebius y Raro. Aquella legión que habitada en su sensible mente. Quiero empezar esta serie sobre Schumann con su obra concertante más conocida. Se trata del Concierto para piano número 1 en la menor Op 54. Esta composición rica en melodía, originalmente estuvo pensada al modo de una fantasía para piano y orquesta. Sus características nos recuerdan a los conciertos para piano de Chopin. A pesar de su lirismo, es una obra sencilla, más no trivial y evidencia el poder sugestivo de la estética schumanniana. Los movimiento de este célebre primer concierto son los siguientes: Allegro affettusso, intermezzo y allegro vivace. Es en el segundo movimiento, donde el scherzando nos lleva a una transición que se vincula, a lo lejos, con el Emperador de Beethoven. Sin embargo, el primer movimiento de temas claros, siempre será el más reconocible. 

Allegro affettuosso.Concierto para piano en la mayor Op 54.Piano: Martha Angerich





Intermezzo. Concierto para piano en la mayor Op 54.Piano: Martha Angerich



Allegro vivace. Concierto para piano en la mayor Op 54.Piano: Martha Angerich.

lunes, 1 de marzo de 2010

La cercanía real



Claudio Arrau, pianista chileno, uno de los más grandes concertistas del siglo XX. Junto a directores míticos como Nikisch, Furtwangler, Klemperer, entre otros, interpretó varios de los grandes conciertos para piano. Pues eso logró Arrau, establecer marcas muy altas en el arte de la interpretación musical. Por ejemplo, el concierto para piano n.4 Op 58 de Beethoven, en su versión, es una experiencia que deja de ser sólo estética. También es importante lo que logró con Chopin y Liszt. Introduciéndose, como pocos, a una sensibilidad tan íntima y pasional, capaz de reconstruir el misterio romántico desde una perspectiva enriquecida por los vientos de los mares del sur. 

Recordar al mayor pianista que dio Latinoamerica en el siglo XX es - de algún modo - reconocer que, tras esos silencios dolorosos, siempre renace la luz del sonido inundada de esperanza. Pues en el arte de Arrau, el paso del silencio a la música, permite comprender cómo se transita del dolor a la resurrección.  Chile se levantará de esto, como el paso del  Andante con moto al Rondo (vivace) del cuarto para piano de Beethoven. 

Andante con moto. Concierto para piano 4 en sol mayor Op 58. Piano: Claudio Arrau. Dirige: Ricardo Muti.



Rondo - Vivace Concierto para piano 4 en sol mayor Op 58. Piano: Claudio Arrau. Dirige: Ricardo Muti.