Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

lunes, 9 de mayo de 2011

La sonata triste de Cilea y la compasión





Francesco Cilea (1866-1950), tantos años vivió. Cerca de 100. Ahí están La Arlesiana y Adriana Lecouvreur, como sus trabajos más insignes. El lamento de Federico, de La Arlesiana,  es casi su "poema 20". Al extremo que ha ocultado una parte considerable de su obra al gran público. Por fortuna, el sello Agora editó -hace unos años- Francesco Cilea. Chamber Music. Una grabación que contiene las composiciones de música de cámara del maestro italiano. De estas obras destaca nítidamente, la Sonata para piano y violonchelo en re menor Op 38,  obra juvenil que evidencia su cercanía con la fase final del romanticismo. Los movimientos de esta hermosa obra son: Allegro Moderato, Largo doloroso y Allegro animato

De los tres movimientos, el Largo doloroso es particularmente atractivo. La atmósfera sonora nos logra transportar a un ambiente lánguido y en extremo triste. Es como si todas las certezas se hubieran esfumado de golpe. Como si de pronto, el silencio de Dios llegase a convertirse en una metáfora visible. No de una tristeza psicológica. Es una tristeza de humana, de proyecciones claramente existenciales. Desde que oí este movimiento hace unos años, siempre regresa a mi como una constatación terrible de aquello que Albert Camus, describiera en su Mito de Sisifo:  No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no vale la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía. Pues bien, escucho el largo doloroso de Cilea y me viene a la mente la poderosa y célebre reflexión de Camus. ¿Merece la vida ser vivida? Cuando el silencio de Dios adquiere alturas sobrecogedoras es muy probable que nos inclinemos a la desesperanza. Pero esta la música que, incluso en su dolor, logra hacernos intuir la existencia de la compasión. Pues de eso se trata el misterio del sufrimiento: en que otro se apiade de nuestro dolor y, en compañía, nos abrace y cobije cuando el sol se ha ido. 

Largo doloroso de la sonata para piano y violonchelo en re menor Op 38 de Francesco Cilea.

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