Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

viernes, 28 de marzo de 2008

Dowland para siempre I

Escribía para la revista de la única radio de música culta que hay en esta parte del tercer planeta. Eran breves reseñas biográficas sobre compositores de los que se conmemoraba alguna fecha importante. Textos de una ingenuidad que me sonroja; lleno de errores y, sobre todo, repleto de lugares comunes. Pero no me arrepiento de haberlos escrito. Fueron, después de todo, los primeros intentos de organizar el mar de reflexiones que siempre me ha producido la música.

En aquellos años la radio estaba regenerando su catálogo de grabaciones. Dejaba de lado los viejos y entrañables discos de vinilo por los novedosos discos compactos. Cierta vez, mientras dejaba un texto para la revista, pude ver que una de las habitaciones de la estación rebozaba de Lps. Realmente nunca vi tantos discos de vinilo en mi vida. Y pienso que nunca más los volveré a ver. Una trabajadora, al percatarse de mi curiosidad, me dijo muy alegremente que podía tomar los Lps que quisiera pues iban a deshacer de ellos. Cogí todos los que podía llevar. Sólo Dios sabe la exitación y la alegría que me embargó aquella tarde. Varias veces volví a la radio por más discos. En total, me hice de unos 30 0 40 Lps. Grabaciones que fueron fundamentales en la educación de mis sentidos.

Uno de ellos era "Lute Songs" (canciones para Laud), editado por el sello "Bach" en 1962. Yo no tenía absoluto conocimiento de la existencia de John Dowland (1563- 1626). En la selección de estas canciones se incluían dos del gran compositor irlandés: Come again, sweet love doth now invite y Can she excuse my wrongs?. El primer descubriento fue reconocer la voz del contratenor y el segundo, saber que el género de la canción inglesa tenía una tradición profundamente arraigada en el tiempo.

Años después, en una discotienda y gracias al sello Naxos, pude adquirir un volumen de selección de las obras de Dowland. Desde ese momento, mi admiración por este enorme compositor fue creciendo. Pocas veces he podido escuchar canciones que posean bellos textos y una composición inspirada tanto en el acompañamiento del laud como en la voz. Las canciones de Dowland se encuentran entre lo mejor del género y me atrevo a decir que junto a los Lied de Schubert y de Mahler, son sus cumbres.

En mis habituales salidas a buscar música hace poco encontré el DVD: The Journey & the labyrinth. The Music of John Dowland (2006 ) cantado por Sting y ejecutando el Laud Edin Kamarazov (qué apellido!). De Sting conocemos su interés por la cultura general. Es un compositor muy popular y muy eficiente en lo suyo: hacer hits inspirados y solventes. Quizá ingenuamente esperé más de este DVD, más aun cuando ha sido la Deutsche Grammophon quien lo ha editado. En este caso nos presentan un Dowland enpacado y preparado para el público "culturoso", siempre ávido de sonidos nuevos y cierta estética distintiva. Un producto destinado a complacer oídos que escuchan tanto a Enya, Cantos Gregorianos, Loreena Mckennith y cosas por el estilo. Construyendo una atmósfera que une la escenografía de los MTV Unplugged con imágenes "místicas". Un producto cuidado evidentemente, pero que poco añade al conocimiento contextualizado de la obra del ilustre compositor británico. Sin embargo cumple la labor de difundir la música de Dowland. En mi caso, como buen conservador, prefiero disfrutar a Dowland sin tanta alaraca, conmoverme sin conducciones visuales ficticias. Contratenor y laud, nada más.

Aqui, la hermosa "Flow my tears", belleza para siempre.

Flow, my tears, fall from your springs!
Exiled for ever, let me mourn;
Where night's black bird her sad infamy sings,
There let me live forlorn.

Down vain lights, shine you no more!
No nights are dark enough for those
That in despair their lost fortunes deplore.
Light doth but shame disclose.

Never may my woes be relieved,
Since pity is fled;
And tears and sighs and groans my weary days
Of all joys have deprived.

Hark! you shadows that in darkness dwell,
Learn to contemn light
Happy, happy they that in hell
Feel not the world's despite.

Y la versión en catellano. Disculpen lo errores de traducción (traición que pueden existir)

¡Fluyan mis lágrimas, caídas de sus manantiales!
Exiliado para siempre, dejadme llorar;
Permitidme que viva olvidado
Donde el pájaro negro de la noche canta su tristeza

¡Apagaos, oh vanas luces, no brilléis más!
No hay noche lo bastante oscura para aquellos
Que desesperadamente deploran sus fortunas perdidas.
La luz no es otra cosa que vergüenza nuestra.

Nunca serán mis penas aliviadas,
Puesto que la piedad ha huido;
Y las lágrimas, suspiros y gemidos han privado
de cualquier alegría a mis cansados días.

¡Oíd!, vosotras, sombras que en la oscuridad moráis,
Aprended a despreciar la luz
Felices, felices, quienes en el infierno
no sienten el desprecio del mundo

Andreas Scholl canta "Flow my tear"


jueves, 27 de marzo de 2008

Subdivisions de Rush: seriación pop

Es del Signals, de 1982. El álbum que dió inicio a la segunda etapa de Rush, la menos progresiva, la más ligada al "pop" para muchos. Se pensó que con este disco el trio canadiense hacia concesiones a la industria. Si los setenta fue la década de la gran experimentación, los ochenta fue la década en que ésta se hallaba agotada. Ya el Moving Pictures de 1981, evidenciaba el cambio. Y eso nadie lo esperaba tras el álbum en vivo de aquel año- que cerró el tour de Moving Pictures- Exit..Stage Left. Una obra maestra de la ejecución pública, donde YYZ sonó como nunca volvió a sonar.
Pero este texto es sobre Subdivisions. La primera canción que escuché de Rush, un par de años después de su composición. No tengo muy en claro la circunstancia de la primera audición. Derrepente fue en un extinto programa de videos que se transmitía en esta parte del tercer planeta. O quizá en la emisora radial que llenó de buen Rock mis oídos en los ochenta y noventa (y que hasta ahora existe). O también en las reuniones de adolescente, en las que hora tras hora, en la casa de aquellos -ahora -invisibles amigos, nos juntábamos a escuchar de manera ilimitada discos enteros. Probablemente ahí fue.
Siempre me llamó la atención este tema, siempre me ha seducido. Los teclados que Geddy Lee toca dominan el discurso de la canción, no suavizándola, sino acrecentándo el caracter trágico de la sabia conjunción de la guitarra de Lifeson y la batería de Peart. En el momento del solo de guitarra de Lifeson, el bajo de Lee logra ensamblarse magistralmente y, tras este solo, las dramáticas estrofas finales en la voz de Lee nos llevan a esa maravillosa coda que se conecta con los acordes progresivos del inicio. Aquí Geddy Lee hace todo lo que se puede hacer: canta, toca los teclados y pulsa el bajo simultáneamente. El "brujo" hace de las suyas, pacta con fuerzas desconocidas. En suma, una pequeña obra maestra de una banda que ya empezaba a oler a mito. Y otra cosa es la letra: !qué texto! Sencillo, directo, comprensible. Como saben ser las letras de las grandes canciones de rock. Un himno de soledad urbana a una situación posturbana (qué sociologismo más burdo el que traigo). Bah, no me hagan caso. A escuchar Subdivisions.




Letra traducida de Subdivisions

Revolcandose en los margenes de la ciudad
En orden geometrico
Un limite aislado
En medio de las luces brillantes
Y lo oscuro y lejano desconocido

Creciendo todo parece tan unilateral
Todas las opiniones provistas
El futuro predecidido
Desprendido y subdividido
En la zona de produccion en masa

En ningun lugar estan el soñador o el inadaptado tan solos

Subdivisiones
En los salones del colegio
En los centros comerciales
Adaptate o seras expulsado
Subdivisiones
En los bares de subsuelos
En la parte trasera de los coches
Calmate o seras expulsado
Cualquier evasion ayudaria a suavizar
La verdad inatractiva
Pero los suburbios no tienen encantos para reconfortar
Los incansables sueños de juventud

Dibujados como polillas estamos a la deriva en la ciudad
La vieja atraccion atemporal
Buscando la accion
Iluminados como una luciernaga
Tan solo para sentir la noche viviente

Algunos venderan sus sueños por pequeños deseos
O perderan la carrera con las ratas
Ser atrapado en trampas
Y comenzar a soñar en algun lugar
Para relajar su vuelo incansable

En algun lugar fuera del recuerdo de iluminadas calles en tranquilas noches

Y en inglés

Sprawling on the fringes of the city
In geometric order
An insulated border
In between the bright lights
And the far unlit unknown

Growing up it all seems so one-sided
Opinions all provided
The future pre-decided
Detached and subdivided
In the mass production zone

Nowhere is the dreamer
Or the misfit so alone

Subdivisions ---
In the high school halls
In the shopping malls
Conform or be cast out
Subdivisions ---
In the basement bars
In the backs of cars
Be cool or be cast out
Any escape might help to smooth
The unattractive truth
But the suburbs have no charms to soothe
The restless dreams of youth

Drawn like moths we drift into the city
The timeless old attraction
Cruising for the action
Lit up like a firefly
Just to feel the living night

Some will sell their dreams for small desires
Or lose the race to rats
Get caught in ticking traps
And start to dream of somewhere
To relax their restless flight

Somewhere out of a memory
Of lighted streets on quiet nights...

miércoles, 19 de marzo de 2008

Mozart, sus finanzas y su muerte

Estoy leyendo varias cosas sobre Mozart en simultáneo. Además, gracias a la universidad donde laboro, he podido acceder a la totalidad de la obra del Amadeus de Salzburgo. Para este largo fin de semana he seleccionado los primeros cuartetos para flauta, los primeros conciertos para piano y algo de música sacra de las primeros tiempos. Me percato que ninguna obra excede el KV 150. Es decir, son composiciones que transitan entre el barroco tardío y los primeros acercamientos al clacisismo. Mozart juvenil. Pero no por ello trivial. Porque nada de lo que hizo este regalo de Dios fue trivial, nimio e insulso. Incluso, las obras que se pueden considerar menores -porque las hay-,tienen el sello, la marca, el estigma del talento puro. !Qué ser humano tan talentoso¡. Han pasado casi docientos veinte años de su muerte y siempre deslumbra, emociona, eleva. Mozart es un océano inagotable de sabiduría musical. Los problemas estéticos que se planteó resolver siguen siendo asombrosos. Sólo Bach y Beethoven y, en menor medida Brahms y Debussy, llegaron a ese nivel problematización formal. No de destrucción que se esconde en creación. Sino de acción creadora fundada en la tradición y en la relación tencional con ésta. Mozart abarcó con las misma soltura todos los géneros existentes en su época. Exploró todo lo que podía explorar una de las mentes más geniales del siglo XVIII. El siglo de Kant que, como la obra de Kant, no se reduce a "las luces". Con ello no estoy comparando a Mozart con Kant. Los lenguajes de la filosofía y de la música, aun cuando poseen similar belleza formal- pues existen bellas teorías- son distintos.

Pensaba escribir sobre Mozart y sus finanzas. Y ya ven, produje un panegírico que, en lo personal, siempre trato de evitar. No me agrada verme rebalzado por mis emociones. Al menos cuando escribo sobre alguien tan valorado y querido. Pues se corre el riesgo de ser torpemente recurrente. Caer en el costal de las frases hechas. Si esto ha ocurrido, doy mis disculpas de antemano. Les decía que este texto es sobre las finanzas de Mozart. Tema que ha sido abordado en innumerables oportunidades. Sobre todo a raiz del fallido film de Milos Forman "Amadeus" (1984), en que se muestra sin mayores elementos la miseria en la muere el maestro. Muerte que construye una heroicidad peudoromántica que nisiquiera Pushkin se atrevió a plantear en su obra "Mozart y Salieri". La imagen trillada del bufon genial que muere pobre, solo e incomprendido por su sociedad.

Es cierto que Mozart tenía actitudes infantiles, como bien cuenta su hermana Nannerl. ¿Pero que hombre de menor de 35 años (edad de la muerte de Mozart) no tiene todavía algunas conductas inmaduras? Era de esperar que un joven de 17, 23, 30, tuviese determinadas actitudes de niño e incluso irresponsables. Mozart recibió muchísimo amor de familia. Era tratado como lo que era: alguien especialmente dotado. Quizá algo engreido por ello. Este hombre genial murió cuando recién la mayoría de varones "sentamos cabeza". Pero de tener algunas conductas inmaduras y cometer algunas irresponsabilidades a ser bufon, existe una gran distancia.

La final pobreza de Mozart tiene explicaciones reales y no hay una teoría conspirativa mayor detrás de ella. Mozart decidió emanciparse de su Señor, el Arzobispo Jerónimo de Colloredo-Mannsfeld de Salzburgo, en 1778, a los 22 años. Desde ahí trató de hacerse un camino propio en Viena, la capital del imperio y capital musical de Europa por excelencia. En ella vivían muchísimos compositores que competían entre si. Sin duda Mozart tuvo el favor de la nobleza y del público educado de Viena. La decisión de vivir como un hombre libre, ciertamente le trajo consecuencias. Sin embargo, el problema mayor vino de la salud precaria de su esposa Constanze Weber y de las actitudes de ésta. Casado en 1782, a la edad de 26 años, Mozart tuvo que convivir con una mujer que no tenía muy en claro con quién estaba casada. Proveniente de una burguesía mediana, la joven Constanze exigía al marido un nivel de vida que un hombre joven, emancipado del señorío, no podía ofrecer. Además, las dificultades de los frecuentes embarazos de Constanze, diez entre 1783 y 1791, generaban gastos extras que el "hombre libre" Mozart tenía que solventar. Constanze se hallaba frecuentemente en cama, ante los peligros de aborto. La necesidad de servidumbre era fundamental pues Mozart debía producir. Pero ésta, la servidumbre, era propia de la nobleza y de la burguesía establecida. Y los Mozart, no lo eran. De ahi que Mozart, probablemente, halla tenido que realizar, por temporadas, labores domésticas. Quizá esto colaboró en la impuntualidad de algunos encargos. Y la necesidad de médicos (los mayores enemigos de la salud en el siglo XVIII) y de sirvientes, le obligaron a endeudarse con frecuencia. En suma, Mozart sufrió lo que cualquier pequeño burgués de su época sufría.

De los diez embarazos de Constanze, nacieron siete niños, de los cuales murieron seis antes del primer año. Sólo dos pequeños sobrevivieron al padre, el segundo y el último: Karl Thomas y Franz Xaver. Pero esto era frecuente en aquellos tiempos. Sin embargo, la impotencia debe haber sido una experiencia constante en la vida de los últimos años de Mozart. La inconciencia de su mujer, los gastos en medicos y medicinas inútiles, el pago de servidumbre, las muertes frecuentes de sus hijos, fueron minando la salud del propio Mozart. Tal situación de precupación constante y estrés debilitaron más su cuerpo. De ahí que sus gastos se hallan múltiplicado más allá de sus posibilidades. A esto hay que añadir cuestiones generales. La revolución francesa de 1789 había generado una ola de temor en Europa. Las inversiones disminuyeron y el Imperio de los Austria, optó por disminuir los gastos culturales en beneficio de las armas. Además las tensiones en la frontera con el Imperio Otomano resintieron más las rentas reales. Entre 1790-91, hubo una recesión económica en Austria y Viena, la capital, se vió afectada por la misma.

Menores encargos y necesidades crecientes, hicieron que Mozart se endeude más allá de cualquier límite. Las cartas de Puchberg, su amigo comerciante, son terriblemente esclarecedoras. A Puchberg, su prestamista, le confió sus mayores temores. "Soy muy desgraciado-siempre entre el miedo y la esperanza" (carta a Puchberg, 17 de julio 1789). "Queridísimo hermano. Su sincera amistad y su cariño fraternal me hacen tan atrevido que me permito pedirle un favor..Todavía le debo 8 ducados. Además que no estoy en condiciones de devolvérselo, mi confianza hacia usted va tan lejos que me atrevo a pedirle que, hasta la próxima semana en que empiezan mis audiciones en el casino, me socorra con 100 gulden" (carta a Puchberg 1 de junio de 1789). " Si usted tuviera la deferencia de ayudarme con 1000 ó 2000 gulden durante uno o dos años con intereses justos me auxiliaría en el campo y en arado. Usted encontrará ciertamente que dificil, si no imposible, vivir cuando hay que esperar de ingreso a ingreso. Cuando no se tienen reservas, no es posible arreglárselas bien. Con nada no se hace nada" (carta a Puchberg diciembre de 1790). Curiosamente Puchberg no intentó cobrar las deudas de Mozart después de su muerte. Lo que habla de la amistad entre ambos. Sin embargo, hay que añadir que el dinero prestado servía para pagar otras deudas: a médicos, sirvientas, alquiler de departamentos, etc.

¿Hubo irresponsabilidad en sus endeudamientos? Probablemente en algunos casos. Como el que cuenta a su hermana Nannerl en una carta de enero de 1791. Con un dinero extra se fue con unos amigos a una taberna hasta el amanecer. Sin justificar esta actitud, trato de comprender a este joven ser humano, ahogado por una situación muy precaria. Quizá un momento de desfogue a un estrés que estaba mantando su salud. ¿Fue la pobreza la causa de su muerte? Fue una pobreza que se empezó a construir el día en que decidió marcharse de Salzburgo y que, lamentablemente, se fue incentivando en la medida que un conjunto de hechos personales y generales se sumaron de forma trágica. ¿Se evidencia esto en su música? No. Ni el Requiem se percibe esta situación. Aun cuando en una carta a Constanze -que se hallaba en Salzburgo en su casa materna -escrita en septiembre de 1791 le dice: "estoy escribiendo este Requiem para mi". En la pobreza final de Mozart no se observa ni bohemia, ni malditismo decimonónico. Es una situación concreta, real y visible. Para nada transfigurada. Pobreza descarnada.

viernes, 14 de marzo de 2008

Naxos

Klaus Heymann fundó en Honk Kong -cuando aun esta ciudad china era un protectorado inglés- la casa discográfica Naxos en 1987. El éxito enorme de esta disquera, desde su origen, se debió a dos factores: calidad de las interpretaciones y el bajo costo de sus grabaciones. Además porque incorporó en su catálogo una enorme cantidad de obras que muy pocas veces fueron grabadas. Dando a conocer a un público mayor obras mínimamente difundidas. Debo tener algo de 150 discos editados por Naxos. Gracias a éstos mi cultura musical se amplió notablemente. Pude acceder a composiciones que sólo podía oir por radio o en vivo o, que, simplemente, desconocía. Por unos años recibí en casa los catálogos impresos de Naxos y de Marco Polo (el sello dedicado a los nuevos compositores). Ahora, dadas las posibilidades electrónicas, puedo actualizar la lista de ediciones visitando el sitio web: http://www.naxos.com/ . Sin embargo, lamento que Naxos halla cancelado hace unos años su servicio gratuito de radio on -line. Me imagino que las razones comerciales fueron muy evidentes. Hoy en día este es un servicio pagado.

Vayamos a la razón de fondo del éxito de Naxos. Para ello expondré mi propio caso. A inicios de los años 90s mis ingresos eran muy bajos (en general, en esta parte del tercer planeta, los ingresos son muy bajos). El formato CD estaba en su apogeo y la crisis de la industria fonográfica no se vislumbraba. Cuando pasaba por los escaparates de las tiendas de discos, éstos se hallaban muy lejos de mis posibilidades. Las ediciones de Deutsche grammophon, Harmonia mundi, Decca, etc. eran sencillamente inaccesibles. Podía comprar las grabaciones de sellos como Point o Laser Ligth. Todas estas del repertorio más conocido. Sin embargo, cuando quería algo más rebuscado, los precios de las grandes disqueras me botaban, profundizando las frustraciones estéticas que tenemos los que vivimos en esta parte de Tercer Planeta.


Afortunadamente, el día de mi liberación fonográfica llegó. Una vez entré a una tienda de discos y vi los dos sextetos de Brahms y dos cuartetos de los varios de Mozart. Cuando pregunté por los precios, simplemente no lo podía creer. Ediciones sencillas, con información básica pero no trivial y grabaciones muy bien realizadas. El efecto fue inmediato. Compré ambas grabaciones. Hasta hoy, quince años después, lo tengo y los disfruto. Desde ese momento, cada fin de mes y por varios años, repetí el ritual de los dos o tres discos, con café al final de la compra. Cuando pienso en ese tiempo, irremediablemente me asalta una feliz nostalgia. La sensación de buscar el disco, encontrarlo, caminar por la calle contento por el hallazgo. Llegar a casa y ponerlo en el reproductor con la misma exitación de un niño ante un juguete nuevo. Tirarme a la cama, con la luz apagada y oir una o dos veces la grabación entera. Todo eso de lo debo, en parte, a los precios de Naxos.


Lamentablemente la piratería fonográfica, que en esta parte del tercer planeta es absoluta, liquidó a las tiendas de discos. Y así, desde hace unos cinco años, me quedé sin poder comprar los CDs de Naxos. Sin embargo he desarrollado otras fórmulas para hallar música culta. He podido comprar los discos de Naxos en remates de lotes y en tiendas de objetos de segunda mano. También la bondad de los que me quieren y saben de mi adicción melómana me ha brindado otros discos tanto de Naxos como de otras disqueras. Existe la alternativa de comprar en línea, pero eso, pienso, es muy impersonal. Para mi comprar un disco no es sólo pagar y comprar. Es algo más. Como decía atrás, es parte de un rito. Y no pretendo argumentar mis sensaciones más privadas e íntimas.


Afirmaba en la seriación anterior que la piratería nos ha permitido acceder al pasado inmediato y lejano de la práctica fonográfica. Ahora podemos pagar sumas irrisorias por un CD pirata o "bajarlo" (palabra fea) de Internet. Lo triste es que en el caso de la música académica la piratería no sólo ha hecho quebrar a las tiendas, sino que los "piratas" no suelen ser muy interesados en esta clase de música. ¿Quién va a piratear la Matamorfosis para 23 instrumentos de Strauss? ¿Quién va a plagiar la totalidad de las obras para piano de Scriabin?. La piratería se suele quedar en lo masivo del presente y del pasado popular. Si editan de manera ilegal algo de música académica, son compilaciones realizadas para oídos poco exigentes.


Naxos logró conjugar calidad de grabación, catálogo novedoso y precios muy competitivos. Ojalá alguién se anime a importar nuevamente los CDs de Naxos. Por lo menos un cliente fidelizado (otra horrible palabra) espera recobrar prácticas ingenuas para la mayoría.



miércoles, 12 de marzo de 2008

La crisis de la industria y la calidad musical

La producción de un disco tan logrado como el Hysteria (1987) de la banda de Hard Rock inglesa Def Leppard costó cinco millones de dólares de ese entonces. Los coros, las líneas melódicas y las bases rítmicas, lograron ensamblarse de una forma notable. Un disco pulcro, sin fisuras. La casa de los Def Leppard, en aquel entonces Island/Mercury, invirtió un capital que hoy en día sería impensable. Dada la magnitud de la piratería fonográfica, tal inversión en sólo disco haría imposible márgenes razonables de utilidad.
Todas las grandes grabaciones, tanto de la música culta como de la popular, han sido costosas. Las orquestas renombradas, directores y solistas, solían firmar para discográficas de renombre. Estas invertían en salas de ensayo, estudios de grabación con la mejor tecnología, ingenieros de sonido con experiencia y conocimientos especializados. El resultado era evidente. Verdaderos clásicos que hasta hoy en día son citados como referentes fonográficos y que son editados en los nuevos formatos. La producción de estos discos era muy costosa. Pero los sellos invertían sabiendo que las ventas iban a satisfacer holgademante la inversión.
Esto cambió con la piratería. Las disqueras han visto reducir significativamente sus ganancias. Y los niveles de inversión para elaborar producciones de un alto nivel técnico son casi nulos. Ya no sería posible un disco como "The Dark Side of the Moon" o "Sgt peppers". Lo que ha hecho que los discos de hoy en día sean, en su enorme mayoría, terriblemente malos. Faltos de imaginación, carentes de calidad. La piratería abarató nuestro acceso a la música del pasado, pero alejó la posibilidad de acceder a lo mejor de la música de nuestra época. Los mejores compositores de música popular o culta ahora estan fuera de los planes de la industria. Las ideas audaces siempre requieren mayor inversión que las formulas manidas y repetidas. Esta crisis traerá una reinvención en nuestra relación con la música.