Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

jueves, 31 de julio de 2008

Bach por Mozart

Cuando Mozart vivía la obra de Bach se encontraba en suspenso. No había desaparecido del firmamento musical como ha afirmado la tradición romántica. Bach se había transformado en un compositor para compositores, un autor de "culto"; alguien valorado por los conocedores. Pero no había caído en el olvido absoluto. Aunque es cierto que Mendelssohn hizo mucho por difundir su obra a un gran público hacia 1830 -40.
En una carta dirigida a su hermana Nanerl, Mozart escirbe lo sigueinte:
Viena , 20 de abril de 1782

"Aquí te mando un preludio y una fuga a tres voces, la causa de que esta fuga saliera a a la luz es en verdad mi querida Constanze. El barón van Swieten, a cuya casa voy todos los domingos, me prestó todas las obras de Haendel y de JUAN SEBASTIAN BACH (después que yo se las había tocado) . Cuando Constanze oyó las fugas, casi se enamoró de ellas; no quiere más que fugas, ante todo las de Haendel y Bach. Luego, como me oía a menudo improvisar fugas, me preguntó si no había anotado ninguna y como le dije que no , me retó mucho porque yo no quise escribir precisamente lo más artístico y hermoso que hay en el mundo, y no cedió en sus ruegos hasta que le esbozara una fuga. Y así nació ésta.... Con toda la intención le puse "Andante Maestoso" para que no sea tocada demasiado rápido; pues cuando una fuga no es tocada despacio, no se pueden advertir claramente las entradas del tema y asi se malogra su efecto."




El resultado de esta petición hecha por Constanze, la esposa de Mozart, fue la composición de los Preludios y Fugas KV 404b en Do menor, a partir de cinco preludios y fugas de J. S. Bach. Mozart las concibió en la forma de un trio de cuerdas (violín, viola y violonchelo), siendo respetuoso de la manera bachiana de componer y organizar los preludios y fugas. Esta obra nos permite descubrir la capacidad que tenía Mozart para abordar un estilo que ya había sido superado en su tiempo. Además, nos revela su enorme talento en concebir una obra en el mismo sentido que Bach: razón geométrica en el conocimiento del devenir del sonido. Al oír estas composiciones, la imagen sensorial de Mozart se diluye, ubicándonos ante una arquitectura sonora de dimensiones temerarias. Por momentos, el aire escasea ante tanta precisión. La belleza de la melodía se esconde para dar lugar al juego punteado de la perfección. Arte cerebral, a la larga el que más me seduce.

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