Compuesta hacia 1780, las Vesperae de Confessore es una de las obras religiosas mejor producidas por Mozart en su periodo salzburgués. Bajo la tutela del conde arzobispo de Salzburgo Hieronymus von Colloredo, el maestro debía componer a petición para diversas ocasiones litúrgicas. Mucho se ha especulado sobre la calidad y originalidad de la producción sacra de Mozart previa al periodo vienés. Wolfgang estaba más preocupado en llevar su carrera de forma independiente, tocando en diversas ciudades que ser el servil músico de corte. De ahí que su labor de músico artesano entraba en conflicto con la de compositor libre. Ya sabemos cómo terminó la historia de esta pugna en 1782.
Por ello, se cree que estas obras son menores en comparación con la música instrumental y coral profana de esa misma época. Quizá en algunas obras se pueden advertir ciertos lugares comunes y elementos predecibles. Pues el maestro debía cumplir con diversos encargos y giras. Sin embargo, las Vesperae Solennes (Dominica KV 321 y Confessore KV 339) son dos maravillosas composiciones, estando a la altura de las mayores obras corales de Mozart.
El fragmento más célebre de la Vesperae de Confessore es el "Laudate Dominum". Habitualmente es grabada e interpretada de forma independiente, lo que dificulta la comprensión cabal de esta obra. Es evidente que se puede disfrutar del "Laudate Dominum" a la manera de un aria/canción. En tiempos del " classical crossover" todo es posible. Pero insisto, perdemos del ensamble mayor si las escuchamos sin su contexto musical originario.
Más allá de estas salvedades, el "Laudate Dominum" para solista, orquesta y coro, es un laude basado-en parte- en el Salmo 117 que, cantado en latín, posee el siguiente texto:
Laudate Dominum omnes gentes;
Laudate eum, omnes populi.
Quoniam confirmata est
Super nos misericordia ejus,
Et veritas Domini manet in aeternum.
Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper.
Et in saecula saeculorum.
Amen.
Escribir todo lo que me sugiere esta obra es un asunto riesgoso y lleno de pretenciones insensatas. Pues estamos ante una de las piezas más puras y espirituales del Maestro. Como suele pasar, me arriesgo con la disculpas del caso. Una voz dulcísima baja desde cielo y, sin tocar la tierra, se expande por toda la humanidad y el vasto mundo. Cruza el firmamento y vuelve a subir al lugar de donde proviene. La voz solista es depuradamente simple. No hay caprichos ni quiebres innecesarios. Es como si tras esa voz se pudiese ver algo más que no es posible percibir de forma humana. Las cuerdas en ritornello, se hallan en ese mismo estado de ingravidez. La melodía cantada se alarga bellamente (sólo Mozart podría concebir esos maravillosos largos cantabiles) y el coro entonado el Gloria Patri - qué coro- acoge a la voz como una apertura tan sabia como amorosa. Al final, en la unidad armoniosa del coro, la voz solista se eleva una vez más- discretamente- hacia el lugar donde habita EL SIN NOMBRE. ¿No es acaso una visión de lo que llegará a ocurrir al final de los tiempos?.
A veces pienso que cuando muera, si mi alma esta en la gracia de mi Creador, me elevaré de esa forma hacia la plenitud. Me fundiré con toda la humanidad creyente y, antes de la unión mística terminal, mi alma dará.....No sé que decir. Disculpen. Lo que intuyo es inexpresable.Aquí no hay dramas, sino sólo visiones tan placenteras que las reservo sólo para mi.
Lucia Popp (1939-1993), soprano eslovaca canta el "Laudate Dominum"
2 comentarios:
Maravilloso!
Relaciono esta obra con el Requiem, por eso busco informacion tecnica al respecto.
Estilistico? no se.
Si compositivo y armonico, informacion tecnica al respecto por favor.
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