Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

lunes, 13 de julio de 2009

Una esbelta diosa griega entre dos diosas Norse

Así se refería Schumann a la Cuarta Sinfonía si bemol mayor Op 60 de Beethoven. Es decir, un instante de "inviolable quietud" (Keats), de serenidad clásica, entre los arrebatos pasionales de la Tercera, Op 55 y de Quinta, Op 67. Todos los estudios biográficos coinciden en señalar que el momento más feliz de la vida de Beethoven fue el bienio 1805-06. Tiempo en el que el amor entre Ludwig y la condesa Teresa Von Brunswick parecía tener un mejor futuro. Tal era la sensación de optimismo que vivía el maestro que abandonó la composición de la sinfonía en Do Menor (la que se llamó después Quinta) y se dedicó a concebir una sinfonía que evidencie el estado de alegría sosegada que esta viviendo. Pues en Beethoven la vida y la música tienden a unirse con frecuencia.

Los movimientos de la Cuarta Sinfonía en si bemol mayor Op 60 son los siguientes: Adagio-allegro vivace, Adagio, Allegro vivace, Finale: allegro ma non troppo. Este fin semana, me dediqué a la Cuarta con atención. Hace mucho tiempo una obra no había sido tan necesaria para entender ciertos tópicos de la vida.




Cuarta sinfonía en si bemol mayor op 60. Ludwig Van Beethoven. Dirige: El emperador Karajan. En tiempo vertiginoso.

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