Esa pintura, la más célebre de Seurat - "Un domingo por la tarde en la isla de Gran Jatte" -presenta a mi niña al centro de todo, en manifiesto angelical, tomada de la mano de su madre. Esa piedra alzada y aérea que rebota en otras piedras antes de caer en el mar. Ese texto de Benedicto XVI que compré en un sencillo despacho parroquial y que leo por ahora. Ese adagio de la Tafelmusik de Telemann que contemplé mientras hacia un alto en la limpieza. Ese café con crema que tomé con un amigo varios meses después del último café con crema. Esa conversación intrascendente con un taxista en el curso de doce minutos. ¿Dónde vivo? ¿Dónde estoy? ¿Qué es esto que me rodea? Mañana despertaré y otras formas de la realidad se me irán presentando en la medida que el día transcurra. Todas serán, como siempre, puertas; subdivisiones hacia otras cosas. Algo que media entre esta vida y todo lo demás. "Todo lo demás" que me conduce a una cosa y otra cosa. Si no hay esperanza, el circulo será infinito: "el final perverso de todas las cosas" (Kant). Si hay esperanza, las mediaciones serán eso: mediaciones. Y así, me convenceré que "todo esto" no es más que una pequeña porción de algo que aun no logro comprender. Pero que intuyo como algo sumamente bello y bueno.
2 comentarios:
descubri este blog hace un tiempo y me gustó mucho.
espero que sigas escribiendo datos interesantes sobre música y todo lo que tras ella se encuentra.
hace falta esto.
saludos
alvaro
de eso se trata. Y se vienen cambios en mi blog que estoy tramanado.
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