Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Mozart, Inglaterra y el Bach inglés



El 23 de abril de 1764, los Mozart llegan a Londres. Leopoldo asume que la experiencia inglesa  será mucho más agradable que el primer viaje a París. A pesar de tener una vida cultural y artística menos desarrollada que la de París, Londres empezaba a vivir los primeros tiempos de lo que se llamaría luego "revolución industrial". Donde la burguesía llegó a cumplir un papel social y económico mucho más activo que su par francesa. La burguesía gala era sobre todo política, profesional e intelectual. En cambio, la inglesa, se caracterizaba por ser  consumidora e individualista; más ligada a la empresa privada, grande o mediana. El espíritu individualista y, por lo tanto, pragmático, de los ingleses, llamó la atención de Leopoldo, acostumbrado a las rigideces provincianas y tradicionales de Salzburgo. Con todo, la familia de músicos salzburgueses dio varios conciertos en Londres. El pequeño Amadeus generó entusiasmo entre los asistentes por su precocidad y virtuosismo. Así, el 27 de abril de aquel año, los Mozart se presentaron ante el rey Jorge III que moriría loco años después. La euforia causada por el pequeño Wolfgang fue tal que el jurista y centífico natural Daines Barrington, solicitó estudiar al niño genio para comprobar si efectivamente se trataba de un prodigio infantil o de un enano. En el ensayo publicado hacia 1771, en el Philoshophicals TransactionsACCOUNT OF A VERY REMARKABLE YOUNG MUSICIAN, Barrington concluye: 

Me encuentro entusiasmado de poder estudiar y comparar a dos prodigios de la música temprana (refiriéndose a Mozart y Händel). Sin embargo, poco se puede esperar que Mozart, posiblemente, pueda alcanzar con los años el nivel de Händel, puesto que los casos de  praecocia ingenia son generalmente de corta duración. 

Es decir, Barrington valoró el enorme talento de Mozart, certificando su genialidad. Sin embrago, duda que la precocidad genial del gran músico, sea sostenible en el tiempo. Las dudas de Barrington eran comprensibles, pero en el caso de Wolfgang, fueron a la larga infundadas. 

Si bien es cierto el público inglés en un principio fue muy receptivo a los Mozart, con las semanas, poco a poco, fue decayendo el interés por los músicos austriacos. Afortunadamente, a pesar del creciente fracaso final de la gira inglesa de los Mozart, Leopoldo, siempre inteligente y dispuesto a mejorar la formación de su hijo, pudo arreglar una visita con el mayor músico vivo en Inglaterra: Johann Christian Bach, el menor de los hijos de Johann  Sebastián y conocido como el "Bach inglés". J. C. Bach (1735 -1782), después de permanecer en Milán por cerca de una década, donde se hizo católico, viajo a Londres para convertirse en maestro de música de la reina Sofía Carlota. Es casi seguro que el ilustrado Leopoldo conociera la estirpe de la familia Bach, de ahí el interés que éste puso en la relación entre Amadeus y Johann Christian. Las biografías  hablan de una relación entrañable entre el niño Mozart y el todavía joven Bach. Johann Christian tenía 29 años y el pequeño Mozart ocho. Nissen, el esposo de Constanze Mozart, cuenta en la biografía del maestro que ambos disfrutaban tocar en el pianoforte composiciones de la época, jugando con las notas y haciendo bromas de muy buen gusto. Estas conversaciones se convirtieron en lecciones musicales de un modo muy especial.  Al terminar el verano de 1764, los Mozart dejan Inglaterra. Wolfgang Amadeus no volverá a pisar la gran isla. 

En una carta fechada el 10 de abril de 1782, Mozart le escribe a su padre lo siguiente acerca de sus estancia en Berlín: 

Voy todos los domingos al medio día en la casa del Baron Van Swieten, donde se toca a Bach y a Händel. En este momento estoy estudiando las fugas de Bach, pero no sólo las de Sebastián, también la fugas de Emanuel y Friedeman.

Y más adelante dice: "Sin duda sabrá usted que ha muerto el Bach inglés. ¡Qué pérdida para la música!". La pena de Mozart, mediada por la distancia temporal - 18 años- se torna sincera. Mozart si sintió la perdida del amigo infantil, toda vez que fue el referente directo de filiación musical entre J. S.Bach y W. A. Mozart. Algo del Cantor de Leipzig llegó a transferirse en esos juegos musicales, delante de un pianoforte. La filiación entre los otros hijos de Bach y Mozart se dio gracias a Haydn. El gran Joseph Haydn tuvo como amigo cercano a Carl Philipp Emanuel Bach, otro de los célebres Bach, que vivió años más que el "Bach inglés". Según se cree, Haydn llegó a presentar a ambos músicos, es decir, a C.P.E. Bach y a Mozart. Estoy seguro que tras la muerte de C. P. E. Bach en 1788, Mozart tuvo más curiosidad por  J. S. Bach. El resultado fue el viaje a Leipzig de 1789, donde Wolfgang Amadeus tocó el órgano que tocara Bach  en los oficios. Aquella iglesia, la de Santo Tomas, en la que Mozart, en silencio, contempló las partituras del maestro. Todo tienen sentido, como en la música. 

En 1778, Mozart escribió la primera versión del  aria para soprano y orquesta KV 294 (la otra es la KV 512): ''Alcandro, lo confesso...Non sò, d'onde viene''. Se cree que este recitativo y aria fue tomada de una opera, hoy perdida, de J. C. Bach: La Olimpiada, basada en un libreto del arcade Metastasio. Esta aria Mozart la compuso para Aloysa Weber, cantante y hermana mayor de Constanze, la que llegó a ser esposa del maestro. Se sabe que Aloysa fue el gran amor de Wolfgang. 

Alcandro, lo confesso...Non sò, d'onde viene KV 294. W. A. Mozart. Encanta: Natalie Dessay.

CLISTENE

Recitativo:
Alcandro, lo confesso,
stupisco di me stesso. Il volto, il ciglio,
la voce di costui nel cor mi desta
un palpito improvviso,
che lo risente in ogni fibra il sangue.
Fra tutti i miei pensieri
la cagion ne ricerco, e non la trovo.
Che sarà, giusti dèi, questo ch'io provo?

CLISTENE

Aria:
Non so donde viene
quel tenero affetto
quel moto, che ignoto
mi nasce nel petto;
quel gel, che le vene
scorrendo mi va.
Nel seno a destarmi
sì fieri contrasti
non parmi che basti
la sola pietà.

3 comentarios:

Marcos Pariona dijo...

Acabo de encontrar tu blog estimado profesor Ricardo. Soy un ex alumno suyo en Bellas Artes, aficionado a la buena música y en especial a la lírica, y aunque reconozco ignorar tanto en comparación a mi deseo de conocer de la misma, simplemente la disfruto por pura intuición.

Seguiré su blog aunque de hecho me prestaré del tiempo de trabajo para leerlo.

Ricardo Falla Carrillo dijo...

Gracias Marcos, un abrazo.

Anónimo dijo...

cuescopesco