Es como el lenguaje: discurre. No se tiene de ella una experiencia total como en la pintura, la escultura, la arquitectura. Es decir, al tener frente a mi un cuadro, lo percibo como una unidad de elementos que iré conociendo -profundamente -en la medida que fije la visión en detalle. Pero a la música la iré conociendo mientras transcurre. Una sucesión de elementos que aparecen y desaparecen. Nunca podré tener una percepción total de una composición, sólo percibo el momento, el ahora del sonido.
Después de la audición, podría hacerme una idea de la totalidad si recuerdo todos los elementos sonoros que han transcurrido. Pero esa empresa en inútil. Pues he de reproducir en mi memoria el recuerdo de la sucesión, pero no la totalidad. Pues esa totalidad no existe.
Bajo los argumentos anteriores se podría decir que todo es música, pues la vida cotidiana y la naturaleza estan colmadas de sonidos que cactamos sucesivamente. Como decía el poeta romántico alemán Joseph Von Eichendorff: la música es el canto de las cosas. Pero una cosa es el sonido que hacen las cosas y otra cosa es la música. La música no sólo transcurre, sino que transcurre repetitivamente. Y en esa repetición existe un acto deliberado. ¿Qué se repite? El sonido pulsado de una cuerda, de una tecla, etc, en intervalos medidos entre "silencio" y "silencio". Golpes sonoros cada espacio tiempo. La forma más elaborada de esos "golpes sonoros" es el tema recurrente en un determinado movimiento. Sin embargo, se podría decir que en la naturaleza existen sonidos que transcurren repetitivamente: las olas, el latido del corazón, etc. Pero en la música el sonido no es repetido en una longitud de tiempo considerable, como ocurre con las olas que llevan millones de años haciendo el mismo sonido o el latido de un corazón que suena en toda una vida. En la música hay variaciones en la repetición. Unas veces la sucesión repetitiva es vertiginosa otras, menguantes o lentas. Además, la sucesión es simultánea, sobre todo en el caso de dos o más sonidos. En suma, un ser humano ha formado esos sonidos.
Estas son las pequeñas cosas que puedo decir sobre la música. Sobre sus causas y efectos, todavía me siento incapacitado de decir algo. Salvo lo que puedo intuir sobre sus orígenes y consecuencias. Pero ese es otro cantar.
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