Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

viernes, 19 de junio de 2009

Adrian Leverkühn ataca de nuevo

Fue hace unos años en que la lectura del Doctor Fautus de Thoman Mann me hizo tomar conciencia de la extraña importancia de Arnold Schoenberg (1874-1951). Importancia que hay que saber valorarla desde una perspectiva crítica y, al mismo tiempo, entusiasmada por el ejercicio vanguardista. Pocos músicos como Schoenberg han despertado posiciones apasionadas de un lado y otro. Creador de una nueva filosofía de la música o el sepulturero de lo que se asume como "lo musical". Con Schoenberg se entiende la entropía de la música hasta su metástasis final. Después todo será posible.


Y fue hace cerca de veinte años en que mi juventud impresionada se dejó arrastrar por La Noche Transfigurada (Verklärte Nacht), Pierrot Lunaire y Espectación (Erwartung) que, por cierto, cumple un siglo (¡un siglo!) de ser compuesta. Qué mente pensante y sintiente había sido capaz de concebir todo esto, me decía en aquel entonces. La escritura serial se fue haciendo un evangelio que prefiguró hasta una forma de pensar y de darme cuenta de las cosas. Ahora siento que Adrian Leverühn ataca de nuevo y no se cómo defenderme de su mefistofélico encanto.



Erwartung, texto dramatizado para soprano y orquesta- Op 17- Arnold Schoenberg. Libreto de Marie Pappenheim.

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