Reconozco y me deslumbra la Tafelmusik de Georg Philipp Telemann ( 1681-1767), monumento logrado del barroco alemán. Me conmueve el Affettuoso del Trio Sonata en La menor para dos violines y guitarra. Y el concierto para trompeta en Re menor, qué decir de él. Junto al de Leopold Mozart y al de Hummel, son mis favoritos.
Pienso en Telemann y recuerdo su imprescindible presencia allá por 1989, 1990. Leí sobre él todo lo que estaba a mi alcance en la biblioteca del mustio y lúgubre Seminario Santo Toribio, donde se encontraba La Historia de la Música de Franco Abbiati, libro consolador y entrañable dentro de la enormidad de temas con los que tenía que lidiar y para los que me sentía - en aquella época- particularmente inútil. Ciertamente, ya no recuerdo lo que escribió Abbiati sobre Telemann. Sólo guardo la imagen de verme en la sala de la biblioteca leyendo la biografía de este compositor alemán, con la Tafelmusik dándome vueltas una y otra vez en la cabeza.
Desde aquel tiempo, extrañamente "telemanmaniacos", no volví a interesarme demasiado en este ilustre compositor, el más famoso y apreciado de su época (junto a Vivaldi y Handel, claro esta). En los 90s mi ámbito de intereses me llevó por las tensiones estético-musicales del abultado siglo XIX, ocultado -injustamente- la preocupación por explorar más en el barroco. Por ello, desde hacía un tiempo, tenía el deseo de buscar algo de Telemann. No opté por su repertorio vocal, pues creo que no es tan logrado como el de Vivaldi, Handel, Purcell o Bach (quizás alguien me crucifique por esa herejía), sino por indagar en sus composiciones para instrumento solista. Había escuchado algo de ellas pero sin mucha atención. Felizmente, hoy tengo en mis manos las 12 Fantasías para Flauta Solista, en interpretación de Patrick Gallois y editada por la Deutsche Grammophone en 1993. Ha sido un reencuentro necesario y apacible, lleno de evocaciones pastoriles en un entorno original que no lo tuvo. Música para huir del desmadre global de los 700, 000 mil millones, de los juegos de la geopolítica multipolar y de todos los vaticinios de una mega depresión en los meses por venir.
Mientras oía la Fantasía número 3, me enteraba de un posible bombardeo a Pakistán donde morían 20 seres humanos. ¿Se estarán orientando las fuerzas y los poderes hacia algo que movilice la maquinaria a fin de ir recreando otro círculo virtuoso de "destrucción creadora"? No lo se. Hoy mi mujer se relajaba mientras alimentaba al nuevo pequeñín de la casa escuchando las 12 Fantasías para flauta y mi niña mayor me enseñaba los dibujos del libro de cuentos que le compré. Telemann estuvo presente, como lo estuvo hace veinte años cuando crecer era un imperativo para seguir viviendo. Por todo ello, Telemann es uno de los imprescindibles.
Fantasía 3 en Si Menor para Flauta Solista. Georg Philipp Telemann. 1740. Ejecuta Nina Perlove
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