Escribía para la revista de la única radio de música culta que hay en esta parte del tercer planeta. Eran breves reseñas biográficas sobre compositores de los que se conmemoraba alguna fecha importante. Textos de una ingenuidad que me sonroja; lleno de errores y, sobre todo, repleto de lugares comunes. Pero no me arrepiento de haberlos escrito. Fueron, después de todo, los primeros intentos de organizar el mar de reflexiones que siempre me ha producido la música.
En aquellos años la radio estaba regenerando su catálogo de grabaciones. Dejaba de lado los viejos y entrañables discos de vinilo por los novedosos discos compactos. Cierta vez, mientras dejaba un texto para la revista, pude ver que una de las habitaciones de la estación rebozaba de Lps. Realmente nunca vi tantos discos de vinilo en mi vida. Y pienso que nunca más los volveré a ver. Una trabajadora, al percatarse de mi curiosidad, me dijo muy alegremente que podía tomar los Lps que quisiera pues iban a deshacer de ellos. Cogí todos los que podía llevar. Sólo Dios sabe la exitación y la alegría que me embargó aquella tarde. Varias veces volví a la radio por más discos. En total, me hice de unos 30 0 40 Lps. Grabaciones que fueron fundamentales en la educación de mis sentidos.
Uno de ellos era "Lute Songs" (canciones para Laud), editado por el sello "Bach" en 1962. Yo no tenía absoluto conocimiento de la existencia de John Dowland (1563- 1626). En la selección de estas canciones se incluían dos del gran compositor irlandés: Come again, sweet love doth now invite y Can she excuse my wrongs?. El primer descubriento fue reconocer la voz del contratenor y el segundo, saber que el género de la canción inglesa tenía una tradición profundamente arraigada en el tiempo.
Años después, en una discotienda y gracias al sello Naxos, pude adquirir un volumen de selección de las obras de Dowland. Desde ese momento, mi admiración por este enorme compositor fue creciendo. Pocas veces he podido escuchar canciones que posean bellos textos y una composición inspirada tanto en el acompañamiento del laud como en la voz. Las canciones de Dowland se encuentran entre lo mejor del género y me atrevo a decir que junto a los Lied de Schubert y de Mahler, son sus cumbres.
En mis habituales salidas a buscar música hace poco encontré el DVD: The Journey & the labyrinth. The Music of John Dowland (2006 ) cantado por Sting y ejecutando el Laud Edin Kamarazov (qué apellido!). De Sting conocemos su interés por la cultura general. Es un compositor muy popular y muy eficiente en lo suyo: hacer hits inspirados y solventes. Quizá ingenuamente esperé más de este DVD, más aun cuando ha sido la Deutsche Grammophon quien lo ha editado. En este caso nos presentan un Dowland enpacado y preparado para el público "culturoso", siempre ávido de sonidos nuevos y cierta estética distintiva. Un producto destinado a complacer oídos que escuchan tanto a Enya, Cantos Gregorianos, Loreena Mckennith y cosas por el estilo. Construyendo una atmósfera que une la escenografía de los MTV Unplugged con imágenes "místicas". Un producto cuidado evidentemente, pero que poco añade al conocimiento contextualizado de la obra del ilustre compositor británico. Sin embargo cumple la labor de difundir la música de Dowland. En mi caso, como buen conservador, prefiero disfrutar a Dowland sin tanta alaraca, conmoverme sin conducciones visuales ficticias. Contratenor y laud, nada más.
Aqui, la hermosa "Flow my tears", belleza para siempre.
Flow, my tears, fall from your springs!
Exiled for ever, let me mourn;
Where night's black bird her sad infamy sings,
There let me live forlorn.
Down vain lights, shine you no more!
No nights are dark enough for those
That in despair their lost fortunes deplore.
Light doth but shame disclose.
Never may my woes be relieved,
Since pity is fled;
And tears and sighs and groans my weary days
Of all joys have deprived.
Hark! you shadows that in darkness dwell,
Learn to contemn light
Happy, happy they that in hell
Feel not the world's despite.
Y la versión en catellano. Disculpen lo errores de traducción (traición que pueden existir)
¡Fluyan mis lágrimas, caídas de sus manantiales!
Exiliado para siempre, dejadme llorar;
Permitidme que viva olvidado
Donde el pájaro negro de la noche canta su tristeza
¡Apagaos, oh vanas luces, no brilléis más!
No hay noche lo bastante oscura para aquellos
Que desesperadamente deploran sus fortunas perdidas.
La luz no es otra cosa que vergüenza nuestra.
Nunca serán mis penas aliviadas,
Puesto que la piedad ha huido;
Y las lágrimas, suspiros y gemidos han privado
de cualquier alegría a mis cansados días.
¡Oíd!, vosotras, sombras que en la oscuridad moráis,
Aprended a despreciar la luz
Felices, felices, quienes en el infierno
no sienten el desprecio del mundo
Andreas Scholl canta "Flow my tear"
3 comentarios:
hola. Me llamo Juan Jesús y descubrí hace poco la música de Dowland y me chifla. Te querría preguntar si sabes donde podría encontrar sus letras traducidad?
¡Hola! ¿Qué tal?, wow te felicito, es excelente la información que nos das sobre este autor tan bueno. Estoy buscando por toda la web a que género pertenece su composición "Come Again", si pudieras decirme, me ayudarías muchísimo.
Gracias y de nuevo ¡Felicidades!
Como forma Come Again una composición homófona. Y está dentro del periodo barroco temprano.
Saludos
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