Hoy es un pensador olvidado o, en todo caso, en suspenso. No voy a entrar en detalles del porqué de esta situación. Recién lo leó con cuidado y me percato - qué ignorante sigo siendo- que Gabriel Marcel (1889-1973) era más que melómano consumado. Pretendió unir pensamiento y música, indentificándolas como un mismo proceso en la que la creación es lo que establece el existir. Existencialista cristiano, católico converso, Marcel influyó notablemente tanto en la teología católica como en la reformada de los años cincuenta y sesenta.
Quiero compartir unos fragmentos de sus obras de temática estética y artística. En los textos que selecciono reconozco varias de mis propias inquietudes. Cuestionamientos que se han profundizado a partir de la audición contemplada de las seis suites para violonchelo de Bach interpretadas por el Mitislav Rostropovich (versión de 1988 y editada en DVD, un verdadero lujo).
" La música ha sido para mi, en el curso de esta búsqueda filosófica agotadora que ha sido la mía, como un testimonio permanente de esta realidad que me esforzaba por alcanzar a través de los áridos caminos de la reflexión pura"
"Es, sin duda, en las últimas obras de Beethoven, o, más exactamente, a través de ellas como cobré conciencia claramente de este destino superior del pensamiento"
"Las creaciones más sublimes de los músicos, de un Bach, un Mozart, un Beethoven, se presentan al espìritu como una prenda de eternidad, como el trasfondo activo de nuestra vida pensante"
Gabriel Marcel. Estética.
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