Hubo un tiempo en que escribía de ética, filosofía política y política. Procuraba estar al día en autores, libros y discusiones. Cualquier dinero sobrante servía para comprar algún texto que me motivaba interés. Poco a poco me fui haciendo de una pequeña biblioteca selecta que, viéndola ahora, tenía cosas interesantes. Sabe Dios las horas que me pasé escribiendo los siete u ocho artículos que publiqué en esos años (los noventa). Cuando empezó la nueva década y al iniciar la treintena de años, no tuve más remedio que trabajar en un lugar impensable para mi. Fueron siete años en total. En todo ese tiempo, la rutina y la pequeñez del ambiente fueron matando poco a poco mis intereses abiertamente filosóficos. Mis lecturas antes largas y apasionadas se fueron diluyendo por otras más pedagógicas y menos estimulantes. Ya, al promediar esta década, mi intelecto había reducido sus anteriores capacidades; me sentía impotente de no poder organizar dos o tres argumentos con la facilidad de antaño. Además casi ninguno de mis condiscípulos se mantuvo fiel a la filosofía. Salvo el que esta muy lejos de aquí y que es mi gran amigo.
Hace unas semanas dejé aquel trabajo que tanto sinsabores me causó en esos años. !Cuánta tristeza, cuánta infelicidad¡. En fin, eso ya pasó. ¿Qué me permitió todos estos años soportar la rutina aplanadora? Sin duda, la misericordia de Dios fue fundamental. Pero también la música. En todos los momentos de mi vida, desde muy pequeño, siempre ha estado conmigo. No se trata de un acompañamiento externo, a la manera de una banda sonora personal. Sino de una presencia diaria que llena mi espíritu y me conduce a alturas que casi ninguna cosa ofrece. En realidad, gracias a la música mi mente siguió funcionando de algún modo. Pues sustituí - si se puede sustituir - la lectura puntillosa de Platón por las Partitas de Bach o las obras de Kant, Hegel o Wittgenstein por las composiciones de Mozart, Schubert, Brahms, etc. Asumí, quizá de forma intuitiva, que mi mente debía serguir generando formaciones abstractas desde otro tipo de lenguaje. Procuré hacerme de obras que estimulacen mi intelecto y eduquen mis sensaciones de diversos modos. Elaboré planes de audición, guías personalísimas que me permitieron acceder al proyecto estético y de civilización que subyace en la gran música académica. El placer infantil se transformó en pasión intelectual.
Sin querer la música me permitió compreder otros lenguajes artísticos como el visual, el plástico, el espacial y el volumétrico. Y sin querelo nuevamente, como una acción evidente del Espíritu Santo, me fui dirigiendo hacia el arte, la estética y la historia del arte. Soy conciente que el lenguaje filosófico es mucho más complejo, exigente y dificil. También que hacer filosofía desde este lugar del tercer planeta es terriblemente duro y penoso. No he dejado de leer filosofía. Me siguen interesando varios de sus temas, aunque ya no con la vehemencia de antes. No se si esto será bueno a la larga pues yo estudié filosofía y debería procurarme una mejor formación en ella.
Ahora trabajo en un lugar mucho más estimulante que el anterior. Incomparable en todo sentido. Y fue la música, como una mediación de Espíritu la que me llevó ahí. Pero también soy conciente que todo tiene su final. En este momento laboro feliz, pero es cierto que, por razones diversas, eso puede terminar. Por ello le pido a Dios que me mantenga en ese lugar todo el tiempo que él considere necesario. Fue la música la que me salvó de tanta tristeza, la que me permitió seguir viendo las cosas del modo que són las cosas. Dios sabe lo que es la música para mi. No es sólo el arte de los sonidos organizados con fines estéticos. Es una forma de organizar la realidad, una manera de comprender las relaciones infinitas entre individuos y esencias, entre hechos y procesos. La música, como sistema, atravieza todo eso que considero de forma ingenua "realidad". No soy un filósofo de la música. Sería demasiado pretencioso afirmarlo. Y en este momento de mi vida, no pretendo ser gran cosa.
Releía los textos de hace diez o doce años. ¿Escribí eso? ¿Fue tan turbadora la experiencia de esos siente años confinado en mi propio miedo? ¿Volveré a escribir como en esa década? ¿Será la forma y el sistema de la música la que conduzca mi futuros proyectos? Hacia dónde me llevará la música, el miedo superado, las nuevas lecturas?
3 comentarios:
Te preguntas, Casio, si volverás a escribir. La prueba es este maravilloso texto pleno de autenticidad, altura espiritual y bella forma.
Adelante, la música (y las musas) sigue contigo.
Creo que la pregunta fue exactamente "volver a la filosofia" (aunque comparto totalmente que un muy buen texto, es decir comparto lo mas importante).
Me gustaria escribir que Wittgestein, después de escribir el Tractatus, abandono la filosofia para ser maestro. Pero, claro esta, esa fue su decision...
He visto tu texto sobre el concierto en plena batalla de Stalingrado colgado en otras paginas. La verdad, es pasionante ver el vinculo entre hechos historicos y la musica. Recordé un fragmento de la conversacion que tuvo E. Gombrich con un filosofo francés. Gombrich se exilio durante la Segunda Guerra en el Reino Unido y trabajo como traductor para los servicios de inteligencia ingleses. A finales de la guerra, él escucho un Requiem (no recuerdo de quién) transmitido una y otra vez por las radios alemanas. A partir de esto, él realizo una deduccion totalmente correcta: el Requiem anunciaba la muerte del mas grande criminal que ha conocido la humanidad: Adolfo Hitler. Luego de anunciar este hecho a las autoridades ingleses, él se percato que fue el primero en saber de la muerte del Führer (claro esta, en territorio
no ocupado).
Quizas seria bueno que publiques otros textos tuyos -por ejemplo- sobre la relacion entre politica y musica.
Qué musica acompanan las 'apasionantes' primarias norteamericanas? Con qué musica se asocio a Peron? O algo sobre el vinculo entre tecnocumbia y un dictadorzuelo latinoamericano.
Tu amigo de siempre
Gracias por los comentarios. En general son muchos los temas que pueden ser abordados y las relaciones posibles. Ahora, por ejemplo, estoy interesado en estudiar - si mis capacidades lo permite- las relaciones entre música y literatura y cosas por el estilo. Las relaciones entre hechos políticos y composiciones son interesantes y buscaré un tema apropiado para escudriñar ese punto. Un fuerte abrazo "Stradivarius en Lutetia"
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