Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Carta al infinito para alguien

Querida X. : No trataré de dar lecciones de vida a alguien tan joven como tu. En realidad, detesto la actitud de los mayores ante los jóvenes, actitud de supuesta maestría por los años que transcurren. Los años no dan nada, salvo eso, años. Acumulación, pero no sabiduría. Y la acumulación puede ser de frustraciones, de inmadurez, de prejuicio, de agresividad. Nada garantiza la supuesta sabiduría de los mayores. Se puede llegar a los 80 años y ser un perfecto imbécil. O se puede tener esa edad joven, como tu, y hacer esas inmensas preguntas que soy incapaz de responder. Probablemente, a lo largo de lo que te quede por vivir, irás respondiendo los cuestionamientos que haces. Sin embargo, nada garantiza que logres responder la primera de las preguntas que realizas con frecuencia. Lo interesante, pienso, es que las formulas.


Sólo te hablaré de mi. Con frecuencia me comparo con un violín, un Guarneri Da Gesú. Se que puede parecer pretencioso que me compare con un instrumento tan noble como este. Pero reconozco que soy un Guarneri por el tipo de música que sale de mi cuando soy tocado por las manos adecuadas. Esas manos, me imagino, son las del Espíritu. Soy conciente que puedo transformarme en una Suite para violín de Bach. Realizar un breve monólogo concentrado e íntimo. Sin embargo, como buen violín, soy más feliz en un duo. Mejor sueno cuando estoy frente a un Stradivarius. Los Stradivarius son mis mejores amigos. Al dialogar juntos, establecemos un contrapunto inacabado de preguntas, respuestas y silencios. Nuestras melodías se unen pero mantienen cierta independencia que las hace reconocibles por separado. Creo que este diálogo es posible porque el Stradivarius, al igual que el Guarneri, es un instrumento noble. Y las relaciones más fecundas se dan en la nobleza. Cuando estoy ante un violín vulgar, el Guarneri que soy, se transforma en algo inútil, como un violín vulgar. Y en vez de salir de mi una melodía entrañable, se escucha una terrible distorsión.


Prefiero huir de los violines vulgares y quedarme con los Stradivarius. Por eso pienso que eres una Stravidarius o una Guaneri. Creo que buscarás a otros Stradivarius y también a los Guarneri, como yo. Y el día que los encuentres, tus enorme preguntas se harán infinitas y el diálogo inacabado, como el Concierto para Dos Violines de Bach. Y descubrirás por ti sóla que bastaba con darse cuenta que eras un instrumento noble.



J. S. Bach. Concierto para dos violines. Largo ma non tanto. Oistrakh con un Guarneri y Menuhin con un Stradivarius.


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