Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Del culto al ser humano



Lo que más me sorprende de la muerte de Hugo Chávez, no es tanto en sí su muerte. Pues todo ser humano, aquejado por una enfermedad grave, potencialmente muere. Sino, descubrir la magnitud del culto a la personalidad que hubo en Venezuela desde 1999. Un culto a la personalidad que sólo pudo haber existido en la Unión Soviética, en Rumanía o en Albania. La imagen del líder omnipresente , que personifica a toda la nación; que guarda en sí y dentro de sí a toda una colectividad. 

Desde diciembre de 2012 comenzaron a circular algunos vídeos propagandísticos, preparando a los venezolanos ante una eventual muerte de Chávez. Y cimentando el camino a la continuidad del régimen bolivariano. Asumir a Chávez como una entidad trascendente, una suerte de divinidad terrena, capaz de sintetizar los anhelos de todo un pueblo. "Yo soy Chávez", es el lema de todo este sistema propagandístico que debe estar por llegar al paroxismo en estos días. En realidad, me cuesta creer las imágenes que veo. ¿Tanto vale un simple ser humano? ¿Puede un individuo constituirse en la imagen de millones?  

George Soros, a quien leo con pasión en estos días, se pregunta en "Mi Filosofía": ¿por qué los seres humanos prefieren el engaño a la verdad, la manipulación al conocimiento? El culto a Chávez, las formas grotescas que adquiere, sólo pueden ser entendidas dentro de la compleja red de vínculos que establece el ser humano con lo real. Pero en mi caso, jamás se me ocurriría creer o decir que yo soy otro. Puedo admirar a muchos, pero nunca pensaría que soy de un grupo que tiene nombre propio. Conmigo, nada de cultos seculares. Miseria del comunofascismo.

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