Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 25 de abril de 2012

Nerval y una fantasía más allá de la música


Leer a Gerard de Nerval (1808-1855) es siempre un placer. Aunque el placer no sea un tópico frecuente en su literatura. Lo que hay es tristeza, melancolía y nostalgia. Mucha nostalgia. Un paraíso perdido mitologizado en ensoñaciones de un romántico lejano a sus contemporáneos.

Fantaise es hermosos poema. Uno de los más conocidos del autor. Lo publico porque tiene un bello inicio que hace referencia directa a la música: "Il est un air pour qui je donnerais /Tout Rossini, tout Mozart et tout Weber". Una declaración de principio que le otorga a la música su real dimensión: de encontrarse a casi un paso de las contemplaciones más excelsas. 

Fantaise

Il est un air pour qui je donnerais
Tout Rossini, tout Mozart et tout Weber,
Un air très-vieux, languissant et funèbre,
Qui pour moi seul a des charmes secrets.

Or, chaque fois que je viens à l'entendre,
De deux cents ans mon âme rajeunit :
C'est sous Louis treize; et je crois voir s'étendre
Un coteau vert, que le couchant jaunit,

Puis un château de brique à coins de pierre,
Aux vitraux teints de rougeâtres couleurs,
Ceint de grands parcs, avec une rivière
Baignant ses pieds, qui coule entre des fleurs ;

Puis une dame, à sa haute fenêtre,
Blonde aux yeux noirs, en ses habits anciens,
Que dans une autre existence peut-être,
J'ai déjà vue... et dont je me souviens !



Traducción

Fantasía 


Existe una tonada por la que yo daría
todo Mozart, Rossini y todo Weber,
una vieja tonada, languideciente y fúnebre
que me trae a mí solo sus secretos encantos.

Cada vez que la escucho mi alma se hace
doscientos años - es sobre Luis Trece-
más joven; y creo ver cómo se extiende
una ladera verde que amarillea el ocaso,

luego un alcázar de ladrillo y piedra,
de vidrieras teñidas de colores rojizos
ceñido de amplios parques y a sus pies un arroyo
que entre las flores corre;

luego una dama, en su ventana altísima,
rubia. con ojos negros. de vestimenta antígua,
que en otra vida acaso ya hube visto
y de la cual me acuerdo.


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