Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

martes, 28 de diciembre de 2010

Victor Hugo le canta a Palestrina (y a la música)

Palestrina y el papa Julio III

El célebre escritor romántico, emocionado y festejante, escribió este panegírico al gran Palestrina en una clave que hoy pocos osarían hacer: 

¡Poderoso Palestrina, viejo maestro, viejo genio,
Yo os saludo aquí, padre de la armonía,
Porque, como un gran río en que beben los humanos,
Toda esta música ha brotado de vuestras manos!
¡Porque Gluck y Beethoven, ramas bajo las que soñamos,
Han nacido de vuestro tronco y están hechos de vuestra savia!
¡Porque Mozart, vuestro hijo, ha tomado en vuestros altares
Esta nueva lira desconocida a los mortales,
Que tiembla más que la hierba al hálito de la aurora,
Nacida en el siglo dieciséis entre vuestros dedos sonoros!

Polifonía contrarreformada, dispuesta a ceder al Concilio de Trento. Polifonía que se limita así misma. No hay el sueño totalizador de Tallis ni el poder turbador de Josquin des Pres. Palaestrina cierra una época y abre otra. Sin embargo, es evidente que el siglo de Victor Hugo, el XIX, todavía no ha descubierto a Monteverdi y a Purcell. Bach todavía era una tarea pendiente. Igual, Hugo reconoció el valor supremo del gran músico renacentista, casi manierista,  si entendemos los temblores y la Melancolia I de Durero. 

Sicut cervus. Pierluigi da Palastrina.

Salmo 42: 1-3, 8

Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
Dios mío, mi alma está abatida en mí;
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.

5 comentarios:

Toffe dijo...

Te sigo.. en silencio, pero me gusta mucho tu blog.

Hoy paso a saludar y...

♥¸.•*¨)¸.•*¨)
(¸.•´♥♥.¸.•´¸.•*´¨)
........|___|...
........|000|...
........|000|...
........|000|...
........|000|...Felíz año 2011 !!
.........\00/....
..........\0/..... Te deseo mucho amor,
...........||..... alegría, paz,
...........||..... y esperanza.
...........||......Un abrazo
........._||_.... Toffe

ricardof falla carrillo dijo...

Muchas gracias por los deseos.

Anónimo dijo...

Hermoso amor, muy hermoso.
Patty

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Excelente artículo, qué bien escrito. Cómo no admirar a Palestrina, en especial su Sicut Cervus, pero también la justamente famosa Missa Papae Marcelli (el Kyrie, el amén del Credo...), los motetes Jesu, Rex admirabilis, O Domine, etc. En fin, un creador para todos los tiempos.
Interesante calificativo para Josquin: “poder turbador”. Ojalá explicites más esta idea durante el año.
Un gran saludo y feliz 2011!

ricardof falla carrillo dijo...

Estimado Quinoff, gracias por frecuentar este sencillo blog. En este 2011 espero ahondar en la obra de des Pres. Un abrazo y feliz 2011.