Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Primeros encuentros con Berwald

Franz Berwald (1798-1868)
Casi no conozco la obra de Franz Berwald (1798-1868), aun cuando es el compositor más importante de Suecia. Se que no fue conocido en vida, al extremo que tuvo que migrar a Berlín, donde se dedicó a labores médicas como cirujano ortopedista. Luego vivió en Viena, pero siempre alejado del mundo de la música. Sin embargo, en el anonimato compuso muchísimas obras, varias de ella de una calidad evidente. Por lo que voy escuchando sus cuatro sinfonías son realmente estimulantes. Ni que decir de su increíble música de cámara. 

Soy sincero. Todavía estoy en proceso de acumulación sonora de este importante músico nórdico. Sin embargo,   el deslumbramiento inicial me está llevando a querer compartir con ustedes, mis queridos melómanos, algo de Berwald. 

Escrita en 1845, la Tercera sinfonía en do mayor es una obra que tiene todos los elementos propios de la gran sinfonía de origen clásico y temperamento romántico, como en los casos emblemáticos de Schubert, Mendelssohn y Schumann. La impronta beethoveniana y la lectura vienesa es evidente. La factura notable de esta tercera sinfonía la ubica como una obligación para todo melómano que busca ampliar los goces del oído que piensa. 

Sinfonía 3 en do mayor do mayor. Los movimientos son: Allegro fuocoso, Scherzo: adagio-allegro assai-adagio y Finale:  Presto.