Hace treinta años grabó su primer disco. Tenía quince y era la niña mimada de la Deutsche Grammophon. Apadrinada por el cíclope Von Karajan, encandiló al mundo de los melómanos. La ocasión era precisa. Los conciertos para violín 3 y 5 de Mozart (KV 216 y 219), del periodo más fresco y jovial del amado Wolfgang. La versión dirigida por Karajan fue, como todo lo que hacía, "marca Karajan": Sobrecogedor, grandilocuente, pedante, sobrexpuesto, atronador. Mozart postromántico y ese "algo" tan Karajan de ver el arte.
Siempre me ha parecido que estas versiones perdieron el lado adolescente con el que fueron concebidos originalmente los tres conciertos para violín. Es como si hubiesen sido compuestos en 1791 y no en 1775. Sin embargo, algo me reconcilia con estas versiones: el violin de Anne- Sophie Mutter. Karajan obliga a una guerra entre la orquesta y la solista. ¿Cómo hizo la jovencísima Anne - Sophie para doblegar al monstruo?. El resultado: un clásico de interpretación. Las versiones de ambos, interpretando los conciertos de Bach, Beethoven y Vivaldi (editadas en 1984), serán la justificación para otra seriación.
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