Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

jueves, 9 de agosto de 2007

Seriación pop: Snakes & Arrows de Rush




Aquí lo mejor desde el Counterparts (1993). El retorno más oscuro y glorioso de los últimos años. Decir Rush es suficiente. El power trio más longevo y noble. Músicos inteligentes, creativos y talentosos. Lee (Bajo y voz), Lifeson (guitarra y coros)) y Peart (baterías). Sin embargo, gran parte de las importancia de este grupo se debía al talento especial de Neil Peart. Peart, probablemente, el mejor bateristas de todos los tiempos. Porque la baterías de Peart no sólo sonaba bien, encandilaba y sorprendía, sino que pensaba. Una batería pensante de un músico enorme. Una batería intelectual, lejos de la exhasperante pirotecnia o de la dionisiada nocturna. Además Peart era el letrista minucioso, concentrado; investigador por naturaleza, convencido que para hacer arte hay que pensar e investigar.

El resultado: 35 años de una leyenda que crece y que se reconoce cada vez más. Sin embargo los canadienses estaban algo perdidos. Albunes correctos. Porque nada de lo ha hecho Rush es regular o malo. Pero repetitivos y que evidenciaban el natural desgaste de las leyendas. Lo que curioso es que sabía que tarde o temprano el Power Trio más célebre u duradero volverían a las andanzas.

Hace unas semanas tengo el Snake & Arrows (2007), editado cinco años después del correcto pero intrascendente Vapor Trails (2002). !Qué disco! Desde Far Cry, una patada a todos aquellos que pensaban en lo peor para Rush hasta We hold On, el último álbum de los canadienses nos devuelve a lo mejor de la esencia de Rush. Niel Peart recuperado tras la muerte de su hija y de esposa, retorna con letras escarbadas de los abismos del ser humano (como siempre), letras inteligentes como su batería. La voz de Geddy Lee sigue intacta, cercana a las sesentena, y su bajo continua siendo una verdadera cátedra del hacha. Y Alex Lifeson no ha perdido ese sentido milimétrico para copar el sonido de Rush.

La crítica, como suele ser en estos casos, ha sido variable. Un buen disco para unos, aburrido para otros. Para mi es una exelente muestra de lo que se puede seguir haciendo tras más de tres décadas de hacer música. No es 2112, tampoco el Hemispheres, Moving Pictures o Signals. No tiene porque serlo. Rush es ahora una banda de veneración y dejaron su lugar en la historia del rock. En su caso hay que dejar de pensar desde la sociología del arte y ver a Rush desde la estética. Entender la inteligencia de estos músicos, canónicos, formales que le lanzan una sonora patada al historicismo artístico. Conservadores con tecnología y devoción a la música. (y, por que no, cierto interés monetario que no invalida la propuesta de Rush. Es rock al fin y al cabo)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen disco, sin duda. También me ha gustado.

raul david dijo...

hola, bueno si . un excelente disco...el mejor album del 2007 sin lugar a dudas y un gran retorno, solo ellos lo podian hacer ...aunque rush son incapaces de sacar un mal album, con este reafirmaron que son el mejor power trio vigente.!larga vida a RUSH!!!!!!