Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Música pensada, pensar en música




I

El mayor es Bach. Bach pensó desde la música todo lo que puede ser pensado. De ahí que gran parte de su obra pueda ser tomada como un grado de abstracción superior, capaz de comprender  lo real en su multiplicidad. La Ofrenda Músical y El Arte de la Fuga, son la cima de la música como pensamiento. Sólo algunos escritos filosóficos están a su altura. Sobrecogen el espíritu de la  misma manera que una serie de argumentos encadenados, como los que vemos en Descartes, en Hobbes, en Leibniz, en Kant. 

El mayor es Bach. Su obra emociona como la liturgia cristiana bellamente concebida, como un paisaje cósmico visto desde el Hubble. Se toma en cuenta lo individual y, desde ahí, hacia lo universal. Contemplación en el amor. 

II

Mozart es un cuerpo pensado. No es un cuerpo natural. De ahí que su música siempre se eleva desde algún punto, sobre todo en los movimientos lentos. Como cuerpo pensado, su música puede transcurrir entre la tierra y el cielo con gran facilidad. Mozart es asequible, pero hay algo siempre que se nos escapa. Es el misterio de un cuerpo que nunca ha sido hallado.  

III

Beethoven es secular. Se distancia del Dios, se distancia de las costumbres y de los hábitos; crea su propio universo, sus propias deidades, sus propios humanos. Beethoven ensambla la historia humana a su manera. Beethoven inventa nuestros sentimientos. Beethoven seculariza nuestro mundo desde su inmenso mundo personal. 

IV

Brahms es la conciencia del tiempo y de la historicidad. De ahí que amó a la tradición y quiso mantener su legado. De ahí que puso las semillas, incipientes, de la revolución serial. Brahms se sabe parte de la historia y ese regalo, gran Johannes, se agradece.

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