Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

jueves, 13 de marzo de 2014

Alturas temerarias: cinco complejidades para piano



Componer música es, también,  probar y probarse. Exigir y exigirse. Pues también los grandes compositores, muchos de ellos, fueron grandes interpretes. Sabían tanto cómo componer y , al mismo tiempo, cómo ejecutar. El resultado de ambas dotaciones, es que el compositor podía y sabía los modos de conmoción más eficaces. Sabía la manera de conducir nuestra experiencia sensorial, transformándola en experiencia estética, elevándonos a alturas y bajuras insospechadas. Pero también sabía, sí sabía, cómo dejarnos mudos con su talento. Las composiciones virtuosas, de alguna manera, nos dicen: soy capaz de concebir esto. 

Hace tiempo quería escribir sobre las piezas para piano que, a mi juicio, son las más complejas; entendiendo complejidad como la relación entre virtuosismo y coherencia formal. No sólo de simple pirotecnia. Es más bien, la excelencia, el areté de las grandes obras para piano. Hermoso e insuperable repertorio.  

1. Sonata para piano n.º 29 en Si bemol mayor Op. 106, subtitulada Hammerklavier, fue compuesta en el otoño de 1818 en cuatro movimientos al modo de la sonata clásica. El último movimiento, Largo - Allegro risoluto, posee uno de los momentos más grandes de la literatura musical no sólo por la complejidad de la obra, sino porque el sentido de lo inefable brota en cada momento de la fuga enigmática que se pronuncia en dos eternos minutos. 



2. Scarbo de Gaspard de la  Nuit de Ravel. Gaspard de la Nuit debe ser una de las obras más complejas de todo el repertorio. Estrenada en 1909, esta obra posee tres movimientos. Siendo el último, Scarbo, el más célebre.



3. Mazzepa. Estudio Trascendental. N. 4 en re menor de Liszt. De los doce estudios, todos ellos de extrema dificultad, Mazzepa es, sin duda, el que exige más al pianista. Inspirado en un poema de Victor Hugo y estrenado en 1840, Mazzepa es sin duda una de las cimas del arte de sorprender. 



4. Variaciones a un tema de Paganini op 35 de Johannes Brahms. Alguna vez Clara Schumann dijo de las variaciones de Brahms: variaciones para ser tocadas por una bruja, observando lo difícil que le había resultado tocar esta obra. La varaciones fueron compuesta hacia 1863 y se basa en Capricho 24 en La menor para violín del gran Paganini.



5. Allegro Bárbaro de Charles Valentin Alkan. No se si es la pieza más compleja de Alkan pero si es, sin duda, una de las más complejas obras que compuso el gran pianista francés. Parte de los 12 Estudios para piano el Allegro Bárbaro fue compuesto hacia 1847.

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