Una anécdota contada por Ernst Gombrich en Arte y Autotrascendencia, un texto incluido en su libro"Ideales e Ídolos". Wolfgang Kohler, el fundador de la psicología Gestald, había sentado su posición contra el nazismo en un diario universitario. Sabiendo de las posibles represalias, Kohler y un grupo de amigos y colegas esperaron en su casa durante toda la noche el probable arresto que nunca se produjo. "Estuvieron interpretando música de cámara a lo largo de toda aquella noche. No puedo imaginar mejor ilustración respecto al lugar del valor en el mundo de los hechos", dice el historiador austriaco. Me imagino que Gombrich se refiere a los valores que iluminan el hacer de los seres humanos. Aun en los momentos más duros y terribles, el aferrarse a los principios que gobiernan nuestra vida, se constituye en el fundamento de lo que habitualmente llamamos "razones de vida".
No recuerdo con exactitud en qué circunstancias supe de esta anécdota. En la segunda guerra mundial, la fuerza aérea norteamericana bombardeó con particular ferocidad la ciudad de Dresde quedando reducida a escombros. Una vez sometida la ciudad, los soldados la ocuparon por tierra. Se cuenta que al llegar a la plaza donde se hallaba el teatro de Dresde, las fuerzas estadounidenses vieron a un grupo de músicos alemanes tocar sobre los escombros. Los soldados no podían explicarse tal situación. En el peor de los escenarios, el de la desolación, aquellos artistas daban testimonio de los valores que rigen la vida o que nos consuelan en los momentos más tremendos. En estos casos, la música era la forma de tal liberación.
1 comentario:
Interesante y desconocida (para mí) anecdota
Saludos
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