Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

viernes, 14 de noviembre de 2014

La vuelta constante a los clásicos, volver a Mozart siempre

Proyecto de Basílica de Etienne Loius Boullee, arquitecto del siglo XVIII

La melomanía es estacional. Es decir, por un tiempo definido, nuestros intereses musicales suelen variar, afirmándose en un determinado periodo, dentro de un estilo o por compositores específicos. Hay tanta música que pensar en la magnitud de esta profusión incontable, produce vértigo. Y, claramente, en la medida, que se sigue investigando y descubriendo nuevos autores, la lista se hace, al parecer, interminable. Por eso la malomanía sigue estaciones, se alimenta se esos cambios y siempre se enriquece. 

Sin embargo, a pesar de la ingente cantidad de música, siempre regreso a los clásicos. A los músicos de siempre, a aquellos que nos acompañan a lo largo de la vida y los que constantemente nos muestran algo nuevo. Los clásicos nos iluminan porque se puede ubicar en ellos las huellas de la perfección, la unión de la forma y de fines inconmensurables para nuestra época. En los clásicos hay, parafraseando a Hegel, "alas y raíces". Una mirada en lo alto que sólo el absoluto respeto a la obra de arte puede otorgar. 

Ayer volví a escuchar el concierto para piano número 20 en re menor de Mozart después de mucho tiempo. Y tuve la sensación y la convicción de estar frente a una obra inmensa, poderosa e inteligente. ¡Cuántos problemas se planteaba Mozart y qué capacidad tenía para resolverlos¡ Con una obra como esta uno se encuentra con certezas que sólo pueden establecidas desde el legado de la gran tradición clásica.  

Los movimiento de este concierto son tres: allegro, romanza y rondó allegro assai. Toda la estructura general se presente como un continuo perfectamente equilibrado; la diversidad de temas, el material temático, la posibilidad de engarzar tiempos de diversa factura y origen se articulan en un todo ilustrado. Aquí brilla el "siglo de la luces" y la "mayoría de edad" kantiana, se logra plenamente. Concierto clásico que nunca deja de ser nuevo. Lo clásico es moderno en su ruptura constate hacia el futuro.

1 comentario:

askada dijo...

Hola
La Academia de la Arcadia me gusto y de ella un repaso a tu blog.Felicidades.Carmen