Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Brahms o el sol



Escribe Cioran, en el ya mencionado "Silogismos de la amargura", una de sus reflexiones más punzantes. Sobre todo porque se refiere a uno de los compositores más queridos y admirados por muchos: Johannes Brahms. Dice Cioran: "La aspiración del Norte hacia otro cielo engendró la música alemana -geometría de otoños, alcohol de conceptos, ebriedad metafísica. A la Italia del siglo pasado -feria de sonidos- le faltó la dimensión de la noche, el arte de exprimir las sombras para extraer su esencia. Hay que escoger entre Brahms o el Sol.... ".

Trato de esclarecer para mi este interesante aforismo. Cioran en primer lugar cuestiona el ideal estético de lo que se llamó "Nueva Escuela Alemana", calificándola de "geometría de otoños, alcohol de conceptos, ebriedad metafísica". Música de ambiciones pseudo filosóficas, que se llamaba a si misma "del futuro". Música densamente concebida a partir del exceso teórico romántico y sus pretenciones de construir un arte mayor que involucre a todos los lenguajes artísticos. En ese sentido, me parece que la crítica de Cioran se dirije a Liszt, pero sobre todo a Wagner. ¿Por qué? Porque Wagner sintetizó el devenir anterior de la música programática, música que tuvo su origen temprano en la obra de Beethoven,  Berlioz y Schumann. Donde la conciencia del concepto especulado desde la filosofía y la poesía empieza a superar los elementos formales del clasicismo. Cioran en un aforismo anterior, refiriendose a Beethoven escribe con dureza: "Beethoven vició la música: introdujo en ella los cambios de humor, dejó que penetrara en ella la cólera". Este primer elemento, de "viciar la música" nos revela una posición bastante conservadora por parte de Cioran. Pero entendible. Pues al dejar ingresar los cambios de humor, redujo lo musical a la autoexpresión. Y al ser la música "autoexpresión", deja de ser sólo música y se transforma en psicología, luego en estética y, finalmente, en filosofía y religión. Dimensiones referidas a considerar al compositor como un ser onmisciente  Sin duda, las pretenciones altamente teóricas de Wagner y sus predecesores directos: Bruckner, Mahler y después, Debussy y Schoenberg, son la evidencia de la complejidad discursiva de la música de fines del siglo XIX.

Junto a la crítica de la música alemana, Cioran también dirije sus dardos a la música italiana: "A la Italia del siglo pasado -feria de sonidos- le faltó la dimensión de la noche, el arte de exprimir las sombras para extraer su esencia. Es decir, al lado de la complejidad metafísica de la música alemana, se muestra la fanfarria diurna de los músicos italianos más representativos de fines del siglo XIX, como Verdi, Cilea,  Puccini y anteriores como Donizzeti, Bellini y otros. Romanticismo superficial, festivo y carnoso. De auroras mediterráneas, liberado de las pesadilla del ser y de la filosofía de la infinitud.

Cómo entender la afirmación "Brahms o el sol"? . Brahms fue el compositor que se enfrentó a la "Nueva Escuela Alemana". Representaba los fundamentos de la tradición clásica dentro del siglo romántico. A Brahms  se le veía como el continuador directo de la tradición vienesa: Haydn, Mozart, Beethoven y Schubert. Se hizo romántico por su siglo y por la cercanía a Schumann. Pero por discurso se centró más en la tradición que él amaba: la tradición clásica. Además, descubrió en Bach el elemento articulador de la música occidental. De ahí que Brahms sea más interesante que los músicos de la "Nueva Escuela Alemana". Su romanticismo está unido a una serenidad clásica que aun en los momentos más trágicos, no deja de observarse nítidamente en sus obras. Brahms conmueve pero no duele. Asombra pero no aplasta. Enseña, pero no adoctrina. Y es curioso. Conmover, asombrar, enseñar, son atributos solares. Brahms es una metáfora del sol. Su música puede abrazarnos cálidamente, sin asfixiarnos. Música que respira luz, incluso en la tristeza.  El gran Brahms.

Cuarto Movimiento: Adagio – Piu andante – Allegro non troppo, ma con brio de la sinfonía n. º1 en do menor Op 68 de Johannes Brahms. Dirige Günter Wand, versión casi milagrosa y solar.




8 comentarios:

Alex dijo...

en cuastiones del sentir, todas las asociaciones son válidas... para mí, la esencia de Brahms es niebla y otoño, claroscuro, crepúsculo... tal vez el más puro ejemplo de eso sea el tercer movimiento de la tercera sinfonía (o el segundo de la cuarta); pero me animo a decir que en TODAS sus obras hay por lo menos un momento en donde aflora esa melancolía de fondo, esa "aspiración hacia otro cielo" que Cioran contrapone al sol italiano ... recuerdo ahora los compases que preceden a la reexposición en el primer movimiento de la cuarta... típico momento "brumoso" brahmsiano - sí, la hora de Brahms no es el mediodía, sino el atardecer.
Saludos y gracias por compartir tus impresiones !
Alex (brahmsiano y cioraniano, en ese orden)

Ricardo Falla Carrillo dijo...

Estimado Alex, es cierto, son sólo impresiones las que escribo. Con relación a la melancolía brahmsiana, ha sido señala por muchos. Sin embargo, esa melancolía nunca llega - a mi juicio- a convertirse en tristeza absoluta, aun en momentos soberanamente melancólicos como el tercer movimiento de la tercera sinfonía. En Brahms el dolor nunca, creo, se transforma en alarido incontinente. Una melancolía cercana la visión que tenía de ella Durero en su más célebre grabado.

Sobre el sol te cuento algo. Lima, la ciudad donde vivo, mira hacia el océano pacífico. De ahí que los atardeceres, ahora que empieza el verano, son solares. El crepúsculo se hunde en el mar y se alza sobre el cielo. Es difícil sentir tristeza con tal fantasía cromática. En mi caso, la temporada Brahms empieza en verano, el verano limeño que nunca llega a ser demasiado caliente, sobre todo para quienes vivimos cerca al mar, como yo. Ahí Brahms se convierte en metáfora del sol marino y amable; que une a todos los soles del pasado y se proyecta al futuro en la esperanza.

Un gran abrazo y gracias por volver a escribir por aquí.

Alex dijo...

Hola Ricardo, sí, acuerdo con vos: el alma Brahms es optimista, y jamás podría componer el patético Adagio lamentoso... pero es muy consciente de la dimensión trágica de la existencia y sí pudo terminar el op. 118 con ese Andante largo y mesto en mi bemol menor, en el que escucho la Impotencia y el Fracaso hechos música -
Creo que la perspectiva estético-espiritual de Brahms tiene sus dos ejemplos más elocuentes en el Réquiem y en los Cuatro Cantos Serios...

Saludos desde Mar del Plata !

Ricardo Falla Carrillo dijo...

Hola Alex, el Op 118 es una manifestación de lo que se puede llamar "estética otoñal". Hay una conciencia del fin que sobrecoge, pero que no llega a la herida. El fracaso y la impotencia que aludes, puede ser también la constatación de las limitaciones humanas y artísticas. Dedicadas Clara, se entienden más las razones.

Sobre el Requiem concuerdo plenamente contigo. Y pienso que otras obras más poseen una dimensión espiritual y estética enorme.

Un abrazo y ojalá nos veamos en Mar de Plata.

Anónimo dijo...

Hola,


Bueno, una corrección tonta, pero que es clave, además de peligrosa, por entenderla al revés.

Mahler y Bruckner no son predecesores de Wagner. Al contrario, Wagner y Bruckner son casi contemporáneos, y Bruckner tiene gran influencia de Wagner. Lo mismo Mahler, quien admiraba profundamente a Wagner, y casi que estuvo más triste por la muerte del maestro, que por la muerte de su propio padre.

Saludos,

El artículo está bueno.

Ricardo Falla Carrillo dijo...

Gracias por comentar. Sin embargo, creo que no se deduce del articulo que Bruckner y Mahler sean anteriores a Wagner. Y ciertamente wagner influenció notablemente en los demás músicos que le siguieron y en otros. Saludoa

Ricardo Falla Carrillo dijo...

Gracias por comentar. Sin embargo, creo que no se deduce del articulo que Bruckner y Mahler sean anteriores a Wagner. Y ciertamente wagner influenció notablemente en los demás músicos que le siguieron y en otros. Saludoa

Ricardo Falla Carrillo dijo...

Gracias por comentar. Sin embargo, creo que no se deduce del articulo que Bruckner y Mahler sean anteriores a Wagner. En todo caao es una errata involuntaria.Y ciertamente wagner influenció notablemente en los demás músicos que le siguieron y en otros. Saludos