Veo las noticias con distancia. El juego político me importa un bledo. Rebeldía también es la intimidad de los goces. Rebeldía también es desconectarse. Rebeldía también es acercarse con mayor respeto a lo importante. Rebelarse también es optar por aquello que nos aleja de la insufrible banalidad. Rebelarse contra los cobardes, contra los irreverentes, una necesidad vital.
Con los años se gana distancia y se pierde, cada vez más, el miedo que suele acompañar al desgarramiento ético. ¿Acaso un pobre diablo puede vulnerar el espacio de los goces? ¿ Acaso un pobre diablo puede ecplipsar la fiesta íntima de un corazón que se alegra por lo importante?
Ahora Barenboim está ahí, ejecutando la Sonata para piano N. 31 Op 110 de Beethoven. Y Barenboim enseña a un joven pianista la manera más adecuada de interpretar esta obra. Y Baremboin filosofa sobre el sonido, juega con las palabras de manera ingeniosa. Es un artista culto y oirlo hablar es un placer adicional.
Daniel Barenboim y sus lecciones sobre Beethoven son lo importante esta noche, como la breve lectura de Primo Levi en el atardecer. ¿Y el prófugo? Ahí, llorado por algunos ( que pueden ser uno, dos, tres, cien mil o un millón. Me da igual). En mi caso, lo digo con fuerza: te desprecio prófugo amoral, ya no eres importante. Que hable de ti la banalidad que te llevó al poder.
2 comentarios:
Hola soy paolo. Encuentro que Barenboim es un tipo increible, Multifacetico y con una memoria e interpretacion Genial. Me da risa que en cada sonata que e visto en Masster Class, uno piensa que al alumnos le salio fenomenal, pero luego llega Barenboim y se la hace trisas, jajaja.
paoloseek@hotmail.com
Bravo , Casio, por esa frase "rebeldía es optar por aquello que nos aleja de la insufrible banalidad". Sí, lo importante sigue ahí...
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