Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

domingo, 29 de abril de 2007

Sinfonía No. 14 de Shostakovich


Estrenada en 1969 y conocida por mi en el 2007. Pocas veces me he lamentado tanto como hoy de mi enorme ignorancia musical. Sabía quién era Shostakovich, podía reconocer la célebre sinfonía "Leningrado" y algunos de sus memorables cuartetos. Pero no era uno de mis héroes del siglo XX como Britten, Poulenc, Messiaen, Xenakis, Nono, etc. Se que los compositores que nombro se hallan en otros referentes estéticos y estilísticos, distintos a este imprescindible autor ruso. Sin embargo, después de oír y apreciar esta conmovedora obra, considero seriamente mirar con muchísima atención la vasta creación de Shostakovich.


Esta sinfonía se construye a partir de textos poéticos de Apollinaire, Garcia Lorca, Kuchelbecker y Rilke, cantados, a la "maniera" mahleriana, por una soprano y por un bajo. La atmósfera en general me resulta sombría y asfixiante. Desolación, burla mordaz, en suma, el ejercicio del dolor en su máxima expresión. Quizá las suites para violonchelo de Britten, amigo cercano de Shostakovich, poseen similar densidad y oscuridad. Sin embargo, y estas son las paradojas del arte, la sinfonía 14 es una obra, a pesar de su dolor, profundamente bella.


¿Cómo puede ser el dolor tan bello? El dolor no es bello. Pero bella es la forma con la que se le evidencia. El contrapunto entre la voz soprano y violonchelo en "El suicidio", con texto de Apollinaire, resulta terriblemente conmovedor. Me deja sin aliento, fascinado por las posibilidades de inspiración que pueden poseer los abismos. ¿Qué ideas manejaba Shostakovich al momento de emprender esta sinfonía? Su vida y su actitud política fue siempre muy contradictoria; dos veces se tuvo que retractar de sus convicciones libertarias en la Unión Soviética stalinista y postestalinista. El miedo al "Gulag", a la censura de los comisarios y al ostracismo cultural, pueden haber influido en sus arrepentimientos públicos. Probablemente, el dejar de componer le pareció más terrible que la falta de libertad. Hubiera sido muy difícil crear en las estepas siberianas o en un manicomio para enfermos de "individualismo burgués". Por ello optó por seguir siendo un músico del partido.


Ahora que escucho nuevamente la 14 de Shostakovich, sigo pensado en las ideas previas a la concepción de esta obra. Vislumbro, más allá de lo lúgubre, una luz que "deja siempre a la sombra vencida" (Miguel Hernández). ¿Cuál es esa? El ejercicio mismo de la creación que, a pesar de lo siniestro que pueda recrear, se evidencia por si sólo como un triunfo del espíritu. Y me reafirmo en lo creo: gracias al arte, todo aquello que en otros contextos puede parecer devastador, resulta bello y por eso mismo, esperanzador.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace más de un año que esto se dejo escrito, pero por si acaso: Shostakovich es el más grande compositor del siglo XX, no te quepa duda amigo. Busca, compara y si encuentras algo mejor...me lo cuentas. Un saludo ;)