Aquí la esperanza no viene de una misa de difuntos. Proviene de la forma cómo se encara la composición mortuoria. Maurice Duruflé (1902-1986) hizo un Requiem Op 9 esperanzador. Donde la música contemporánea, a pesar de sus múltiples dramas, logra sintetizar su propio devenir hacia una fuga de lo posible. Por fin la luz logró aparecer en el horizonte de la música. Espero, siempre espero, que la ruta que vislumbraron Poulenc, Duruflé y, en grado abierto, Messiaen, se haga fértil en todos los escenarios. La iluminación por la belleza nos lleva a la esperanza aun en la muerte, en la muerte de todo, incluso en la muerte de la muerte.
Pie Jesu Domine,
dona eis requiem.
Pie Jesu Domine,
dona eis requiem sempiternam.
dona eis requiem.
Pie Jesu Domine,
dona eis requiem sempiternam.
Introit/Kyrie- Requiem- Maurice Durufle - ¡Maravilloso!
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