En 1859 Brahms estrenó su Concierto Para Piano Nº 1 en re menor, Op 15. El primero de dos de las cimas del reperterio concertante para piano. El periodo de gestación de esta obra fue muy largo como en gran parte de sus composiciones. Además porque Brahms pasó varios años muy pendiente de la deteriorada salud mental de Robert Schumann. Los últimos años de Schumann (Eusebius, Raro, Florestán) fueron un verdadero suplicio para Clara Wieck, su familia y los amigos más cercanos al matrimonio, como Brahms. También porque en ese contexto, Brahms empezó a enamorarse de Clara. Esto significó un desgaste emocional mayor para el joven Johannes. Pues debía mantener fidelidad al amigo y guardar distancia afectiva con la talentosa e inteligente Clara Wieck.
De los dos conciertos para piano de Brahms, el primero es menos pulido técnicamente que el segundo. Sin embargo se evidencia apasionamiento que es dificil volver a encontrar en la posteriores composiciones del maestro. El primer concierto para piano tiene tres movimientos: Maestoso, Adagio y Rondo: allegro non troppo. El primer movimiento es particularmente extenso. Se inicia con una obertura trágica y vigorosa. Al mismo tiempo contrasta el poder la orquesta con el lirismo del piano. El segundo movimiento, disipa el vigor del primero; proclama un estado de sosiego y grácil melancolía. Y, en el último movimiento, el tema húngaro y las variaciones tan queridas por Brahms conforman un final bien concebido por el joven maestro. En síntesis, un concierto inolvidable y muy querido por todo melómano.
Maestoso- Primer concierto para piano Op 15- Johannes Brahms. Filarmónica de Berlin. Conduce: Sir Simon Rattle. Piano: Daniel Barenboim
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