Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

BEETHOVEN. 250 AÑOS


El más humano de los músicos, nació un día como hoy, 16 de diciembre de 1770, en Bonn, Alemania. Sin embargo, se hizo parte de todos nosotros, de todas las culturas y países. Porque no hay compositor más universal que Beethoven. 

¿Qué hace a Beethoven particularmente grande? Varias cuestiones. La primera de ellas, es que ya en 1799, había logrado emular a otro gigante como Mozart. Es decir, los asombrosos logros formales de Mozart y la extraordinaria riqueza melódica  mozartiana, era igualada por la producción  beethoveniana anterior a 1800. Y ello, ya es bastante. La segunda, es que Beethoven logró salir del infierno, aquel que narra en el "Testamento de Heiligenstadt"  y transformó esa experiencia en el mayor esfuerzo creador en la historia de la humanidad. Beethoven desde 1802 a 1812, hizo todo lo posible. Durante una década ,este hombre se transformó en una energía capaz de regenerar el "big bang". En serio, lo que salía de esa mente es sencillamente sobrenatural.  Ya 1812, podríamos decir que el maestro era el mayor músico de todos los tiempos. Sin embargo, en su última década de vida, nos iba a regalar logros inimaginados. Y, la tercera de estas cuestiones, es que Beethoven hizo lo que ningún otro compositor había logrado hacer: transformar a la música en una forma de pensamiento, de ideas y de afectos profundos. Beethoven elevó a la música al nivel que le corresponde: "logos sonoro", como diría el gran Eugenio Trías. Por eso, a Beethoven, hay que escucharlo como si estuviéramos leyendo la realidad en toda su diversidad y complejidad

UNA LISTA PERSONAL 

Hay varias obras de Beethoven que deben ser escuchadas y valoradas. Expongo mi lista favorita, la que se me viene a la memoria esta mañana, en que pienso en lo afortunados que somos al haber tenido en nuestra tierra este  humano inmenso. 

1. Novena Sinfonía, en re menor opus 125 "Una oda a la alegría". Estreno, 1824

2. Séptima Sinfonía en la mayor opus 97. Estreno, 1812

3. Sonata para piano en si bemol mayor n. 29 opus opus 106 "Hammerklavier". 1820

4. Sonata para piano en fa menor n. 23 opus 57 "Appassionata" . Estreno, 1804

5. Trio para piano n. 1 en re menor opus 70 "De los espectros". Estreno, 1808

6. Concierto para piano n. 4 en sol mayor opus 58. Estreno 1805

7. Sonata para violín n. 9 en la mayor opus 47 "Kreutzer". Estreno, 1803

8. Tercera sinfonía en mi bemol mayor opus 55 "Heroica". Estreno, 1805

9. Cuarteto para cuerdas n.13 opus 130 "Gran fuga". Estreno, 1826

10. Quinta sinfonía en sol mayor opus 67. Estreno, 1805

11. Cantata a la muerte del Emperador Joseph II WoO 87. Estreno póstumo, 1884. 

12. Concierto para piano n. 5 en mi bemol mayor opus 73. Estrenado, 1811

13. Sonata para piano en do sostenido menor n. 2 opus 27 "Claro de Luna". Estreno, 1802

14. Cuarteto para cuerdas en mi bemol mayor n. 12 opus 127. Estreno póstumo

15. Sonata para piano n.17 en re menor n. 17 opus 31 "La tempestad". Estreno, 1803

16.  Sexta sinfonía en fa mayor opus 68 "Pastoral". Estreno, 1806

17. Misa Solemne en re menor opus 123. Estreno, 1823

18. Sonata para piano en do menor n. 8 opus 13 "Patética". Estreno, 1799

19. Cuarteto para cuerdas  en mi bemol mayor n.10 opus 74  "Rasumowsky". Estreno, 1809

20. Variaciones Diabelli en do mayor opus 120. Estreno, 1823

 

domingo, 6 de diciembre de 2020

Erlkönig de Schubert por Berlioz, Liszt, Reger y Ermst




Sin duda es uno de los lieder más célebres del gran Franz Schubert. Basado en un poema de Goethe del mismo nombre, fue publicado e 1821. Varios de los grandes compositores han versionado al "Rey de los Elfos. Haremos una revisión de las transcripciones que se realizado del conocido lieder del maestro Schubert, donde compositores de la talla de Liszt, Berlioz, Ernst y Reger nos han dado impresionantes versiones


EL REY DE LOS ELFOS


¿Quién cabalga tan tarde a través del viento y la noche?
Un padre con su hijo, lo lleva seguro y caliente, 
al resguardo de su regazo fiel.

- Hijo mío ¿por qué escondes tu asustado rostro?
- ¿Es el rey de los elfos, oh padre, tú no lo ves?
- ¿El rey de los elfos con su corona y manto?
¡Son alucinaciones hijo, que la niebla te hace ver!

¡Oh lindo niño, anda, ven conmigo!
Verás que juegos alegres te enseñaré.
¡Y qué flores tan extrañas florecen en mi orilla,
con las que mi madre hace dorados ramilletes!

- Padre mío, padre mío, ¿no oyes tú las promesas
con las que el rey de los elfos pretende atraerme?
- No hagas caso, hijo mío es la fronda seca del árido
bosque, agitada por el cierzo.

- Lindo niño, ¿no quieres venir a mi palacio?
Te aguardan mis hermosas hijas en la entrada.
Cada una, en la noche, arrullará tu sueño.
y sabrán entretejer sus danzas y cantos,

- Padre mío, padre mío, ¿no ves allá en la sombra,
resplandecer las bellas hijas del monarca?
- Hijo mío, no hagas caso, es la difusa espesura,
lo veo bien y no hay nada más.

- Niño hermoso, amo tu belleza divina;
si no vienes por las buenas, emplearé la fuerza.
- Padre mío, padre mío, ¡mira cómo me aferra!
me lastiman sus manos. ¡Defiéndeme padre!

Atemorizado el padre clava las espuelas a su caballo,
aprieta contra su pecho al lloroso niño,
por fin llega al portal de su casona.
Mira, y en sus brazos el niño está muerto.

1. Erlkönig, transcripción para orquesta y barítono por Hector Berlioz


2. Erlkönig en transcripción para piano por Franz Liszt. Probablemente, una de transcripciones más electrizantes realizadas por el gran compositor húngaro



3. La versión orquestada por Max Reger


4.  Arreglo para violín de Heinrich Wilhelm Ernst


domingo, 27 de septiembre de 2020

Piano, violonchelo y violín. Los grandes trios (una selección personal)

Los tríos para piano, violonchelo y violín han sido abordados con frecuencia por los grandes compositores. Y es difícil elaborar una lista que haga justicia a un repertorio que posee cumbres con derechos propios y adquiridos. Sin embargo, de tiempo en tiempo me vienen ganas de confeccionar una selección de los tríos para piano y cuerdas que más me han llamado la atención a lo largo de los años.  Y esta es la oportunidad. Como en otras oportunidades, me disculpo por las omisiones que podría cometer. Pero me arriesgo, pidiendo disculpas a mis pacientes lectores si faltara algún trío de sus preferencias. 

Empecemos....

1. Trío para piano y cuerdas en re menor, op 70 N. 1 " De los espectros", de Ludwig Van Beethoven. Compuesto en 1807 y estrenado en 1808. De todos los tríos de maestro de Bonn, probablemente sea el más conocido y el más admirado. Tiene uno de los movimientos más logrados y sombríos de todo su repertorio: largo assai ed espressivo, del que proviene su nombre. A fin de mantener la unidad de la obra, comparto toda la composición, esperando que prestemos atención al segundo, descomunal, movimiento, 



2. Trío para piano y cuerdas n. 1 en re menor op 49 de Felix Mendelssohn, completado en 1839 y estrenado en 1840. No cabe dudas, que este trío posee uno de los primeros movimientos más románticos del repertorio. Y de debe a la fina inclinación de Mendelssohn por la melodía. Si teníamos por Mendelssohn una actitud contraria a su época, el inicio nos los devuelve a su propia era. Gran trío, necesario en toda colección de música de cámara. 



3. Trio para piano y cuerdas en fa sostenido n. 1 op 1 de Cesar Franck. Compuesto en 1840, con solo 18 años, es una de las muestras más logradas del talento del gran compositor belga. El primer movimiento nos lleva a dimensiones insospechadas de pasión romántica, pero en un nivel de innovación sobrecogedor. En esta obra se anuncian cumbres del repertorio de Franck como la sonata para piano y violín y el quinteto para piano y cuerdas.



4. Trio para piano y cuerdas en mi menor N.2 op 90 de Camille Saint-Seans. Compuesto en 1892 es una de la obras mejor logradas del repertorio de cámara del ilustre compositor francés. Ya hemos escrito sobre esta joya en una entrada anterior. Y creo que es necesario seguir haciéndole justicia. El primer movimiento: allegro non troppo, es posee una melodía que atraviesa como cuchillo. 


5. Trío para piano y cuerdas en mi menor N. 4 op 90 "Dunky" de Antonin Dvorak. Una de los tríos que hacen del compositor checo un consumado creador de música de cámara. Este trio se estrenó en 1891 y se inspira en los sonidos populares que tanto fascinaban al gran Dvorak. Todas las seis "dunkas" son de un virtuosismo notable. Vale oro por donde se le mire. 



6. Trio para piano y cuerdas en mi menor n. 2  op 67 de Dimitri Shostakovich. No hay duda que la figura del gran Shostakovich sigue creciendo con el tiempo. Y este trío es uno de los mejores ejemplos de lo que era capaz de componer para el repertorio de cámara. Estrenado en 1941, en plena guerra, está dedicado a la memoria de Ivan Sollertinsky, uno de sus mejores amigos. El trío en mi menor, exige a los interpretes una virtuosismo extremo que, por momentos, raya en la dinámica energética absoluta. Un gran trio, para poner punto final a esta modesta selección.


martes, 15 de septiembre de 2020

José de Orejón y Aparicio: el mayor compositor peruano del siglo XVIII

Podría resultar extraño que en un tiempo en el que sufrimos innumerables dificultades, pretendamos escribir algunas líneas sobre un compositor del siglo XVIII. Sin embargo, en estas circunstancias, es cuando debemos recordar a los peruanos más ilustres y darlos a conocer para ponderar nuestros hitos artísticos

Cuando pensamos en los compositores más importantes del periodo barroco tardío, se nos vienen a la mente nombres cuya celebridad ha sido largamente reconocida. Vivaldi, Haendel, Telemann y J. S. Bach, tienen un lugar pleno y justificado en la historia de la música. Pero cuando pensamos en los músicos de América Latina del siglo XVIII, inmediatamente, se anuncia un silencio que proviene de la perplejidad ¿Hubo una experiencia de música académica en nuestro medio en aquellos siglos? La respuesta es enfáticamente afirmativa. Y de una calidad notable.

A comienzos del siglo XVIII, ya se había establecido plenamente una práctica de composición académica en nuestro territorio, sobre todo en las ciudades de Lima, Cusco, Arequipa y Trujillo, como documentan los diversos archivos arzobispales, obispales y cabilderos. Así, bajo el auspicio de la autoridad virreinal y de las órdenes religiosas, llegaron músicos peninsulares y de lo que hoy denominamos, Italia. Dichos compositores, venían con una experiencia ganada en varias cortes, tanto aristocráticas como clericales. Lo que acrecentó la calidad del ecosistema musical de aquel tiempo. Por ejemplo, desde 1717, el gran músico toscano Doménico Zipoli SJ, ejerció su labor en las misiones jesuitas afincadas en Córdoba (por aquel tiempo parte del virreinato peruano) y dejó una copiosa obra esparcida en el sur del continente.  Asimismo, se afincaron en Lima, compositores de una importante experiencia, como Tomás de Torrejón y Velazco, Juan de Araujo y Roque Ceruti, entre otros. 

Nacido en Huacho en 1706 y fallecido en Lima en 1765, José de Orejón y Aparicio, tuvo como profesores tanto a Torrejón y Velazco como a Roque Ceruti (quienes ostentaron varios cargos musicales). Así, por ejemplo, Orejón tomó de Ceruti el modo italianizante del maestro milanés y lo incorporó en su forma de composición. Ya, luego, en la cima de su carrera, llegó a ser maestro de capilla de la Catedral de Lima en 1760 hasta su muerte, dejando una obra que poco a poco está siendo redescubierta en su real magnitud.

El maestro José Quezada Maquiavelo, en la introducción del libro de la profesora Diana Fernández Calvo, José de Orejón y Aparicio. La música y su contexto”, al referirse al compositor huachano, afirma que “es uno de los compositores más importantes en el mundo hispano del siglo XVIII; podría afirmarse que es el de mayor talento entre los nacidos en la América Barroca. Su música lo eleva encima del promedio de los compositores que actuaron en Iberoamérica en su época”. Estos justos juicios, descansan en investigaciones musicológicas convenientemente comprobadas y especializadas.

Junto a las investigaciones, la obra de Orejón y Aparicio ha tenido una creciente difusión fonográfica. Una de las últimas grabaciones, ha sido publicada por el sello Cobra - especializado en el repertorio poco difundido del renacimiento y barroco –con el bello título “La esfera de Apolo”. Este álbum recopila 20 composiciones del gran compositor peruano, todas ellas de una calidad que supera con creces la producción de otros músicos de su época.

Escuchar la cantata “Ah, de la esfera de Apolo” o el villancico “Ah del día, ¡ah de la fiesta!”, entre otras tantas, es disfrutar el nivel superior de las obras del maestro huachano y reconocer que no lo conocemos como debería ser. Sin embargo, extrañamos en esta compilación las soberbias obras “Ah, el gozo” y, cómo no, “Mariposa de sus rayos”. Felizmente, tenemos en casa la interpretación de ambas obras que hiciera la maestra Lola Márquez, dirigida por el gran José Quezada Maquiavelo. 

https://rpp.pe/columnistas/ricardoleninalfredofallacarrillo/jose-de-orejon-y-aparicio-el-mayor-compositor-peruano-del-siglo-xviii-noticia-1292370

lunes, 17 de agosto de 2020

Trio n. 2 en mi menor Op 92 de Camille Saint-Saëns

por Charles Paul Renuard


Escrito entre 1891 y 1892, es una de las composiciones de cámara más logradas del maestro francés. Dedicada a su discípula, la vizcondesa Anna Hoskier, Saint-Saëns le escribía a su confidente Lecocq lo siguiente en una carta:

"Trabajo muy dulcemente en trío que será, así lo espero, una desesperación para la gente que tenga la desdicha  de escucharlo. Tengo todo el verano para poder perpetrar ese horror".

Al parecer, Saint-Seans, era plenamente consciente no sólo de la longitud del trío, sino, también, de los efectos que podría ocasionar la desgarradoras melodías que contiene, como la que se encuentra en el primer movimiento. A ese respecto, afirma:

"Este primer movimiento, con su gran frase patética e incluso un poco desesperada se desarrolla  magistralmente y sin que el interés decaiga en ningún momento.  Hay que tener inspiración para hacer una pieza"

Como vemos, Saint-Saëans sabía muy bien lo que estaba haciendo. Y, por innumerables razones, podría ser uno de los mejores tríos del repertorio romántico. Esperemos que lo que lo disfruten tanto como lo hacemos nosotros. 

Este trío consta de cinco movimientos: 

1. Allegro non troppo

2. Allegretto

3. Andante con moto

4. Gracioso poco allegro

5. Allegro

La versión que compartimos es la que fue ofrecida en la Fundación Juan March, en el 2019. Es una excelente interpretaciòn, muy convincente, en todos los sentidos. 


domingo, 5 de julio de 2020

Silencio por Octavio Paz

Silencio 

Así como del fondo de la música 
brota una nota 
que mientras vibra, crece y se adelgaza
hasta que en otra núsica enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube, y crece y se suspende
y miestras suben caen
recuerdos y esperanzas, 
las pequeñas mentiras y las grandes, 
y queremos gritar y la garganta
se desvanece el grito: 
desembicaos al silencio
en donde los silencios enmudecen 


Tabuka Rasa II: Silentium, Arvo Pärt (1977)






miércoles, 24 de junio de 2020

Trio para el Gran Confinamiento´: una cumbre de Shostakovich



Si el pienso el mundo de estos días, este es su sonido, su latido, su "forma de ser". Veo el horizonte de la húmeda ciudad de Lima con este "Andante" que puede partir el alma. Pero que, también, nos enseña a entender esto con la profundidad que se merece. Llego al "Largo" y pienso en todo el amor y la angustia que se unen en un solo momento, en un solo segundo. Y si el "Allegretto"se encadena a mi cerebro, sé que toda la vida  pende sobre un hilo, pero volverá a ser así cueste otra vida. 

En noviembre de 1944, el gran Shostakovich estrenó su trío para piano, violín y violonchelo, N. 2 en mi menor op 67, dedicado a su amigo Ivan Sollertinsky, quien murió durante la SGM. Este es sin duda uno de los trío más logrados del repertorio. Inmenso como todo lo que hizo el mayor músico del siglo XX. 

Los movimientos son: 

Andante
Allegro con brio
Largo
Allegretto

jueves, 2 de abril de 2020

Bruno Maderna : 100 años



Bruno Maderna (Venecia, 21 de abril de 1920 — Darmstadt, 13 de noviembre de 1973) fue, junto a Luciano Berio y Luigi Nono, una de las figuras fundamentales de la música italiana y occidental  del siglo XX. En los últimos años la obra de Maderna ha sido injustamente olvidada. De pronto, las composiciones  de otros músicos notables de su generación como Boulez, Stockhausen, Ligeti, Xenakis, los otros nombrados lineas arriba,  etc,. ha ocultado una producción que se caracterizó por la más absoluta libertad expresiva. Incluso Boulez, en una entrevista, dijo que Maderna era el músico más libre y autónomo de todos aquellos. 

Maderna fundó con Berio el "Studio di Fonologia" de Milán en los años cincuenta y, luego, con otros grandes músicos de su generación, la "Escuela de Darmstadt". Además, tuvo una notable presencia como director de obras de música moderna y contemporánea. 

En días que gran parte de la humanidad se encuentra confinada, es necesario reencontrarse con uno de los músicos más importantes del siglo pasado. Un músico que respira libertad. No hay que olvidar que el gran Pierre Boulez le dedicó una inmensa: Ritual en memoria de Bruno Maderna. 

Obras más reconocidas de  Bruno Maderna: 

Hyperion
Honeyrêves
Quadrivium
Aura
Austrahlung
Concierto para oboe no. 3

Compartimos Quadrivium de Bruno Maderna, una obra que nos lleva las "artes liberales" en toda su meditada extensión. 

martes, 28 de enero de 2020

El sonido y la furia: Beethoven, 250 años de su nacimiento




Basta ver cualquier agenda de conciertos de música académica de los cinco continentes, para advertir que se han programado obras de Beethoven (1770- 1827) con miras a ser interpretadas. La razón no es desconocida. Este 2020 se cumplen 250 años del nacimiento del gran compositor alemán.

Emil Cioran, pensador y melómano impenitente, consideró que Beethoven- al introducir los cambios de humor en la música- la había viciado, dejando entrar, incluso, a la ira. No era para menos. Poco después de cumplir los treinta años, el gran compositor alemán anunció a sus hermanos su firme decisión de poner fin a sus días. Así, en el célebre Testamento de Heiligenstadt (1802), Beethoven hizo evidente la desesperación que le ocasionaba el aumento sostenido de la sordera y cómo esta situación lo llevaba a encerrarse en sí mismo y a prescindir de cualquier contacto humano.

Para un compositor, la pérdida de la audición es probablemente la mayor tragedia. Sin embargo, Beethoven pudo superar el estado de desesperanza que le ocasionó la sordera. E inició su momento de mayor producción musical. Justamente, en el periodo que va desde 1799 a 1812, es cuando el compositor revoluciona gran parte de las formas musicales y crea las condiciones sonoras para el romanticismo musical. Al transformar a la música en un vehículo de su autoexpresión, le insertó de manera abierta sus sentimientos, incluidos la ira y la tristeza.

Beethoven fue el puente entre clasicismo y romanticismo y el primer compositor abiertamente moderno pues introdujo la subjetividad en la música. Y, al mismo tiempo, la necesidad ajustar la forma a los requerimientos sentimentales e intelectuales del compositor. La música, en términos románticos, es un medio para expresar la subjetividad del artista. Así, el romanticismo musical del siglo XIX (Chopin, Schumann, Liszt, Mendelssohn, Wagner, Brahms, Saint- Sëans, Tchaikovski, Smetana, Dvorak, Mahler, etc.), en sus diversas manifestaciones, acusó recibo del legado beethoveniano.

Por estas razones y otras, se puede mirar el interior de Beethoven al escuchar gran parte de sus composiciones. Asistir a los conflictos y las luchas apasionadas de su interior. Pero también descubrir su enorme capacidad para contemplar la naturaleza y la vida con un asombro cósmico. En Beethoven hay emoción por todo lo que nos rodea: los bosques, el mar, las estrellas, etc. Igualmente, por la historia humana y las diversas maneras cómo se manifiesta lo humano. En ese sentido, Beethoven fue el primer compositor que articula las ideas y los sentimientos en un proyecto estético. Y en pos de esa intensión, abrir nuevos caminos.

En el catálogo de las obras de Beethoven se distinguen sus nueve sinfonías (que incluye la coral, “Una oda a la alegría”), sus cinco conciertos para piano y su único para violín.   Asimismo, varios cuartetos para cuerdas, sobre todo los últimos ocho. También las sonatas para piano y violín y, sin duda, sus monumentales 32 sonatas para piano (que incluyen: “Patética”, “Claro de Luna”, “Appassionata”, “Tempestad”, “Walstein”, “Hamnerklavier”).  Amén de su “Misa Solemnis” y su ópera “Fidelio”.  

Por estas razones, invitamos a descubrir o redescubrir el legado de uno de los mayores compositores de la historia. Aprender a reconocer que hay otras sensibilidades estéticas diferentes a la nuestra. Y a disfrutar, desde el asombro, el ejercicio creador de un ser humano particularmente dotado. 

martes, 21 de enero de 2020

La palabra y el ritmo: el Maestro Neil Peart


La palabra y el ritmo:  el Maestro Neil Peart


Artículo que salió en mi columna de RPP el lunes 20 de enero. Enlace al final. 

Por Ricardo L. Falla Carrillo
No es común entre nosotros que en el ámbito académico se reflexione sobre manifestaciones de la cultura popular como el rock y sus variantes. Pero asumiendo el legado artístico de Neil Peart, baterista y letrista de la banda canadiense “Rush”, creemos que es importante alguna glosa local sobre este importante músico.

El viernes 10 de enero del presente año, se anunció la muerte de Neil Peart (Toronto, 1952), compositor, arreglista, percusionista y letrista de la banda de rock progresivo canadiense Rush, agrupación musical que fue fundada en 1968 por los músicos Geddy Lee (bajo, sintetizadores y voz principal y Alex Lifeson (guitarra y voz). Y a la cual se integró Neil Peart en 1974, sustituyendo al primer baterista. A pesar de ser una “banda de culto” (el prog rock no suele ser muy masivo), Rush ha logrado vender cerca de 50 millones de álbumes en su larguísima carrera y ha tenido un impacto en la formación de músicos en todo el mundo, sobre todo por la enorme calidad musical de sus tres intérpretes.

Pero el valor de Rush no puede ser medido sólo por el número de ventas de sus discos o por sus muy exitosas giras. Más bien, su valor está en la capacidad de sus músicos, sobre todo, por la portentosa capacidad instrumental del que fue su baterista: Neil Peart. Para muchos de los entendidos, Peart fue el mejor baterista del mundo porque asumió la creación musical como una incesante búsqueda de perfeccionamiento, una búsqueda que jamás concluyó.

Tras terminar la última gira de Rush en 2015, Peart explicó cómo elaboraba sus célebres solos de batería: “Día tras día, semana tras semana, después que ensayábamos esa parte del espectáculo y entregaba mi boceto del solo de batería, estaba un poco preocupado por el sonoro silencio. ¿Qué significaba? Me preocupaba que mis ambiciones fueran demasiado altas: mi alcance excedía mi alcance. (A menudo, honestamente, casi siempre, pero tal vez esta vez demasiado). No iba a preguntarle a nadie lo que pensaban, ¡temiendo demasiado la respuesta! En cualquier caso, procedía completamente por fe en una idea, y esa dedicación solitaria no fue fácil”. Esta cita demuestra que Peart estaba exigiéndose constantemente, buscando el ideal del solo de batería, aquel que fuera capaz de expresar, como él mismo afirmaba, “toda la vida”. Es decir, una obra de percusión que pueda llegar ser el arquetipo y la síntesis del solo de batería.

¿Por qué Neil Peart tenía esas pretensiones tan elaboradas en términos estéticos? Porque fue un hombre que cultivó la mente en la lectura dedicada y paciente. Peart leía muchísimo y de manera muy reflexiva. De ahí que las letras de Rush suelen ser profundas sin dejar de tener la contundencia de la canción popular. Por ello, los tópicos de las letras de Rush poseen un amplio espectro. Desde la épica libertaria de “2112” (influenciada de Ayn Rand), la ensoñación mítico-romántica de “Xanadu” (Coleridge) o de “Rivendel” (Tolkien), una relectura de Nietzsche en el clásico “Tom Sawyer”. La exploración epicúrea en “Time Stand Still” y la existencial en “Bravado”. Pero también, el análisis psicosociológico en “Subdivisions” y “Middletown Dreams”. La reflexión ética de “Big money”,Manhattan project” y “Distant early warning”. La contemplación estética de "Losing It" y "Time and Motion". Y el amplio lirismo espiritual de “Presto” y “The garden”. Todo esto es sólo una pequeña muestra de los intereses temáticos de Peart, que se pueden rastrear en 19 de los 20 álbumes de Rush.

El martes 7 de enero, el músico canadiense murió tras no poder superar un agresivo cáncer al cerebro. Veinte años atrás, había logrado salir del hoyo más profundo, cuando su primera hija y su primera esposa murieron en un lapso de tres meses en 1997. En aquel momento, Peart abandonó Rush por dos años y se dedicó a viajar por el mundo en motocicleta, tratando de encontrar un sentido después de tamaña tragedia. Así el 2000, Peart retornó a Rush, a la vida (se volvió a cazar, tuvo otra hija) y la maquinaria progresiva volvió a moverse hasta el 2015, cuando se despidieron por todo lo alto.
En el último álbum de Rush se encuentran estos versos que sirven de epílogo para este homenaje: “The measure of a life is a measure of love and respect, /so hard to earn so easily burned/ In the fullness of time, /A garden to nurture and protect”.