Quadrivium significa literalmente en latín encrucijada (cuatro caminos que se cruzan). En sus orígenes órficos (por Orfeo), los pitagóricos ubicaron a la música en confluencia con la astronomía, la geometría y la aritmética. En Edad Media de Occidente, el Quadrivium se integró a la pedagogía escolástica, siendo la continuación del Trivium (lógica, retórica, gramática). La música se ubicaba en la esfera del conocimiento astral y matemático, en una dimensión mucho más amplia que en las concepciones modernas.
Sin embargo, la música no se alejó de sus otras hermanas artes liberales (la belleza que hay detrás de esto). La práctica y el oficio del compositor siguió exigiendo un saber cercano al conocimiento estelar y a la abstracción racional. Pensemos en la estrategia de creación que se advierte en las mayores obras de J. S. Bach. Sobre todo en aquel monumento canónico y deslumbrante que es el Arte de la Fuga. Donde la dimensión cerebral de la música es tan elevada que llega a ser sentimental. No hay conflicto, sino el entrecruzamiento de nobles caminos.
Contrapunctus VIII & XIII- J. S. Bach: El Arte de la Fuga BWV 1080. Trio Dresden
Fugue 9- El arte de la Fuga - J. S. Bach: BWV 1080. Cuarteto Emerson
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