Esas voces salen desde algo que puede ser el origen o el centro de lo real y se elevan por el espacio en perfecta simetría. Siempre que pienso en el nacimiento de todas las cosas, viene hacia mi el Praeter Rerum Seriem de Josquin des Prés (1450-1521), el mayor artesano de su tiempo. ¿Por qué asocio el big bang a este motete renacentista y no al primer movimiento de la novena de Beethoven? ¿Por qué la creación es para mi algo que se alza en diáfana conjunción y no un estallido violento de pulsiones energéticas?
Pienso nuevamente en Josquin des Prés y en lo que supo ofrecernos con tanta sabiduría. Ni Palestrina ni Monteverdi serían posibles. Y sin ellos, Purcell, Händel, Vivaldi o Bach no estarían en el reino de los cielos (como ciertamente están). Josquin des Prés vislumbró el origen y él mismo es origen.
Imaginemos la hermosura de la creación en su exacta intensidad y altura. En la profundidad de estructuras polifónicas que simulan el devenir y sus partes. En series no seriales. Arquitectura de lo real no en el sentido mecánico, sino en equilibrios fundados en la unión de lo bueno y lo bello. ¡ Qué triste debe ser la vida sin reconocer que existe lo bello-bueno, inmanente y trascendente a las cosas! Con el Praeter Rerum Seriem de des Prés todo llega a ser sentido; sentido en lo sensorial y en la finalidad. Aquí y ahora, en el porvenir, en el fin bienaventurado de lo habido y de lo que habrá.
Præter rerum seriem
parit deum hominem
virgo mater.
Nec vir tangit virginem
nec prolis originem
novit pater.
Virtus sancti spiritus
opus illud cœlitus
operatur.
Initus et exitus
partus tui penitus
quis scrutatur?
Dei providentia
quæ disponit omnia
tam suave.
Tua puerperia
transfer in mysteria.
Mater ave.
Praeter Rerum Seriem- Josquin des Prés. Interpreta: Gabrieli Consort. DVD: Christmas in Rome 1993.
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