Volver al Padre, al forjador de la "santísima trinidad" de la música. Aunque fue el lamento el origen de esta partitura,su solvencia absoluta nunca dejará de deslumbrar. La tristeza que vivió Bach tras la muerte de María Bárbara, su primera esposa, se transformó en una de las páginas más exigentes del repertorio para violín. No sólo por su complejidad temeraria. Lo es, sobre todo, por ser testamento de dolor. Pero he aquí lo más sorprendente y maravilloso. Es luz vivificada después de la pérdida e ilusión por el reencuentro presto a consumarse. Ciaccona es el detalle que corona un ejercicio que no conoce lagunas o puntos bajos. ¿Cómo se las arregló Bach para no dejar nada en un segundo plano? Nada es inútil, todo tiene su lugar en el cosmos (pérdida y reencuentro).
Ciaccona de la Partita para violín N.º 2 en re menor de J. S. Bach. Violín: Nathan Milstein, milagroso.
Ferrucio Busoni, gran pianista y compositor, transcribió muchas obras de Bach. De las versiones más conocidas que se hicieran de la ciaccona de la pártita en re menor, sobresale la que concibió este excepcional virtuoso. Aquí en interpretación de la sinceramente bella Helene Grimaud.
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