La primera sinfonía que escuche de Brahms en integridad fue la segunda sinfonía en re mayor Op 73, con la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles bajo la dirección del gran Carlo Maria Giulini. Aun mantengo viva la primera asociación que hice de esta obra, donde la influencia de la sexta de Beethoven era particularmente evidente. Es sabido que la versión de Giulini es una de las mejores que se han realizado sobre esta obra de grandes dimensiones. La sensibilidad de Giulini por los compositores de la tradición clásica (Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert y ciertamente Brahms), es conocida. Sensibilidad señorial que dialoga con los tiempos contundentes y equilibrados de la música absoluta.
Después caí en la cuenta que los vínculos entre la sexta de Beethoven y la segunda de Brahms han sido siempre reconocidos y que mi asociación era bastante primaria. Sin embargo, a pesar de la cercanía entre ambas obras, la carga melancólica de en la segunda de Brahms era más evidente. Otra cuestión particularmente interesante de esta sinfonía la encontré en la lado narrativo. Brahms con esta sinfonía logró componer un fresco amplio y fácilmente reconocible. Se aleja del dramatismo heroico de primera sinfonía en do menor (la tonalidad de la tragedia). Asimismo llega a diferenciarse de la tercera y la cuarta, mucho más densas y complejas. De algún modo, la segunda sinfonía se presenta con la antípoda de la cuarta sinfonía en mi menor, sin duda la mejor de sus sinfonías.
El ciclo sinfónico de Brahms es una experiencia de creación musical interesante, intensa y bella, una cima de la música sinfónica. Cada melómano tiene su sinfonía brahmsiana favorita. En mi caso es la cuarta. Sin embargo, esta segunda sinfonía logra conectarme con muchas de las cosas buenas que he vivido. En su equilibrio melancólico me apacienta. Incluso la turbación se controla, como ocurre en las escenas naturales.
1. Allegro non troppo 2. Adagio non troppo 3. Allegretto grazioso (Andantino quasi) 4. IV. Allegro con spirito
Segunda sinfonía en re mayor Op 73. Johannes Brahms. Dirige: Leonard Bernstein.
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