Sinfonía Lírica Op 18 de Alexander Von Zemlinsky (1872-1942), compuesta en 1922, une la forma sinfónica con el Lied, en una tradición que tiene su precedente anterior, entre otros, en El Canto de la Tierra de Mahler. El mismo Zemlinsky afirmó que su Sinfonía Lírica tenía su origen en la célebre obra mahleriana. En su caso, los textos provinieron del poeta hindú y premio Nobel de literatura Rabindranath Tagore.
Los pasajes cantados se intercalan entre la soprano y el barítono. Deliberadamente, no se evidencia continuidad entre los siete cuadros sinfónico-vocales de esta composición. Incluso, al interior de cada parte, se anuncian silencios desconcertantes. Esta perdida de unidad continua posee una interesante dimensión simbólica. La ruptura de la unidad del discurso se muestra como una sospecha al valor del todo composicional. O quizás a la incapacidad de la música del siglo XX en mantener los vasos comunicantes de la obra integral. Sin embargo, la belleza esta ahí. Sobre todo en el Molto adagio con el barítono cantando: “la paz, mi corazón”.
Las parte de la Sinfonía Lírica Op 18 son las siguientes:
- Langsam: Bin Ich friedlos, durstig Ich bin nach fernen Dingen ("Yo soy inquieto. Estoy sedienta de cosas lejanas")
- Lebbhaft: Mutter, der Prinz junge ("Oh, madre, el joven príncipe")
- Du bist die Abendwolke ("Tú eres la nube de la noche")
- Langsam: Zu mir Sprich Geliebter ("Háblame, amor mío")
- Feuring und kraftvoll. Befrei mich von den Banden deiner Süße, Lieb ("Libérame de las ataduras de tu dulzura, amor")
- Sehr massige viertel. Vollende denn das letzte Lied ("Luego, terminar la última canción")
- Molto adagio. Friede, mein Herz ("La paz, mi corazón")
Toda la obra es una calidad sobrecogedora, obviamente muy cercana -en espíritu y forma- al Canto de la Tierra de Mahler. El Friede, míen Herz (Paz, mi corazón), me tiene vínculos con el Der Abschied (la despedida). Pero ciertamente posee autonomía propia y una grandeza también propia. El texto es el siguiente:
Paz, mi corazón, que sea dulce el tiempo de la despedida.
Que no sea una muerte más, sino la totalidad de la muerte.
Deja que el amor se funda en la memoria y el en dolor de las canciones.
Deje que el vuelo siga hasta el final del cielo, cuando las alas desplegadas lleguen al nido.
Deje que el último toque de tus manos sea suave como la flor de la noche.
Quédate quieto, en este bello final, por un momento y di tus últimas palabras en silencio.
Me inclino ante ti y levanto mi lámpara para que la luz ilumine tu camino.
Molto adagio. Friede, mein Herz ("Paz, mi corazón"). Sinfonía Lírica Op 18. Alexander Von Zemlinsky.
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