Un estudioso de importancia como Arnold Whittall afirma de Brahms lo siguiente: "Sin embargo su maestría resulta evidente tanto en la silenciosas miniaturas como en las obras más extensas para conjunto de cámara y orquesta sobre las que basa su reputación de introductor de las formas clásicas en el siglo XX ( y de ser el primer compositor decinomónico de música sinfónica digno de aceptar el desafío de compararse a Beethoven)...Hoy en día debería tenerse a Brahms más en cuenta que a Wagner, para quien el antiguo maestro no llegó a contar en última instancia. Quizás en ello radique esa integración del progresismo y el éxito genuino que convierte a Brahms en una de las presencias más formidables y fascinantes del siglo romántico".
Nada queda por añadir sobre el músico de la segunda parte del siglo XIX. Sólo admirar lo que en aquel verano 1886 compuso a la orilla del lago Thun: la cuarta sinfonía, la segunda sonata para piano y violonchelo Op 99, la tercera sonata para violín y piano Op 100 y el impresionante tercer trío para piano, violín y violonchelo en do menor Op 101. En esta obra, la dimensión de Brahms adquiere niveles sólo reservados a los tres grandes (Bach, Mozart, Beethoven). Síntesis de la experiencia académica y de su mejor forma: la música de cámara. Además, Brahms aquí es más Brahms que nunca.
El trío presenta la siguiente estructura:
Allegro energico
Presto non assai
Andante grazio
Allegro molto
Julius Katchen: Piano
Josef Suk: Violin
Janos Starker: Violonchelo
2 comentarios:
que puedo decir hermosisima melodía, gracias por este año haber llenado mis incultos oídos con esta maravillosa música, que tu 2010 sea muchísimo mejor que este saludos =)
Gracias por leerme
Saludos
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