Los movimientos de esa maravilla sonora que es la Sinfonía "Antartica" de Ralph Vaughan Williams, tienen un correspondiente texto poético que le sirve de programa. Así, el Prelude (andate maesoso) parte del Prometheus Unbound de Percy Shelley, dice:
To suffer woes which hope thinks infinite,
To forgive wrongs darker than death or night
To defy power this seems omnipotent
Neither to change, nor falter, nor repent:
This… is to be:
Good, great and joyous, beautiful and free
This is alone life, joy, empire and victory.
Recordemos que esta sinfonía tuvo su origen en una película documental consagrada al explorador inglés Robert Scott: Scott in antartic de 1952, de Charles Frend. En ese sentido, el Prelude (andante maestoso), quiere remitirnos a las extensiones desérticas, el hielo, la neblina, la bruma. Un ambiente de totalidad y desmesura que se impone a la voluntad del hombre. Sin embargo como evidencia el texto de Shelley:
Sufrir los infortunios pensado en el infinito.
Olvidar los males más oscuros que la muerte o la noche.
Desafiar el poder que parece omnipotente
sin inmutarse, sin vacilación o arrepentimiento:
Así debe ser.
Buena y grande; hermosa y libre.
Solamente así es la vida: alegre, poderosa y triunfante.
Es decir, en una situación de grandeza natural, el ser humano puede elevarse más allá de sus posibilidades si es capaz de vivir como la vida exige.
Toda esta obra es un canto a la aventura de seguir siendo, hecha por un compositor que hoy en día resulta esencial en el proceso de la música del siglo XX.
Prelude (andante maestoso)- Sinfonía "Antartica" Vaughan Williams. Dirige: Sir John Barbirolli, la que fue la primera grabación de esta sinfonía. En vinilo, toda una joya.
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