1) El desdichado Schumann pudo ser el mayor músico romántico. Pero le venció su propia obsesión romántica. No pudo dominar a Eusebius, a Florestán y a Raro. Cada uno lo jaloneó a su antojo. Al final, se quedó como lo conocemos.
2) Lo mejor de Haendel son sus cantatas. Delirio Amoroso es un cumbre, pero del dolor. Aun no logro procesar- después de meses- la intensidad Per te lasciai la luce. Y si canta Nathalie Dessay el efecto...imagínense.
3) Al momento de Bach, ¿ Harnoncourt o Richter?. El camino, según lo buscado.
4) La mejor música peruana se hizo en el siglo XVIII. José de Orejón y Aparicio, es notable.
5) Se tuvo que esperar 250 años. Tras las Seis Suites para Violonchelo de Bach, nada parecía igualarse. Hasta que Britten nos dejó ese hermoso e intenso testamento que son las Tres Suites para Violonchelo. La inspiración bachiana es evidente. Y las fronteras hacia lo alto, otra vez se vislumbran. En este amanecer la Suite Op 72 en su totalidad cíclica me reconvierte a cierto evangelio que a veces olvido: la libertad individual.
Suite N. 1 - Benjamin Britten. Violonchelo: Benjamin Lloyd Weber
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