Cosmopolis, una de mis utopías. Huir de la aldea, de las lindas montañas, hermosas -"únicas"- tierras. ¿Por qué no permanecemos en cosmopolis? ¿Por qué siempre la aldeíta, el villorrio, el terruño? La música también nos libera de eso. Y de la trampa mayor: la identidad nacional. Mendelssohn se abrió a otras naciones, se dejó nutrir de otros referentes. Sin ser mediterráneo compuso una de las sinfonías mejor concebidas: La Sinfonía Italiana. También se dejó arrebatar por el mar del norte. Aspiro el aire del atlántico y sus numerosos signos. De ahí la grandeza de su tercera sinfonía: La Sinfonía Escocesa en la mayor y de la Obertura "Hébridas". ¿Qué melómano no las disfrutado?
En 1829, el joven maestro viaja a Escocia de vacaciones. Durante semanas caminó por los acantilados que limitan con el mar del norte. Los días de frió intenso, las olas golpeando las enormes piedras, el aire gélido, las brumas incesantes. Todo ello motivaba al joven Felix. Fue recién en 1842 en que Mendellsohn pudo concebir su sinfonía. "Esta sinfonía escapa a la medida que yo creía tener", escribió el músico demostrando su incapacidad para plasmar las visiones de su juventud. ¡ 13 años concibiendo una sinfonía!
Todos reconocemos esa sensación entre poética y narrativa de la introducción al primer movimiento: "Había una vez...Erase una vez", se siente en la atmósfera ¡ Qué formidable!. Lenta y solemne discurre hacia un allegro agitato, denso, con las sección de cuerdas en pianissimo. Luego surge un legato íntimo que adquiere calor y vigor. El discurso se expande y desarrolla, acrecentando el ritmo de un corazón que late contemplando su propia utopía. Al final la repetición de bellísimo tema introductorio que nos lleva al segundo movimiento vivace. Y ese adagio prodigioso, en el que la naturaleza entra en comunión con una subjetividad melancólica, sombría, pero al mismo tiempo, libre y aérea. Al final el allegro finale nos lleva a otro registro. Un registro en el que se manifiesta las características multitemáticas de esta sinfonía. No hay un programa unitario, sino una sucesión de impresiones, hechas desde el templo del yo. Bella Escocesa.
Introduccion y allegro un poco agitato- Mendellsohn. Sinfónica de Chicago dirigida por G. Solti (simplemente grandiosa)
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