Caminó a la sombra de Gershwin. Fue su discípulo y amigo. Me gusta más que Gershwin y soy injusto. Soy injusto porque Elie Siegmeister (1909-1991) vivió mucho más tiempo que el célebre George y pudo hacer más cosas que su reconocido compatriota. Y siendo especialmente injusto, disfruto más a Siegmeister que a MacDowell, Copland y Ives. Disfruto de Seigmeister porque libera contemplar una música tan suelta, tan lejana de las tierra densas, tan espaciada de aquello que se construyó sobre la enorme fortaleza de lo esperado. Sunday in Brooklyn (1946) es una pieza especialmente inspirada, que discurre en una avenida de soledades definidas entre grandes edificios. Música así sólo pudo haber sido concebida en América. Porque la música americana se expande en la enormidad, en la sapienza de lo pragmático, la libertad de los nuevos de siempre. !Qué lejos de la historia se halla esta música, de la pesada carga de la historia!
Y las últimas obras de Siegmeister siguieron esa ruta a pesar de las proximidades con la post vanguardia. From These Shores (1985), basados en textos de Whitman, Twain, Thoreau (el genio de Walden), Langston Hughes y Faulkner, se revelan como un insinuante ejercicio de lectura artística. De la literatura a la música como muchas veces se ha hecho. Pero desde un espíritu free y sin complicaciones, ausente de dramas y torturas metafísicas o postmetafísicas. Algo que resulta sano cuando el mal humor se transforma en pensamiento.
Pienso qué acertada es esta música, qué importante es airearse lejos de la tradición. Y qué sano es volver a caminar sobre la tradición después de haber salido de ella por un rato. Siegmeister es ilustre por revelarnos el lado más querido de los Yankees, ese lado que queremos que perdure a pesar del "otro lado".
No hay comentarios:
Publicar un comentario